Sebastián Romero Radrigales
Sebastián Romero Radrigales |
Sebastián Romero
Radigales fue un diplomático español, de origen aragonés, que nació en 1884.
Procedía de una familia originaria de Barbastro aunque no sé si realmente donde
nació fue en Graus, donde se le ha tributado un homenaje recientemente.
Sebastián Romero, como también hizo el zaragozano Sanz Briz y otros
diplomáticos españoles, aplicó un Decreto aprobado por la Dictadura de Primo de
Rivera en 1924 según el cual los judíos sefardíes podían tener la nacionalidad
española y por tanto eran de por sí españoles. Esta ley, que el día que se
aprobó parecía inocua y hasta un poco surrealista, veinte años después de su
aprobación salvo la vida de miles de judíos en toda Europa, en el caso de
Romero Radigales en Grecia donde había una importante comunidad sefardí, sobre
todo en la ciudad e Salónica al norte del país. Los judíos de Salónica eran en
su mayoría descendientes de los expulsados en 1492 y muchos de ellos procedían
de la Corona aragonesa, de hecho en esta ciudad había un barrio llamado “Cal
Aragón” tal y como nos recuerdan las investigaciones de Adela Rubio y
Santiago Blasco.
Era una comunidad que contaba con su propia sinagoga y en la que los descendientes
de los judíos aragoneses “hasta hoy se llaman con orgullo saragosanos” según el
testimonio de Abraham Salom Yehuda. No hay que olvidar la vinculación que tuvo
en su día esta zona con la corona aragonesa, la llamada Neopatría conquistada
por los Almogáraves, es más Salónica era hasta la Segunda Guerra mundial la
ciudad más española del oriente mediterráneo. La ocupación nazi de Salónica efectuada
el 9 abril 1941 supuso el asesinato del 95 % de su población judía, por ejemplo
entre marzo-junio de 1943 desaparecieron unos 48.000 judíos salonicenses, que
en su mayoría fueron deportados al fatídico campo de exterminio de
Auschwitz-Birkenau, en Polonia.
Volviendo a Sebastián, éste formaba
parte de una familia política importante, pues su padre fue senador durante la
Restauración y su hermano José diputado por Huesca en varias ocasiones durante
el reinado de Alfonso XIII, llegando más tarde a ser ministro con la CEDA
durante la República. Sebastián Romero se decantó por la diplomacia llegando a
estar destinado en varios países europeos y en Estados Unidos pues ocupo plaza
en los consulados de San Francisco (1929-1933) y Chicago (1934). Hasta que fue
enviado por el gobierno franquista a Grecia durante la guerra civil española, en
abril de 1943 pasó a desempeñar el puesto de Cónsul General de España en Atenas,
en plena ocupación alemana del país heleno. En medio de la tragedia de la II
Guerra Mundial en Grecia, Romero Radigales se empeñó a título
personal y sin ningún apoyo del Gobierno de Franco al que representaba, es más
desaconsejado por el ministro de Exteriores Gómez Jordana y por el embajador en
Berlín Ginés Vial, quienes desoyeron las súplicas desesperadas de Romero para
que España interviniera en favor de los judíos perseguidos por los nazis, para
que pudieran ser evacuados a zonas más seguras. Se encargó de salvar a los
judíos sefarditas de Atenas y Salónica que tuvieran ascendencia española.
Constantes fueron sus enfrentamientos con el embajador alemán en Atenas el cual
se quejaba ante su ministerio de la “resistencia” del diplomático español y
pedía a Berlín que “presionase” a las autoridades franquistas “para que
instruyeran a Romero” y así “frenar sus interferencias” en la cuestión judía. Pero
las “interferencias” del cónsul oscense, a pesar de múltiples dificultades,
dieron sus resultados y así logró liberar de la boca del infierno
hitleriano al que parecían estar condenados, a casi 800 judíos que hubieran
acabado sus días en los campos de exterminio nazis pero sobrevivieron a la
Shoáh.
Entre sus logros llegó a trasladar a
150 sefardíes de Salónica a Atenas desde donde más tarde pudieron ser enviados
a la entonces Palestina británica y otros 235 pudieron mantener con vida en
Atenas hasta el final de la guerra. También logró la repatriación de 365 judíos
sefardíes que se hallaban en el campo de Bergen-Belsen, en la baja Sajonia y el
mismo en el que murió Ana Franck. Pues bien Romero consiguió
que aquellos descendientes de españoles salieran de allí y después de múltiples
penalidades, llegaran a España en febrero de 1944 con visados de tránsito, que
no de residencia puesto que el régimen franquista no los admitía, para más
tarde hallar refugio en el Protectorado de Marruecos o en diversos países de
América. Romero Radigales se encargó de organizar el depósito de los bienes y
valores de todos los repatriados para evitar que se apoderasen de ellos los
nazis y que, una vez acabada la guerra, se encargó de devolverlos a sus
propietarios o herederos.
Salvador Romero Radrigales falleció en
1970. Las vivencias de estos diplomáticos han salido a la luz a raíz de la película
La lista de Schinder y muchas de
estas cosas se saben hoy día gracias a la desclasificación de muchos de estos
expedientes por el ministerio de Asuntos Exteriores español en el año 2000.
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