El
23 de abril de 1968 se constituyó el Club Juvenil San José, fundado por Jesús
Cativiela Redondo, Fernando Morte Cortés, José Luis Calvo Ovedé, José Antonio
Guillén Beltrán, José Gracia Naval, Francisco Goñi Santisteban, José Luis
Nogueras París y Alfredo Domenche Longás. La mayoría de ellos tenían en común
no haber vivido la Guerra civil y por tanto pocos sobrepasaban los treinta
años, su intención era crear un centro abierto y fomentar la cultura humana y
religiosa entre la juventud villanovense, así como la expansión de su alegría
en amistoso compañerismo fundando un lugar con ambiente total y exclusivo de
juventud patrocinado por la Parroquia cuyo consiliario, D. José Royo Ramo, fue
su mentor. Había existido un proyecto anterior llamado “Hijos de San José” que
en la década de los cincuenta había organizado excursiones y acondicionado en
el salón parroquial un pequeño local de reunión donde se pudo ver, por vez
primera, la televisión en Villanueva.
Diez
años más tarde y con un presupuesto de treinta mil pesetas comenzó su andadura
este centro compuesto por una generación posterior. Los socios pagaban 5
pesetas de cuota y para pertenecer a la entidad esa necesario tener más de 18
años, aunque este requisito con el tiempo careció de valor pues había jóvenes
que acudían a sus salones con apenas doce o trece años; eso sí, los padres de
los integrantes podían entrar en el Club siempre que lo desearan. Estaba
dirigido por una Junta Directiva integrada por ocho miembros elegidos por
votación de los miembros del Club y de la cual salía el Presidente. Como
consejero de la Directiva se encontraba el cura párroco «teniendo intervención
en todos los actos que puedan celebrarse y asesorando a la Junta Directiva de
la procedencia o no procedencia de los mismos». En realidad era una forma de
controlar las actividades ante el Gobernador civil ya que en esa época, pleno
Franquismo, la reunión y la asociación estaba prohibida si no era bajo el
amparo del Gobierno o de la Iglesia. Con el tiempo se realizaron excursiones a
Lourdes, con escalas en Andorra, Biarritz y San Sebastián. (Algunas veces he
pensado si esos viajes servían, no solo para comprar en Andorra o ver el casino
sino, para que familias de uno y otro bando se reencontraran con la excusa de
ver a la Virgen) Se retomó la cabalgata de Reyes. El día de fin de año se
organizaba un extraordinario cotillón donde los socios solían acudir con
originales disfraces y en ocasiones se representaron obras de teatro y
funciones de baile, sobre todo por Santa Águeda y San José.
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En los orígenes de la Peña G también tuvo que ver el Club (Foto: Ángel Moreno) |
Hacia
1980 apareció un artículo, en la revista Esfuerzo común, en el que se
mencionaba la actividad del Club. Decía que había 322 socios, quienes con
ocasión de su Patrón organizan campeonatos de ajedrez, guiñote, ping pong,
billar y otros juegos de mesa. Añadía que disfrutaban de unos amplios salones
alquilados a la Cooperativa Divino Salvador, cuyo Casino se encuentra en la
planta superior; mientras que el Club, en todo lo que es la planta calle y en
la que, además de la sala de juegos, hay biblioteca, oficinas y un amplio salón
social. Continuaba diciendo la reseña que dicho Centro «ofrece numerosos
alicientes a los jóvenes a la hora de divertirse sobre todo los fines de
semana, pues, pese a lo que se puede pensar dada la proximidad con la ciudad, no
solo no se marchan, sino que hay jóvenes que vienen a pasar estos días a
Villanueva» donde hay baile, discoteca y cine. «Además es un lugar tranquilo
donde pasar unas buenas horas». Desde 1978 el Club
se encontraba detrás de un proyecto deportivo innovador: la celebración de unas
“Olimpiadas” gracias a las cuales se han introducido en la localidad muchos
deportes como el balonmano, el baloncesto, el atletismo, el frontón y la
natación entre otros, que complementan la tradicional afición al fútbol. El Club
también llegó a participar en la Comisión de Cultural del Ayuntamiento. Junto
con la Asociación de Padres y la de vecinos, organizaron una serie de “Semanas
Culturales” que intentaban fomentar la difusión de actividades encaminadas al
entretenimiento y a la instrucción. Así en las Navidades de 1979 se llevaron a
cabo representaciones teatrales a cargo de los grupos Taguara y Teatro de la Ribera.
Además se realizaron charlas, exposición con trabajos diversos y pinturas de
las gentes del pueblo. En la Iglesia actuó la Banda de la Diputación
Provincial, pero el acto estelar fue la actuación del cuadro de jota y la rondalla local.
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Olimpiadas de Villanueva 1977 (Foto: Gerardo Sancho Ramo) |
[i] Vicente Calvo y Javier Ortega,
“Tierras de Aragón: Villanueva de Gállego”. Esfuerzo Común (revista quincenal)
Zaragoza 14-28 de marzo de 1980, nº 319, pág. 20