Me han regalado dos libros

Esta semana me han llegado dos libros correspondientes a dos publicaciones en las que he tenido el honor de colaborar.

El primero se titula Estudios históricos sobre la Universidad de Zaragoza, está coordinado por los Doctores Ignacio Peiró y Guillermo Vicente y lo publica la Institución Fernando el Católico. Esta obra recoge las actas del “I Encuentro sobre Historia de la UZ.” Congreso en el que participé con una comunicación sobre la Universidad entre finales del siglo XVIII y el primer tercio del XIX. Una de las conclusiones a las que llegué es que en muchos pueblos de toda la geografía del Valle del Ebro, había crecido una pequeña clase media rural que tuvo, entre otras cualidades, la de enviar a sus hijos para que recibieran una educación universitaria y una preparación profesional. En Villanueva había dos estudiantes, en Zuera una decena, en Castejón de Valdejasa y en San Mateo de Gállego unos cinco, etc. Toda esta actividad estudiantil se resintió tras la Guerra de Independencia y el posterior reinado de Fernando VII. Quiero agradecer a los coordinadores su interés en publicar mi comunicación y la fotografía que me han publicado.











La otra publicación, también editada por la Diputación provincial de Zaragoza, recibe el título Salvatierra de Esca: una aproximación a su historia y su patrimonio. Escrito por Ana Isabel Lapeña, a quien agradezco su dedicatoria y a quien felicito por su obra, una más de las que tiene y que tengo de ella, pues es una buena especialista en historia medieval aragonesa. Quiero felicitar también a José Navarro y a Antonio Iglesias por su dinamismo.

De Salvatierra siempre recuerdo que mi madre decía que si eras capaz de dar una vuelta entera a la ermita de la Virgen de la Peña, ya no te dolía más la cabeza. Hace unos años pude comprobar que es así pues se encuentra a casi dos mil metros de altura, sobre un peñasco que es donde se levanta este santuario. De allí era mi tío Federico y en el todavía vive su mujer, mi tía, y sus hijos, mis primos. Con alguno de los cuales he subido hasta esas alturas el día de final de año. En una de estas excursiones conocí a José Navarro.



Mi colaboración con este libro se limita a dos fotografías de la Virgen, realizadas a finales del siglo XIX por Ignacio Coyne, un fotógrafo zaragozano de origen navarro y que forma parte de una saga de retratistas aragoneses que a perdurado hasta hace pocos años. Tras el cese del negocio, la familia Coyne legó su archivo fotográfico al Histórico Provincial de Zaragoza, lugar de donde proceden estas láminas y otras más que también saqué, pero que no aparecen en el libro y que ahora se pueden ver en el siguiente enlace.

Comentarios

  1. Enhorabuena, Carlos, y a seguir. Del blog me gusta el color que le has puesto, se lee muy bien, que es lo que hace falta.

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