miércoles, 28 de mayo de 2025

Del "Conopeo" vaticano a la Señal Real de Aragón


En una entrada anterior hablábamos de la vinculación de la Señal Real aragonesa con la Santa Sede, gracias al Diccionario de términos eclesiásticos y religiosos escrito por Manuel GraciaRivas. Según esta obra, la pieza de la fotografía se llamaba “Conopeo” y se trata de un paraguas semicerrado que, como signo de respeto ya utilizaban los emperadores romanos y posteriormente, los Papas. En cierto modo recuerda a las antiguas tiendas militares y tiene forma ajironada con los colores pontificios, rojo y amarillo hasta 1808, posteriormente cambiados por el blanco y dorado. Esta “tienda de campaña” es sostenida por un asta en forma de lanza. Comenzó a usarse en la basílica de San Juan de Letrán que es la sede del Sumo Pontífice como obispo de Roma y desde allí en la actualidad, es uno de los privilegios concedidos a las iglesias que el Papa distingue con el título de «basílicas menores». En el coro de la del Pilar hay una de estas “Señales”. Lo mismo ocurre en la de San Lorenzo en Huesca, la de los Corporales de Daroca o en la del Santo Sepulcro de Calatayud.

 


Una de las primeras noticias documentales que se tiene de este “dosel portátil” conocido también por “conopeo” lo tenemos representado en los frescos del oratorio de San Silvestre, dentro de la iglesia romana de las Cuatro Santos Coronados y está ejecutado en el año 1248. En él, se muestra al Papa Silvestre I acude a visitar al emperador Constantino, enfermo de lepra quien habría recuperado la salud después de haberse entrevistado con el Pontífice. Estos frescos son la primera vez que aparece la Umbrela o sombrilla a rayas rojas y amarillas como símbolo que utilizado por la iglesia para designar una dignidad pontificia y demuestra que el umbráculo que ya se utilizaba como insignia papal en actos públicos, con los tradicionales colores dorado y rojo. Fue el papa Borgia Alejandro VI quien utilizó por vez primera este pabellón para simbolizar los poderes temporales de la Santa Sede y comenzó a aparecer en los escudos de los Estados Pontificios (no hay que olvidar el origen aragonés de este pontífice romano). Apareciendo acuñado en las monedas pertenecientes al interregno entre los pontificados de León X y Adriano VI[2]. Seguramente a Sancho Ramírez, en su peregrinación a Roma para obtener el vasallaje del Papa Alejandro II, le llamó la atención aquella sombrilla con los colores rojos y dorados y decidió traerse una a su reino en las montañas pirenaicas, para representar de esta manera esta filiación con la Santa Sede y de pasó dar a entender que éste también era un símbolo de realeza y distinción, dando lugar a la señal real de Aragón primero, a la bandera aragonesa en sus múltiples versiones e incluso a la actual bandera española y es que en la mayoría de las ocasiones, los grandes símbolos tienen orígenes sencillos o prácticos.

 



[1] Gracia Rivas, Manuel. Diccionario de términos religiosos y litúrgicos (Volumen III N-Z) Centro de estudios borjanos & Institución Fernando el Católico. Zaragoza 2020.

[2] Voz: “Papa” Enciclopedia Espasa Calpe tomo XLI Edición 1921.

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