El río de los galos

El rio Gállego en el Salto del Lobo (cerca de Gurrea)
Las tribus Celtas irrumpen en Europa durante la Edad de Bronce (unos 1.500 años antes de Cristo) extendiéndose por oleadas procedentes del Este, dejando como signo distintivo los llamados campos de urnas y túmulos funerarios. Su mayor expansión se produjo con la difusión de la metalurgia del hierro o lo que se ha dado en llamar “primera cultura céltica” o de “Hallstatt”[i] hacia el año 750 a.C. Los asentamientos celtas abarcan desde la actual Inglaterra hasta el mar Negro a lo largo del Danubio y Francia. Los griegos los denominaban keltoi o galatai. De éstos les llamaba la atención que llevaran pantalones (bracae) lo que para los griegos resultaba una costumbre bárbara en lugar de usar la toga, una ropa más “civilizada”[ii].
Los celtas estaban estructurados en cinco castas o clases sociales a cuya cabeza se encontraban los Druidas o sacerdotes, conocedores de la religión y del derecho. Los guerreros, poseedores de la fuerza política y material. Los comerciantes y artesanos entre los cuales, los metalúrgicos tenían un lugar destacado. Los campesinos y por fin los esclavos. Capturados en acciones militares, nunca fueron muy numerosos.
La familia poseía un organización patriarcal, que a su vez estaba estructurada en diversas ramas, la unión de éstas formaban una tribu al frente de la cual se encontraba un “rey”, generalmente guerrero. Dentro de la estructura familiar, la mujer gozaba de bastante libertad y podía disponer de bienes propios, se solían vestir con hermosos ropajes adornados con ricas joyas que podían ser representaciones de animales y plantas. El hombre también era bastante presumido y se preocupaba bastante de su aspecto personal. A los celtas debemos el jabón e inventaron el Champú, pues se lavaban los cabellos con un líquido alcalino para aclararlos, tras lo cual los impregnaban de una sustancia resinosa con la que obtenían formas puntiagudas a modo de crines de caballo. También se rasuraban la barba dejándose largos mostachos. Como se ha dicho vestían pantalones con amplios cuadros de vivos colores y se cubrían con sayos y mantos de lana.
Su economía giraba en torno a la agricultura y la ganadería siendo unos expertos hortelanos. Conocían el arado de vertedera y llegaron a inventar una segadora mecánica. Eran también muy aficionados al comercio, faceta no muy relacionada con ellos y conocían la moneda. Uno de sus principales dioses, Lug (Dios Sol), era portador de todos los conocimientos y protector de esta actividad.
Julio Cesar afirmaba que de todas las tribus celtas, los galos eran muy religiosos, para ellos los dioses estaban en todas partes: cada árbol, fuente, lago, río y montaña tenían su espíritu y cada tribu tenía su dios o diosa. Las diosas madres regían la fertilidad, la abundancia y las cosechas, portando en algunas ocasiones atributos guerreros. No es de extrañar que su religión estuviera basada en el culto a la naturaleza. Para ellos todos los seres vivos provenían de la madre tierra por medio de una fuerza intangible y en constante renovación, a la vez creadora y destructora. El sol era la principal imagen física que se ocultaba en el inframundo por la noche, para reaparecer renovado al amanecer. Rendían culto a los árboles porque creían que ponían en relación la tierra y el cielo, para los celtas los bosques eran sagrados y en sus claros realizaban las ceremonias religiosas[iii].
La presencia céltica en la península ibérica data de entre los siglos X al VI a.C. Su ruta de introducción son los Pirineos para establecerse más tarde por todo el territorio. Al mismo tiempo que también atravesaron los Alpes estableciéndose en el valle del Po. (Al que los romanos llamaban la Galia Cisalpina). Llegando a sitiar y saquear Roma en el año 390 a.C.
El Gállego en la Cartuja de Aula Dei
Los galos es una tribu no muy diferente al resto de los Celtas y su asentamiento ocupaba gran parte de la actual Francia. La toponimia arqueológica de la zona es interesante al respecto y procede sobre todo de las denominaciones latinas. El río Gállego recibe su nombre precisamente por ser el río en cuyas orillas vivían los galos, es decir el “Gallicum Flumen”.



[i]  Hallstatt: Localidad austríaca
[ii]  Markale, J. Los celtas y la civilización celta, Taurus, Madrid 1992.
[iii]  Green, MJ. Mitos celtas, ediciones Akal, Madrid 1995.
[iv]  Marco Simón, Francisco. “Galos”. Gran Enciclopedia Aragonesa. Tomo VI, Unali Ediciones. Zaragoza 1980, pág. 1.475.
[v]  San Martín Medina, Andrés, Zuera: La villa desconocida. Parroquia Parroquia de San Pedro Apostol (edit.) Zuera 2003

Comentarios

  1. Manuel Bernal Gálvez: Carlos, gracias por tu entrada sobre nuestro río, origen de su nombre y los Celtas.

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  2. Pilar Gutiérrez de Lachica ¡Qué escoscadicos que eran los celtas!

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