sábado, 26 de mayo de 2018

Paleo aragoneses

Dibujo encontrado en esta construcción junto al camino real de Gurrea de Gállego a Ayerbe.

La historiografía tradicional ha defendido que los celtas se asentaron en la meseta y norte peninsular y que, tras entrar en contacto con los íberos, se produjo el fenómeno de la celtiberización. Esta tesis ha sido puesta en cuestión en los últimos tiempos, ya que, más que una unión entre pueblos, se trataría de un fenómeno de aculturación o de asimilación de las costumbres íberas por parte de los pueblos celtas. Fue en la cordillera Ibérica donde tuvieron asentamiento los celtíberos, con una cultura bastante homogénea, pero si en lengua y espíritu es céltica, estos poblados participan de rasgos mediterráneos e ibéricos. Conocen la moneda, el pago de tributos y la ciudad como núcleo de asentamiento básico, así como la escritura (posee 26 signos)[1]. Su traducción todavía es insatisfactoria, aunque se conservan varios escritos de carácter jurídico, como el Bronce de Contrebia[2], donde se tratan temas tan actuales con el uso de los recursos hídricos entre las comunidades de Salduba y Alauona (Alagón). Quizás los rasgos que más identifican al celtíbero sea su concepto de «cultura de frontera» (que abarcaba ambas vertientes del sistema Ibérico: valle del Ebro, Cuenca, Soria, Guadalajara, Burgos y la Mancha), así como su idea de fides[3] o, lo que es lo mismo: personas que se encontraban vinculadas a un caudillo, rey o jefe militar mediante un juramento de fidelidad de carácter privado, distinto del que todos los súbditos tenían de dar a su caudillo. Durante la Edad Media, los fieles al monarca eran miembros del aula regia y a cambio de su servidumbre recibían tierras o tenencias en concepto de beneficio. El juramento de fidelidad se hacía bajo una divinidad superior, de carácter espiritual y, por tanto, poseía elementos religiosos llamados devotio, siempre y cuando el rey representara los intereses que esa divinidad defendía y que eran los que compartían los clientii. En cuanto a los pueblos primitivos del valle del Ebro medio. Comenzar diciendo que se tiene muy poca información sobre los iaccetanos. Esta tribu pirenaica, según Estrabón[4], se encontraba localizada en las estribaciones del Pirineo y se extendía por la llanura que une los actuales valles de la canal de Berdún llegando hasta la región de los llamados ilergetes. Su capital era Iacca (Jaca) y en ella se llegó a acuñar moneda con alfabeto ibérico. Parece ser que tenían muchos rasgos en común con los aquitanos (galos del otro lado del Pirineo) con quienes compartirían una lengua similar al vascuence. Seguramente poseían un origen común, lo que explicaría que buena parte de la toponimia altoaragonesa no se deba a la presencia de vascones, sino a estas características de ambos pueblos. Los iaccetanos solían hacer expediciones de rapiña al llano, sobre todo hacia la zona de Cinco Villas hasta que Catón, en el 195 a. C., arrasó la actual Canal y el Serrablo, pasando desde entonces a ser una comunidad tributaria de Roma y dependiente de Osca (la actual Huesca). Estos primitivos montañeses se dedicaban al pastoreo, la agricultura y en su cultura parece ser que dominaba el matriarcado. Sus problemas económicos los resolvían mediante el uso de la fuerza o la guerra[5]. La información que se posee sobre los galos al sur de la cordillera es dispersa y en ocasiones confusa. El profesor Bosch Gimpera defiende que se asentaron entre las riberas de los ríos Ebro y Gállego, en lo que hoy son las Cinco Villas. Muchos de estos serían suesetanos, pueblo prerromano al que se supone emparentado con los suessiones, que eran a su vez unas tribus belgas procedentes del actual departamento de Soissons situado al norte de París y que significa campo o pradera[6]. Raíz celta sería el topónimo Gallur, donde se dice que existía un pagus gallorum. Mientras que en el valle del Gállego encontraban el llamado foro gallorum, (Gurrea de Gállego) y la manssio gallicum[7] (entre Zuera y San Mateo) donde se rendiría culto al salz (Santuario del Salz) o sauce (árbol mítico para los celtas por sus propiedades curativas)[8]. Colonias todas ellas que darían nombre al Gallicum flumen o río de los galos, primitiva denominación del Gállego. 
  
Poblado o castillo de San Pedro, entre Oliete y Ariño (Teruel)

Los íberos eran mucho más evolucionados en cuanto a civilización, ya que desde el siglo VII a. C. se encuentran en contacto con las diversas culturas del Oriente mediterráneo, es decir con griegos y fenicios. La geografía de asentamientos abarca todo el litoral de la costa oriental española entre Rosas y Huelva, penetrando en el interior por el Guadalquivir y el Ebro (río de los íberos). Estos conocerán y manipularán la alfarería y la metalurgia del hierro en torno al año 450 a. C. Tienen un alto grado de urbanismo y también de producción, lo que les permite poseer excedentes para comerciar. Al contrario que los celtíberos (más igualitarios en cuanto a jerarquías), los íberos poseen un sistema monárquico o de jefaturas que se manifiesta sobre todo en sus incipientes ciudades, de las cuales nos han llegado restos de viviendas jerarquizadas, recintos específicos para actividades concretas, como salas de culto, centros de reunión o graneros colectivos.
Un ejemplo de esta sociedad aristocrática son los ilergetes, establecidos a orillas del Cinca. Sus reyes tenían un poder absoluto que les permitía conducir los ejércitos en época de guerra y establecer tratados o acuerdos con tribus vecinas. Existía también un Consejo o Senado con poderes sobresalientes, en el que estaban las máximas autoridades ciudadanas. En la margen sur del Ebro se encontraba el ager sedetanum, que alcanzaba hasta la misma Salduie (actual Zaragoza). Los sedetanos, aunque ubicados hacia el siglo III a. C. en torno a la sierra de Alcubierre, más tarde se extendieron hasta el bajo Aragón. Como ejemplos se han encontrado restos de ocupación en la Puebla de Hijar, Mazaleón, Lécera y han llegado nombres de localidades sedetanas como Osicerda Sedeiscen (¿Sástago?) y Salduie.Las ciudades se ubicaban en lugares elevados y amurallados (metro y medio de espesor en algunos casos) y con foso. Los accesos se hacían mediante planos inclinados, salvando desniveles. Había torres y atalayas, las calles estaban empedradas, poseían vías de desagüe y piedras “hinchadas” para obstaculizar el paso de la caballería. Tenían una calle central con habitaciones rectangulares en ambos lados y un camino de ronda, que se servía de los muros exteriores. Al final de la via principal, un ensanchamiento hacía las veces de plaza y en uno de sus extremos se alzaba la torre de vigilancia. El yacimiento más significativo es el de La Zaida, pero todavía existen algunos lugares con esta forma urbanística primitiva, como Berdún y Aínsa (Huesca) o Cantavieja (Teruel), que recuerdan ese primitivo trazado íbero. Eran hábiles guerreros y jinetes; iban armados a la ligera es decir, sin montura; llevaban solo jabalina, honda y espada; preparaban a los caballos para subir por montañas y a flexionar rápidamente las manos a una orden; solían montar dos por cabalgadura, de los cuales uno actuaba como peón en la lucha, es decir controlaba el animal, mientras el otro disparaba; tenían resistencia y sagacidad.
Las mujeres, según Estrabón[9] en algunos lugares se tocaban con un tamborcillo redondeado por la parte de la nuca y ceñido a la cabeza por la parte de las orejas. Otras se colocaban en la cabeza una pequeña columnilla de un pie de altura, alrededor de la cual enrollaban sus cabellos, que luego cubrían con un manto negro. Cultivaban la tierra y, apenas daban a luz, cedían el lecho a sus maridos para cuidar del recién nacidos. “Con frecuencia paren en plena labor”[10]. Conocían el telar y también conservaban el signario ibérico que permanece todavía sin descifrar, debido a su complejidad. Se han encontrado muchos textos ibéricos sobre todo en acuñaciones de monedas (algunas en plata) en las que aparece el famoso jinete ibérico con la lanza o al galope. Polibio dice de los íberos que «su escudo es similar al de los celtas, pero las espadas eran distintas; estas podían herir lo mismo de punta que por el filo»[11]; era la llamada falcata, descendiente de la que utilizaban los griegos.La economía íbera estaba basada en el cultivo de cereal y en la ganadería, así como en el cuidado de animales de compañía (cerdo, caballo, etc.). Era una sociedad vertebrada en torno a los cauces fluviales como medio natural, que ponía en contacto estos pueblos con el área costera, con la meseta e incluso con la vertiente francesa. Esto se tradujo en un intenso comercio ayudado por la emisión organizada de moneda (Bolscam, Iltirda etc.)[12]. El Aragón ibérico era exportador de cereales, esclavos, metales, tejidos y miel. Llegaban vajillas campanienses, vinos itálicos y aceite del comercio procedente en su mayoría de la península Itálica.
Lápida encontrada en Luna y conservada en el Museo Provincial de Zaragoza
Pero la característica cultural más importante consistía en que los jefes militares eran tratados como reyes o como caudillos. Se piensa que esta magistratura era bicéfala, tal es el caso de Indíbil y Mandonio. Al igual que los celtíberos, también existía la clientela militar o pacto entre un jefe o patrono y el individuo o grupo basado en la mutua protección o fides. Indíbil y Mandonio establecieron este tipo de lazos con Escipión y un fenómeno análogo surgió después en torno a los generales romanos Sertorio y Pompeyo. La adhesión al caudillo fue de tal grado que se asumía incluso el compromiso de no sobrevivir a la muerte del jefe si éste perdía la vida en el combate. La llamada devotio ibérica[13] era una institución característica de los pueblos de ámbito íbero y celtíbero e implicaba una forma de clientela especial hacia un jefe, por su finalidad bélica, por su esencia eminentemente religiosa o simplemente por el carisma del líder. El cliente llega a consagrar su vida a las divinidades infernales para salvar la de su rey en caso de peligro. Estas costumbres fueron hábilmente aprovechadas por los cartagineses y especialmente por los romanos, pero en el momento en que el jefe rompía ese pacto los subordinados se desvinculaban de él. Por tanto, no se trataba de una cuestión ideológica, sino circunstancial. Quien poseía este rango superior tenía que ser merecedor de él, no se trataba de una obediencia ciega y por lo general un compromiso se complementaba en el otro. Es decir; quien conseguía la fides de los demás era porque a su vez se hacía representante de los valores que defendía la devotio. En el momento en que éste ya no representaba tales virtudes, el vínculo clientelar desaparecía, aunque el espiritual continuara.

[1] Sopeña Genzor, Gabriel: “Los Celtas” en Historia de Aragón. Heraldo de Aragón, Zaragoza 1991.
[2] Fatás Cabeza, Guillermo & Miguel Beltrán Lloris. Salduie, ciudad ibérica “Historia de Zaragoza nº2”, Ayuntamiento de Zaragoza & Cai. Zaragoza 1997.
[3] Alvar, Jaime. Diccionario Historia de España y América (tomo 19). Colección Austral: Bibilioteca El Mundo, Espasa Calpe. Madrid 2004.
[4] Sobre los pueblos prerromanos en Aragón: Fernández Clemente, Eloy. Los Aragoneses, Editorial Istmo (colección fundamentos nº 57), Madrid 1977, págs. 69-75.
[5] Sopeña Genzor, Gabriel (Editor). Aragón antiguo: fuentes para su estudio, Prensas Universidad de Zaragoza. Zaragoza 2013.
[6] Marco Simón, Francisco; “La emergencia de los pueblos antiguos y las colonizaciones (siglos V-I a.C.)”. Historia de Aragón (Fernández Clemente, Eloy. Director), La Esfera de los libros. Madrid 2008.
[7] Galiay Sarañana, José. La dominación romana en Aragón, Institución Fernando el Católico. Zaragoza 1946.
[8] Frazer, Sir James George, La rama dorada: magia y religión (1890). Fondo de cultura económica, México 1994. “Llamado el árbol de los hechizos, era considerado sagrado y frecuentemente utilizado por druidas, quienes recogían el muérdago que crecía en su tronco. Las mujeres tomaban muérdago de sauce porque creían que tenía una mayor eficacia para el embarazo. Al sauce se le relacionaba con la Luna y todas sus fases, por lo que se le atribuía el cambio de los estados de ánimo a medida que transcurre el tiempo nocturno, que era también el calendario celta. Se dice que los sacrificios ofrecidos por los druidas lo eran en cestos de mimbres hechos con ramas de sauce e incluso muchos cestos todavía se confeccionan de esta manera, por lo que también se conoce como mimbrera. En su honor dedicaron un mes entre el 15 de abril y el 12 de mayo”.
[9] Mouré Romanillo, Alfonso & Juan Santos Yanguas: “Prehistoria”. Historia de España 1. Colección Austral & Espasa Calpe. Biblioteca El Mundo, Madrid 2004.
[10] Abad Casal, Lorenzo. Los Íberos, Cuadernos de Historia 16 nº31. Madrid 1995.
[11] Sopeña Genzor, Gabriel (Editor). Aragón antiguo
[12] Alvar Exquerra, Jaime. Entre Fenicios y Visigodos: Historia antigua de la península Ibérica, La Esfera de los libros, Madrid 2008: Los íberos, págs. 49-57.


[13] Salinas de Frías, Manuel. Los pueblos prerromanos de la península Ibérica, Akal: historia antigua. Madrid 2006.


viernes, 25 de mayo de 2018

La llamada Guerra del fútbol entre Honduras y El Salvador



Hace casi cincuenta años y con ocasión de un partido de clasificación para el mundial de Mexico 70, se declaró una guerra entre Honduras y El Salvador que ha pasado a la historia como “Guerra del fútbol”.

http://www.ivoox.com/guerra-del-futbol-entre-honduras-el-salvador-audios-mp3_rf_26177353_1.html


Bibliografía:
Kapuscincki, Ryszard. La Guerra del fútbol, Anagrama 2006.
Granados, Alberto. La Historia más curiosa: “Grandes momentos de los personajes que debes conocer, Aguilar”: La guerra del fútbol, págs. 100-101.
Marcos, José. “Jamás imaginé lo que desencadenaría mi gol”, El Paísm lunes 20 de julio de 2009
Redacción: “Los 47 años de la Guerra del Fútbol” Heraldo de Aragón 14 de julio de 2016.

Documentos sonoros:
El Salvador vs Honduras en el Azteca el 27 de Junio 1969 - Rumbo al Mundial Mexico 1970: https://www.youtube.com/watch?v=HwQD8j15hwA
La guerra de las 100 horas con honduras, mensaje de Fidel Sanchez Hernandez:

Música:
Música del Salvador:
Los guanacos, “Cumbia Salvadoreña” Impacto latino.
Música de Honduras:
Kazzabe, “Baila Baila”
Polache interpreta, “Sopa de caracol” compuesta por Pipo Tejeda & Franoman.

Colaboración: Andrea Bonafonte & Luko5cobertura
Fotografía: imagen de la época donde se habla de dicho encuentro que se disputó en el estadio Azteca de la capital mejicana.

jueves, 24 de mayo de 2018

El Retabillo por el río Gállego y los Mallos






Por fin he conseguido la ruta número 11 que edita la DPZ sobre Zaragoza y que habla “del río Gállego y los Mallos”. Donde aparece, entre otros muchos lugares Villanueva. Muchas gracias a Mari Sancho y a Santiago por recomendar el Retabillo como fuente de documentación para conocer Villanueva de Gállego y su entorno. Para mí, ha sido un placer poder contribuir y colaborar en esta publicación y espero no defraudar a la gente que visite este blog, que casi ya parece un influencer ¡jajajja!

viernes, 18 de mayo de 2018

Invasión árabe de España

Batalla de Guadalete (Martínez Balcells)


La invasión árabe de la península ibérica es uno de los sucesos más trascendentales y a la vez más mitificados de la historia de España, sin embargo está muy poco estudiado.

Bibliografía:
Cebrian, Juan Antonio. La aventura de los godos, La Esfera de los libros. Madrid 2002.
Martín, José Luis. Historia de España: “Alta edad media” volumen 3, Biblioteca El Mundo. Colección Austral – Espasa Calpe. Madrid 2004.
Mitre, Emilio. La España medieval, Istmo. Madrid 1999.
DOSSIER: “La invasión árabe” en Aventura de la Historia nº 147.

Película:
Vittorio Cottafavi. Los cien caballeros, España 1965: Trata sobre la invasión musulmana de un pueblo cristiano allá por el año mil.
Luis Marquina. Amaya: los judíos y la invasión musulmana, España 1952.

Música:
Ferrando Reig, JMª. El moro Muza (pasodoble interpetado por la Unión Musical Contestana – Socarrats)
Pérez Monllor, Camilo. L’Entrá dels moros, interpretado por la corporación Musical Primitiva de Alcoy (director; Ángel Luis Reffando Morales). Rams de Música II, 2015.
Monjes de Silos interpretan: “Antifonario mozárabe” Cantus Lamentationum (Semana Santa)
Anónimo: Romance del reino perdido

Colaboración: Andrea Bonafonte & Luko5bertura

Aniversario de la Casa de Ganaderos de Zaragoza



Ayer anunciaba la prensa la conmemoración del 800 aniversario de la Casa de Ganaderos, una de las instituciones más antiguas de España, reconvertida en la actualidad en cooperativa. Su principal función era la de agrupar a los ganaderos del reino de Aragón en particular pero sobre todo de Zaragoza y sus términos defendiéndolos de intrusos, mi padre y mi abuelo fueron socios.

Hoy viernes el rey Felipe VI viene a celebrar este aniversario, el de una asociación que es más antigua que la propia Mesta castellana, según dicen algunos.

Pero para mí, la Casa de Ganaderos es una de las responsables de que hoy, Villanueva de Gállego, el pueblo sobre el que en su día escribí su historia, sea municipio y no lugar o barrio de Zaragoza. Solo basta mirar por encima los archivos de la Casa, que se conservan en su sede de la calle de San Andrés, para ver la cantidad de conflictos y pleitos que llegó a tener Villanueva a lo largo de su historia frente a tal institución, sobre aprovechamiento de pastos, de agua o por cualquier otro motivo, incluso hasta bien entrado el siglo XX Villanueva de Gállego es uno de los lugares con lo que tuvo más conflictos con la institución, de hecho la principal calle del pueblo, Gómez Acebo, lleva el nombre del abogado madrileño que defendió las pretensiones de su Ayuntamiento frente a las de la propia Casa de Ganaderos, apoyada por la capital.

sábado, 12 de mayo de 2018

viernes, 11 de mayo de 2018

Fátima: El último secreto de la Virgen



Se cumplen 101 años de las apariciones de Fátima a los tres pastorcillos, cuando la Virgen les reveló a los niños los misterios sobre lo que iba a suceder a lo largo del siglo XX, unos secretos que aún hoy día son fuente de controversia.

http://www.ivoox.com/fatima-el-ultimo-misterio-virgen-audios-mp3_rf_25925996_1.html


Bibliografía
Laboa Gallego, Juan María. Historia de los Papas: entre el reino de dios y las pasiones terrenales, La Esfera de los libros. Madrid 2005
Marchi, Joao de. Era una Señora más brillante que el sol, Editora Missões Consolata. 1999
Walsh, William Thomas. Nuestra Señora de Fátima, Espasa Calpe Editores. 1953

Hemeroteca:
Bachiller, Rafael: “Crónica del Cosmos. 75 años de la aurora de la Guerra Civil”, Diario El Mundo 25 de enero de 2013.
Sociedad: “Los tres secretos de Fátima” ABC Diario, 9 de mayo de 2017.

Película:
Rafael Gil con guion de Vicente Escribá: La Señora de Fátima. España 1951

Música:
Afonso Lopes Vieira, música de Rui Coelho. ‘Ave María de Fatima’, 1926.
Márcia com JP Simomes. A pele que há en min “Quando o dia entardeceu” 2011.

Enlace: Entrevista con Sor Lucía dos Santos en el documental “Irma Lucía”

Colaboración: Andrea Bonafonte & Luko5bertura
Fotografía: Lucía, Francisco y Jacinta; los pastorcillos de Fátima a quienes se apareció la Virgen

viernes, 4 de mayo de 2018

Pericles y su siglo: La democracia en Atenas



En los últimos tiempos se emplean mucho términos como “populismo”, “demagogia”, “democracia participativa” o “directa”, pero estas formas de gobierno no son ni mucho menos novedosas ni revolucionarias, más bien todo lo contrario, pues tienen su origen en la antigua Grecia. Siendo su principal representante Pericles de Atenas.

http://www.ivoox.com/pericles-su-siglo-la-democracia-atenas-audios-mp3_rf_25792723_1.html


Bibliografía:
Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso, Gredos. Madrid 1992.
Bowra, Maurice. La Atenas de Pericles, Alianza editorial. Madrid 1998.
García Moreno, Luis A. La Antigüedad Clásica (Tomo II, volumen 1), EUNSA: Historia Universal. Pamplona 1989.
Montanelli, Indro. Historia de los griegos, Tribuna de Plaza&Janés “Historia”. Barcelona 1991.
Vallvey Arévalo, Ángela. Amantes poderosas de la historia. “Aspasia y Pericles”, La Esfera de los libros. Madrid  2016.

Novela histórica:
Manfredi, Massimo. Akropolis RGB editories. Barcelona 2000.
Warner, Rex. Pericles el ateniense, Edhasa. Barcelona 2003.

Película:
Francesc Bellmunt. Lisistrata, España 2002: o como hacer una huelga sexual
Yorgos Jabellas. Antígona (basada en la obra de Sófocles), Grecia 1961.

Música:
Sonidos de la Grecia clásica: https://www.youtube.com/watch?v=eBuV0l1H1rg
Demis Roussos. Lady Arcadia “Grandes éxitos 1971-1980”CD editado por Philips en Alemania 1983.
Nana Mouskouri. Athina, del álbum “Ellas I Hora Ton Oneiron” 1961.

Con la colaboración de Andrea Bonafonte & Luko5bertura
Fotografía:
Busto de Pericles que se conserva en el Museo de Antigüedades de Berlín (Alemania).


martes, 1 de mayo de 2018

Aclaración




Hace un momento he recibido una notificación en la que se me decía que en mi libro “Villanueva de Gállego: Retabillo de un municipio” daba un dato mal y que debía de rectificar y se me decía que no daba datos reales.

En la página 238 de dicho libro digo en el segundo párrafo: “Alertado ante lo que estaba sucediendo, la mayoría de la población huyó del pueblo…” en el siguiente párrafo relato: “Entre los huidos al pinar de Zuera se encontraban José Pradilla Pons, jornalero de 26 años que tocaba el clarinete y otro vecino de Villanueva, José Gil Gracia. Según la Causa Nacional” (Documento que ilustra la entrada a cuyo pie está el enlace del mismo, fácilmente buscando Portal Pares, “Villanueva de Gállego”). “Ambos fueron obligados por milicianos a internarse en zona roja y una vez allí fueron fusilados, se supone que en Tardienta” (aquí nota al final que remite a este enlace de la causa nacional.

Supongo que la queja viene porque no estaban huidos, lo siento, podrán estar trabajando, cortando leña, labrando o cazando no lo sé, ha sido un error de redacción, seguramente no lo estaban y ni siquiera estaban refugiados, estaban por allí. Por lo demás me atengo a lo registrado en la Causa Nacional.

Aprovecho la ocasión para decir una cosa, en este punto, el de la República y la Guerra Civil he querido ser siempre muy cuidadoso, ecuánime y en ningún momento he discriminado muertos de un bando o de otro, ni he justificado ni unas cosas ni otras, para mí las circunstancias fueron las mismas para unos que para otros, es mi obligación como historiador, independientemente de mis sentimientos que en muchos casos mi trabajo me ha costado y hasta oírme lo que no tenía que oírme, pero eso es otra cosa que no viene al caso.

Durante veinte años he intentado sacar lo positivo de mi pueblo en muchos casos lo he encontrado, hace unos días recordaba a una persona y hace dos meses a otra, nunca me reprocharon nada y se lo agradezco, me he equivocado muchas veces, pero también ha habido personas que se han equivocado conmigo. No he pretendido hacer una Biblia sino intentar poner a Villanueva en el lugar donde debe estar, o donde debería estar, no busco que me pongan una calle, ni que me hagan alcalde, tan solo escribir sobre lo que tenía a mano, más próximo y hacerlo sin rencor, aunque tuviera razones para ello hora bien, durante todo este tiempo he aprendido una cosa, que hay personas que merecen la pena pasar a la historia y generalmente no son aquellas que hacen la historia o que creen que hacen la historia.

El valor de la Lonja

El famoso “Salón de la Lonja” en Zaragoza está dividido en dos pisos, el bajo donde se llevan a cabo exposiciones y que es muy conocido y un...