Viaje a la Alfranca


El domingo 15 de mayo estuve en la Alfranca, que por cierto su nombre viene del árabe y significa "lugar libre de impuestos" ya que el lugar era frecuentemente inundado por el Ebro y para facilitar su habitabilidad se liberó el sitio de cargas fiscales. En este palacio se encontraba Palafox en visperas de los Sitios de Zaragoza y a donde acudió el Tío Jorge para pedirle que encabezara la resistencia. El paseo es bastante agradable, a pesar de los 15 kms. y lleno de interés.  El camino que seguimos es distinto al de Movera y Pastriz, donde se encuentran varias torres, pues lo hicimos por el curso del Ebro. La Alfranca es una torre bastante distinta a las tradicionales que pueblan el valle del Ebro, parece más un palacete francés que una casa de campo aragonesa. Me sorprendió sobre todo el "Jardín de rocas" o el "Juego del a oca".
Después de años de abandono, en que llegó a ser paridera del ganado, hoy día la Alfranca es un lugar agradable para visitar además de ser refugio para aves y centro de estudio de nuestra naturaleza. Tan solo eché en falta una cosa y es que el entorno de la finca podría ser muy bien un centro de interpretación del habitat rural de la huerta zaragozana. Un lugar donde las nuevas generaciones pudieran aprender como era la forma de vida en las torres y casas de campo, algunas de ellas auténticos ejemplos de autoabastecimiento y no solo como explotación agrícola, sino también industrial.

Para concluir agradecer y felicitar a la Oficina verde de la Universidad de Zaragoza que organizó la "andada" y la paella posterior, así como los regalos y las camisetas.



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