El dance de Cogullada

Fotografía que aparece en la Guía de Zaragoza 1982

Hace unos días me hacía eco de una noticia aparecida en Heraldo de Aragón sobre la cofradía de Nuestra señora de Cogullada, cuya fiesta se celebra hoy en su santuario ubicado en la huerta norte de Zaragoza. Esto me ha traído a la memoria un documento que encontré en su día en el archivo de la Diputación Provincial y que hace referencia al dance de Cogullada y según el cual, don Victoriano Fagüas y Franco, vecino de Zaragoza y habitante en Cogullada torre nº135, con el debido respeto a VE. Expone: “que por espacio de algunos años, los vecinos de dicho barrio vienen haciendo fiesta el primer día de Pascua [de Pentecostés] que en el corriente es el día 28 de éste [mes de mayo] y siguiendo la costumbre, desean igualmente tener la fiesta de Iglesia con dance por el barrio [y en el cual] llevan espadas y pistolas pero, como para ello necesitan la correspondiente licencia o permiso” [la solicitan al sr. Gobernador Civil] la instancia está fechada en Zaragoza el 6 de mayo de 1882.

 

Recurrí a la prensa zaragozana de la época en la Hemeroteca municipal y encontré una noticia del Diario Católico “edición del miércoles 8 de junio de 1881” en la que y en su portada, se hace eco de la romería al santuario de Cogullada celebrada el domingo 5 de junio pasado la cual recoge entre otras cosas: “A unos cuatrocientos metros del Santuario, los moros y cristianos que formaban el dance capitaneados por sus respectivos jefes, con el ángel y rabadán de costumbre, esperaban que el polvo del camino les anunciase la llegada de los carruajes de los excelentísimos señores marqueses de Ayerbe y don Julián Echenique con sus respectivas familias [que acudían para asistir a la misa mayor]. A continuación de ésta, colocada la junta en la puerta del Templo, presenció el tradicional dance con los combates, juegos de cintas, dichos y alabanzas de costumbre en honor a la Virgen de Cogullada. Los que tomaron parte de este inocente diversión, jóvenes labradores del mencionado barrio, nada dejaron que desear al público que presenció la popular fiesta, desempeñando a la maravilla su cometido. Merece particular elogio el rabadán, simpático baturro de tez tostada por el sol que con soltura envidiable, dijo su papel, excitando frecuentemente la carcajada de los que le oían. También es digno de aplauso el joven Victoriano Faguas, director del dance (y quien firma la solicitud al gobernador civil). La una y media de la tarde habían tocado, cuando los ilustres romeros partieron para Zaragoza”.


Esta crónica me recuerda otra fechada en 1645 y que se relata en la “Vida de Estebanillo González” un pícaro de la época que entre sus correrías se encuentra un viaje que hace a Zaragoza y donde cuenta que «con estos discursos llegamos a la aldea a la una de la tarde y hallamos en la plaza dos compañías de labradores; la una de moros con ballestas de bodoques, otra de cristianos con bocas de fuego. Tenían hecho de madera en la mitad de dicha plaza un castillo de mediana capacidad y altura a donde habían de estar los moros y el día venideros, cuando la procesión llegase a su vista, la compañía de cristianos le había de dar el asalto general y después de haberlo ganado a la moros, los habían de llevar cautivos y maniatados por todas las calles, dando muchas cargas de trabucazos en señal de victoria. Tenían dos danzas; la una de espadas y la otra de cascabel gordo»[1]. ¿Sería el dance de Cogullada el que menciona Estebanillo? No lo sabemos, pero bastantes similitudes tiene. 

El Diario de Avisos de Zaragoza en su edición del 6 de junio de ese mismo año 1881, informa de que en el día anterior y con motivo de la solemnidad del día, siguiendo la tradicional costumbre “se celebró la fiesta en el Santuario de nuestra Señora de Cogullada, que ha sido este año más animada que los anteriores. La concurrencia a los amenos alrededores de aquel sito fue numerosísima, sin que faltasen las consabidas francachelas ni los animados bailes. En la romería no hubo ninguna desgracia que lamentar, circunstancia que consignamos con gusto, por lo que honra a nuestro pueblo”. Sería interesante rescatar esta bonita tradición tan zaragozana que se perdió hace un siglo pero que todavía se recuerda con cariño y ya, para nota, sería también muy interesante recuperar ese dance, en alguna torre, en algún arcón abandonado o en alguna casa todavía debe existir algún papel, alguna referencia o algún dato que nos acerque a tan peculiar tradición, quizás en la Cofradía sepan algo. Por mi parte y tal como me contaron hace muchos años, el dance de Villanueva de Gállego, localidad ubicada a escasos 10 kilómetros del monasterio, debía guardar muchas similitudes con el de Cogullada pues en tiempos también había dos bandos “moros” y “cristianos” con sus respectivos capitanes, ángel y demonio.

El santuario de Cogullada (Zaragoza) bajo los efectos de Filomena



[1] Beltrán Martínez, Antonio y otros: “El dance Aragonés” en Enciclopedia Temática Aragonesa (Tomo 1) Folclore y Música (pág. 118). Ediciones Moncayo, Zaragoza 1986.

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