Escribe Ramón J. Sender, en su libro Crónica del Alba, que el peor insulto que puede proferir y recibir un aragonés es que le digan, o que diga "eres un desustanciado". Es decir, eres una persona sin sustancia, sin cerebro, sin gracia, sin acierto en sus palabras, que actúa fuera de contexto, sin personalidad, ¡¡eres nada, al menos intelectualmente!! Este señor, sea quien sea, aunque dice ser ciudadano de la Antigua Corona aragonesa, es un desustanciado y si lee esto lo debería entender correctamente. Lo que ha firmado es una desustanciadez y además, para terminar de arreglarlo es un "Jauto" y ha cometido una "Jautada", otro adjetivo calificativo aragonés que se emplea para designar a una persona "Tonta, sin gracia, que pretende tenerla, pero fracasa en el intento porque no sabe lo que dice y termina metiendo la pata". Aunque en Aragón se emplea otra expresión muy curiosa y popular: "Es jauto hasta almorzar y después todo el día y au