La hoguera de san Antón y el año nuevo Juliano
Ayer fue San Antón y estaba pensando
que relación podría haber entre las hogueras que se encienden en la víspera y
la celebración del año viejo, o nuevo por el calendario Juliano. El que
estableció Julio César en el año 44 a.C. y que fue sustituido por el Gregoriano
tras el Concilio de Trento.
He consultado a la Wiki, que de esto
sabe mucho y es muy rápida y me ha dicho que según el rito Juliano. Observado
por la iglesia Ortodoxa hasta hoy día, el año nuevo debería ser el 14 de enero,
es decir tres días antes de san Antón y día y medio, más o menos de las
hogueras. Pero como los católicos somos mucho de readaptar fiestas y colocarlas
a nuestra manera y conveniencia (me incluyo entre los católicos aunque tan solo
sea por cultura y educación). No me extrañaría un pelo que algunas tradiciones
del año viejo Juliano, como la del encendido de hogueras se traspasaran al día
de San Antón, aunque solo fuera porque era el primer día festivo que había tras
la tradición desaparecida (algo también muy católico). En algunos pueblos se dice
“Hasta San Antón, Pascuas son” y en muchos lugares es en este día cuando se
desmontan los belenes.
La tradición de las hogueras
consistiría en quemar todo lo viejo y todo lo malo que quedaba atrás del año
anterior; malos recuerdos, trastos viejos, inservibles, impurezas; en
definitiva una limpia de armario en profundidad, un sentido material, en
algunos sitios físicos e incluso espiritual. Algo similar a la quema de un
muñeco a finales de Carnaval que ocurre en algunos lugares y que representa
todo lo malo, en definitiva una catarsis colectiva, aunque antiguamente solía
hacerse de forma individual, e incluso vecinal o corporativa. En algunos países
como Italia aun es tradición tirar el día de nochevieja trastos a la calle
desde las ventanas de las casas, o incluso quemarlos en hogueras en plena vía
pública.
En definitiva la hoguera de San Antón
sería una reminiscencia de las celebraciones de año nuevo, o viejo según el
antiguo calendario que heredamos de los romanos. De alguna manera el tocino de
San Antón, que se sacrificaba en ese día también se había comido todo lo malo
que había sobrado por el pueblo en el año anterior y sus productos se asaban,
en la hoguera que se levantaba a tal efecto. También, “brincar” por encima del fuego
sería “saltar por encima de todo lo malo que quedaba atrás” un rito de
supervivencia, de inicio y purificación.
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