domingo, 30 de mayo de 2010

Pinares de Zuera

Val de Navarro, tras el incendio:
Esta mañana he estado en la Val de Navarro, en los pinares de Zuera, su enorme pino sigue ahí, presidiendo un paisaje desolador que en otro tiempo era todo verde, aquí van dos fotografías que sirven más que muchas palabras, el antes y el después de la val cuando han pasado casi dos años del incendio de 2008, como digo solo el árbol sirve como referencia, si éste no estuviera parecería que se trata de dos paisajes totalmente distintos y diferentes.



El incendio producido a principios agosto de 2008 se llevó por delante dos mil hectáreas de la zona más cerrada y profunda del pinar entre Zuera y Castejón de Valdejasa, sus cenizas llegaron a Zaragoza, cayendo muchas de ellas en la Expo. El pino se salvo de la quema casi milagrosamente, este árbol que para rodearlo es necesario tres personas abrazadas, es uno de los pocos ejemplares de carrasca que todavía se conservan en los pinares y se ha convertido en un auténtico símbolo de este bosque cada vez más menguado.

lunes, 24 de mayo de 2010

Viernes Santo en Castejón de Valdejasa



El pasado Viernes Santo 2 de abril, Castejón de Vadejasa revivió una vez más su curiosa representación de la Pasión de Cristo. Se trata de una singular procesión en la que se manifiesta Cristo crucificado portado por un cofrade, delante de éste marcha un niño vestido de ángel que, con un sable, intenta detener a otro cofrade quien, con una lanza intenta llegar al costado de Cristo. (Según unos es la representación de Longinos y según otros es la lucha entre el bien y el mal) lo curioso de esta manifestación religiosa es precisamente el paso de estos dos personajes, los cuales marchan uno frente al otro (caminando el cofrade en sentido opuesto al a marcha) y tocándose las puntas de los zapato uno y otro. El recorrido de la procesión es medianamente largo, unos 500 m. por calles estrechas y alguna de ellas empinada.



El sable que porta el ángel también tiene su historia pues según los grabados que aparecen en su hoja lo remontan a principios del siglo XIX, seguramente la Guerra de Independencia, pues en una de estas inscripciones se puede observar las iniciales del “V Ejército Franco-polaco de gendarmería”.

La procesión constituye un verdadero auto sacramental en el que los vecinos de Castejón representan la Pasión así desfila Cristo portando la Cruz, ayudado por José de Arimatéa, la samaritana, unos niños portando los clavos, el martillo y unas tenazas. Uno de éllos lleva también la cruz. Entre otras figuras aparecen las imágenes de Cristo y la Virgen. Todo éllo rodeados por los cofrades del Santo Cristo del Castillo que con terceroles acompañan al ángel desde su casa a la iglesia armados con alabardas y, tras los oficios, muchos de éllos con los ya tradicionales tambores.



Los castejoneros dicen que esta procesión tiene al menos trescientos años de historia. Si tenemos en cuenta que el tercerol es una prenda que se usa en la Semana Santa aragonesa desde hace unos doscientos años y que el uso de las alabardas puede significar que antes de vestir esta prenda los cofrades utilizaban algúna vestimenta militar, es muy posible que su origen sea barroco, como la procesión de Viernes Santo en Corella, a la que recuerdan algunos de los personajes que participan en la procesión. Realmente resulta chocante ver estos alabarderos con hábito religioso e impresiona cuando están en formación dentro de la iglesia.

Una vez terminados los actos el ángel es de nuevo acompañado a su casa donde sus familiares agasajan, como solo los vecinos de Castejón saben hacerlo, a todo el pueblo. No obstante antiguamente ser el ángel en la procesión de Viernes Santo era todo un acontecimiento ya que el niño que lo representaba hacía también en ese día, su primera comunión.

Para ver mas fotos del Viernes santo en Castejón, pulsa aquí:

http://picasaweb.google.es/carlosurzainqui/ViernesSabntoEnCastejonDeValdejasa?authkey=Gv1sRgCIj5tt6nzoringE#

lunes, 17 de mayo de 2010

Certamen de Pintura Francisco Pradilla 2010

Cuenta la historia oral de Villanueva de Gállego que cuando Francisco Pradilla regresó a su pueblo natal, al final de sus días, salió a recibirle el Ayuntamiento en pleno acompañado por la banda municipal y gran parte del vecindario. El ya anciano pintor bajó del trén y tras observar el espectáculo que le esperaba, se dio la vuelta y se encaminó hacia el cementerio donde estaban enterrados sus padres. Tengo la impresión que tanto entonces como hoy día, en Villanueva todavía no se entiende la personalidad de Pradilla, aunque se tenga la buena intención de homenajearlo contínuamente como es el concurso de pintura que lleva su nombre y que se celebra cada 15 de mayo, con motivo de las fiestas de San Isidro, desde hace más de veinte años.

El certamen sin duda está cargado de buenas intenciones pero, a mi parecer, sería interesante que se recordara de alguna manera quién fue Francisco Pradilla Ortiz. Para mí este artista fue a la pintura lo que Galdós a la literatura, puede parecer exagerado pero ¿no es galdosiano el paje que sostiene el caballo del príncipe Don Juan en la Rendición de Granada y que observa la escena recogiendo todo lo que allí está pasando? por ejemplo. O ¿No podrían ilustrar novelas de Galdós muchos de los retratos y cuadros de Pradilla? Desde los personajes de la burguesía madrileña hasta los paisajes rurales que también describe sin caer en el costumbrismo. Algo tendrá este pintor cuando es citado más en las clases de historia que en las de arte. ¿Será la carga histórica de sus cuadros? Llenos de símbolos e interpretaciones nacionales, o ¿será que es un reflejo pictórico de la época naturalista española de la Restauración?

En la edición de este año me he llevado la agradable sorpresa de encontrar cuadros que resaltan de alguna manera esa obra de Pradilla. Me refiero al segundo premio obtenido por Juan Moreno Aguado sobre las ruinas de Belchite. No deja de ser un cuadro con un simbolismo histórico al que el pintor a añadido una visión artística interesante pues, a modo de fotografía, ha enfocado el centro sobre una cruz, que resalta sobre toda la pintura, quedando todo el fondo difuminado.


1º Premio Pradilla 2010
Otra obra, seleccionada pero no premiada, es la que muestra un paisaje industrial con un fondo lejano rural y lleno de color, obra también cargada de cierto simbolismo que recuerda en parte a los cuadros de Turner. La Mayoría del resto de obras presentadas siguen el prototipo de la pintura abstracta o subrealista, cada vez más barroca, entre éstas, está la ganadora María José Pérez con el cuadro titulado Taller de costura, un collage que recuerda los viejos patrones de las modistas y que de lejos casi parece un tratado de quiromancia.




  El beso de José Luis Ortiz Ramos
Una de las virtudes que ha tenido el concurso, a lo largo de estos veintitantos años, es que ha incentivado mucho la pintura en Villanueva, en esta edición han sido más de quince las obras presentadas por vecinos del pueblo. En algún caso, como el de mi amigo José Luis Ortiz ausente del lugar desde hace años, edición tras edición presenta su cuadro a modo de “seguir atado a sus raices”, lo cual es de agraceder. De todas estas obras, siguiendo con el naturalismo de Pradilla, quiero resaltar la presentada por Esteban Iglesias Villuendas. Una inmensa grada de estadio de fútbol llena de banderas. Un reflejo de la sociedad actual como Don Francisco pintaba señoras que iban a las procesiones de Jueves Santo o escenas de mercados gallegos.





 Paisaje industrial



El valor de la Lonja

El famoso “Salón de la Lonja” en Zaragoza está dividido en dos pisos, el bajo donde se llevan a cabo exposiciones y que es muy conocido y un...