Un 26 de junio: Lección de historia




Esta fotografía la hice el 26 de junio de 2003, no es de mucha calidad pero tiene el efecto curioso de la sombra de la torre proyectándose en la plaza, me llamó la atención, fui rápidamente a casa, cogí la cámara, entonces una analógica de las de carrete de toda la vida, eso si Olympus que todavía conservo y me dispuse a disparar, hice dos o tres fotos, muy pocas, en aquellos tiempos no se podía malgastar carrete. En ese momento atravesó la plaza un personaje siniestro que se paró en medio de la sombra, tapándome el objetivo se volvió hacia mí y me soltó: "¿Es que no te cansas nunca de hacer fotos del pueblo”? Mi respuesta inmediata fue decir ¡NO!, y sin quitarme la cámara del ojo hice como que disparaba, entonces el negro pájaro saltó de la escena, escapando de la inmortalidad.

El sujeto es un viejo conocido que me ha hecho alguna bastante grave, todo hay que decirlo un despreciable miserable. No solo me no me cansado de hacer fotos de pueblo, sino que también las publico y es evidente que sigo y seguiré haciendo fotos de aquello que me parezca interesante, como este efecto. Pero aquel día saqué una conclusión muy triste, si en lugar de ser verano de 2003, hubiera sido verano de 1936 mis horas seguramente estarían contadas, seguramente ni habría acabado el carrete. Aquel día comprendí que durante nuestra Guerra Civil hubo auténticos personajillos dispuestos a matar a un convecino porque le molestaba lo que hacía, porque no sabía hacer lo que su vecino hacía o sencillamente por hacerle la gracia al cacique de turno y, lo más triste de todo que había individuos en 2003 que no habían aprendido la lección.

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