Hace años me encontré por las redes
con este señor; Victorio Castán Guillén (Villanueva
de Gállego (Zaragoza) 26 de marzo de 1912; Bayona (Francia) mayo de 1983). En
la reseña se especificaba; “fue un militar y militante anarquista español”.
Enseguida me puse y buscar y alguien me dijo que era familia de Ricardo Castán Guillén, sobre quien
publiqué una entrada hace unos meses. Pregunté entre los amigos que tenía
Ricardo en Villanueva y casi nadie me supo dar respuesta salvo uno, que me dijo
que en cierta ocasión se excusó de acudir a una cita “porque tenía que ir a
Francia, por asuntos familiares”. En principio pensé que podía ser su padre,
pero más tarde la hija de Ricardo me aclaró que era su hermano mayor. Por lo
que respecta a Villanueva tan solo se tenían noticias confusas.
Victorio era pintor y muy joven se
afilió a la Confederación Nacional del
Trabajo (CNT) en Aragón. Tras el estallido de la Guerra civil se alistó en
la Columna «Carod-Ferrer»
combatiendo en el Frente de Aragón, más concretamente en el bajo Aragón. En
abril de 1937 fue nombrado comandante de la recién creada 118ª Brigada Mixta formada a partir del Batallón que llevaba su
apellido “Castán”. Considerada una
unidad de choque; por la calidad de su organización y su capacidad ofensiva,
participó en junio de 1937 en un ataque a Huesca y otro a Belchite, éste
partiendo de Fuendetodos antes de intervenir en la batalla de Teruel. El 6 de
octubre, la brigada recibió la orden de retirarse de Belchite por Caspe y
Victorio Castán fue nombrado responsable de la 25ª División del XVII cuerpo del ejército, con el grado de Teniente
Coronel. En abril de 1938 con este mismo grado, fue nombrado responsable de la
División al lado de Francisco Bravo
Quesada.
Hecho prisionero al final de la
guerra fue internado en el campo de Albatera,
en el término municipal de San Isidro, en la vega baja del Segura alicantino, (Comunidad
Valenciana) de donde se fugó en mayo 1939 con Saturnino Carod Lerin y Sebastián
Esteban Vicente. Tras un breve paso por Zaragoza, se fue a Francia con su
compañera e hijo, gracias a la red instalada por Francisco Ponzán pero, fue internado en el campamento de “Vernet”. Logró escapar y en septiembre
1939 se integra en los servicios de la Defensa
Nacional. Trabajó en la red de Francisco Ponzán Vidal y en la lucha contra
la ocupación nazi con el pseudónimo de “Reyes” ayudando a pasar por el Pirineo
a judíos que huían de los nazis y también a sacar de España a muchos
anarquistas que habían quedado atrapados bajo la Dictadura. La llamada “Red
Pat O’Leary” y “Grupo Ponzán” fue
una red de evasión encargada de sacar a perseguidos antifascistas, tras la
ocupación alemana de Francia. Conocida como la
red puso a salvo en estrecha relación con Inglaterra, a más de un millar de
fugitivos de distintas nacionalidades.
En 1941 entró en
España y tras pasar por Barcelona llegó a Madrid; donde montó una red de
resistencia, manteniéndose en contacto con su compañero Joaquín Sin Oto. Regresó a Francia el 18 de diciembre de 1941 con Ausencio Montañés López. Fue después de
este viaje y tras enterarse de que había sido detenido en España su amigo
Saturnino Carod Lerin "El Cuco" junto con Vicente Moriones Belzunegui
y José Luis Márquez Boya cuando Victorio
acusó a Eliseo Melis de ser
responsable de las detenciones. En abril de 1942 volvió de nuevo a España para
reorganizar el grupo Madrileño y crear un punto de apoyo en Pamplona,
estableciendo contacto con el nuevo Comité
Regional de Aragón. Logró escapar dos veces de la mismísima Gestapo y fue responsable de la captura
de un agente alemán muy importante, lo que le valió la Croix de Guerre con Estrella de Bronce y una distinción de la
Legión de Honor Francesa. Después de la liberación se negó a colaborar con el
Gobierno de la República mientras en España fue sometido a un Consejo de Guerra
Sumarísimo por delito contra la ley para la seguridad del estado y asociación
ilícita y propagandas ilegales. Dictándose sentencia condenatoria en Rebeldía
el 6 de diciembre de 1944. Volvió al anonimato y a su condición de pintor, con
la que siguió ganándose la vida. Victorio residió en Bayona hasta el final de
sus días en mayo de 1983, ahora hace 40 años. Falleciendo días después de su
esposa Pilar. Aun hubo un tercer hermano Castán, Ramón a quien fusilaron junto con
su mujer, embarazada en la tapia del cementerio de Torrero en 1936.
La peripecia de estos tres hermanos
no deja de ser un símbolo de lo que ocurrió en muchas familias durante la
Guerra Civil. Una familia destrozada por la guerra, con un hijo fusilado, otro
en el bando republicano y el más pequeño teniendo que sobrevivir en una
posguerra hostil, en la que tuvo que ocultar su pasado como otros muchos; para
que le dejaran en paz, para que no molestaran a su familia y sobre todo, para
salir adelante. Muchas veces nos quedamos con lo superficial, con lo que vemos,
pero somos incapaces o no nos atrevemos a indagar que hay detrás quizás, porque
nuestro pasado es similar al de los otros. Valga este sencillo homenaje para un
villanovense ejemplar que tras luchar y defender sus ideas, volvió como uno más
a su vida, a su trabajo y a su familia aunque por desgracia, no a su tierra.
Bibliografía
Engel, Carlos. Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la República,
Almena. Madrid 1999.
Maldonado, José Mª. El frente de Aragón. La Guerra Civil en
Aragón (1936–1938) Mira Editores. Zaragoza 2007.
Téllez, Antonio. La red de evasión del grupo Ponzán:
anarquistas en la guerra secreta contra el franquismo y el nazismo
(1936-1944) La Lletra SCCL Virus (1996).