Buscando el azud de Burjazud

Rio Gállego y al fondo soto del Arroz


He leído el artículo de José Carlos Abadía en Traianus y me ha parecido muy ilustrativo, http://www.traianvs.net/textos/acueducto1.htm en lo que respecta a la acequia de Rabal. En primer lugar me ha llamado la atención que hace referencia a la llamada “Codera de Rabal” y sus altísimos ribazos surcados de cañas que todavía algunos conocimos y que se dirigían hacia el Puente de Piedra, paralelos a la avenida de San Juan de la Peña e incluso un ramal que cruzaba a la otra orilla, hacia las Tenerías mediante el brazal llamado de Rabalete. Situando el puente romano unos metros más abajo que el actual, aunque este acueducto permaneció hasta el siglo XIX. En segundo lugar hace referencia al nacimiento de la acequia. El estudio que en su día fue publicado por la Institución Fernando el Católico (1995) en Cuadernos de Aragón nº 23, Abadía sitúa el actual azud en la cota 255 a unos 18 kilómetros de Zaragoza hacia el norte y a una distancia suficiente, como para abastecer el actual Casco Viejo y llegar a la Plaza de España.

Sobre el posible origen romano de la acequia de Rabal llama la atención que, y según los estudios de Antonio Ferreruela Gonzálvo sobre yacimientos en el valle del río Gállego (Cesaraugusta nº 74, 2000 y Boletín nº6 del Museo Provincial de Zaragoza editado en 1987, págs. 162-72). Los vestigios de esta época se encuentran muy próximos al cauce de esta acequia hasta poco más abajo de esa cota 250, es decir hacia la altura de la actual urbanización de las Lomas (no solo restos, sino construcciones que bien pudieron ser villas). Se da la circunstancia que desde esa misma altura, pero tomando como referencia la orilla izquierda del rio, no aparecen restos de época romana hasta la partida llamada de “la Fontaneta” en Peñaflor, es decir a la altura del kilómetro 16 y frente por frente al Aliagar. A partir de este punto, ya hacia San Mateo encontramos restos frente al actual Azud y más arriba en la partida del Convento, mientras que en la orilla opuesta este tipo de restos desaparecen. En definitiva encontramos una línea imaginaria que bien podría delimitar la existencia de un primitivo azud de época romana en el Gállego y cerca del cual habría un paso, vado o puente entre ambas riberas y que estaría situado entre los kilómetros 16 y 18 correspondientes a la vieja carretera entre Zaragoza y Huesca.



Hace unos años llegó a mi poder esta fotografía, correspondiente al “vuelo americano realizado en 1955” en ella se aprecia en la parte superior y junto al cauce del Gállego, la ubicación el actual azud (con esos tres brazos que hace el río). Siguiendo el curso fluvial, en la zona inferior izquierda, la llanura donde se encuentra a actual urbanización de Las Lomas, justo frente a la torre del Aliagar (donde también se han encontrado restos de presencia romana). La mencionada finca se encuentra en el arranque de ese camino blanco que atraviesa la huerta y llega hasta el rio Gállego. Este ramal o “cordel de ganados” corresponde a la vieja cabañera. Justamente la partida llamada Fontaneta se encuentra a la otra orilla del río, en este lugar me contó José Luis Ona que vio hace años restos de enterramientos humanos y que podrían corresponder a un cementerio (lo que apunta la posibilidad de que Burjazud estuviera en esta orilla y no en la derecha), aunque el cauce del río también podría haber variado unos metros.

Justo encima donde la cabañera “abreva” en el Gállego se encuentra situado el soto del “Arroz”. El origen del actual nombre; bien podría proceder de soto “del azud” o soto de “Burjazud” como aparece citado en escritos del siglo XV. El nombre actual de este bosquecillo proviene del siglo XVII, cuando se dice que se intentó cultivar arroz en este lugar. Aunque aguas abajo de la misma vía pecuaria también se encuentra un pequeño soto, así como partidas villanovenses que hasta hace 150 años eran comunales y todavía son conocidas como “Las Suertes” y “El Prado” (Prao) citadas también en las Ordenanzas municipales el siglo XV junto con el “Soto de Burjazud”. En la orilla opuesta, está la partida llamada soto de “la Virgen”. La única virgen de ese entorno es la de Burjazud, que se venera en Villanueva de Gállego y la Fontaneta, que hace mención a un manantial cuya ubicación es imprecisa.

Llama la atención el curso tan forzado que ofrece el cauce del Gállego en ese tramo, desde el actual azud, en la zona superior de la imagen hasta la cabañera. Es más, en este punto hace un giro brusco como intentando buscar una salida. Da también la circunstancia de que la cabañera no cruza el cauce, sin embargo en la orilla de Peñaflor (aunque es término de San Mateo) un poco más arriba, surge un camino prácticamente del soto y a orillas del río que, bordeando el curso del Gállego se dirige hacia San Mateo, es junto a este camino donde se encuentran restos del siglo III. Sendero que tras atravesar la localidad, se dirige hacia el norte por las llamadas “ruinas del Convento”, lo que algunos defienden ser “la Manssio Gallicum”.



Retornando al punto de partida y justo antes de llegar el cordel de ganados al río, éste tiene que atravesar la acequia de Rabal, que en ese trayecto discurre muy cercana al Gállego, incluso peligra su estabilidad por la acción erosiva del cauce que entra hacia la misma acequia, de hecho hoy día está protegida por un muro de contención levantado con piedras y restos de construcción que se han ido arrojando a la orilla a modo de defensa improvisada.

Mi idea es que en este lugar se encontraba un primitivo azud romano, del que partiría la acequia de Rabal, se trataría de una presa que cortaría longitudinalmente el cauce del Gállego, en una zona donde ambas orillas se estrechan bastante. Seguramente aguas debajo de la presa se encontraría un paso que uniría ambas orillas, por el que pasarían carros y carretas. Ese supuesto azud se encontraría sobre la cota 250, justo para que el curso de Rabal llegue hasta la colonia Cesaraugusta. El azud cumpliría su función durante un tiempo y seguramente con las riadas e inundaciones comenzaría a ser complementado el abastecimiento de agua desde otros puntos, quizás desde los azudes de Camarera y Candevanía (la llamada torre de los azuts en el siglo XII, según recoge Concepción Contel en su Historia del Cister Zaragozano). A esta circunstancia se unirían las invasiones, el paso de los siglos y las inclemencias del tiempo, sobre todo riadas y destrucciones de obras hidráulicas lo dejarían inutilizado. Se sabe que durante la invasión árabe esta infraestructura fue abandonada, tan solo serviría para regadío de la zona y abastecimiento de productos a la capital, además la vía principal hacia el norte dejaría de pasar por este lugar y lo haría más abajo, a la altura de Zaragoza. Durante los siglos XV y XVI el mantenimiento de la acequia es bastante difícil y se acometen diversas reformas y mejoras cuyas obras llegarán hasta mediados del siglo XIX. No será hasta 1600 cuando se levante el actual azud. Del primitivo tan solo nos queda el recuerdo.

La zona actualmente desde Google maps


Carlos Urzainqui Biel. Villanueva de Gállego: Un lugar en la huerta, Institución Fernando el Católico, Zaragoza 2008.


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