Entierro de Isabel II: Westminster
Independientemente de cualquier otra conjetura, la cobertura que ha dado la BBC sobre el funeral de Isabel II ha sido un éxito. Reconozco humildemente que personalmente me ha enganchado, como si hubiese sido una temporada más de la serie The Crown. Los encuadres de las imágenes, los detalles que recogían las cámaras y el respeto hacia el rito y la tradición hacen de este tipo de producciones, auténticas obras de arte audiovisuales que sirven para que otros aprendamos a trabajar con las imágenes. Hace falta ser muy buen cámara para estar cuatro días seguidos captando instantáneas en un espacio cerrado como es Westminster Hall para que la retransmisión no resulte aburrida, los de la televisión británica lo han conseguido. Al final se dedicaban a captar detalles del artesonado del techo y siempre aparecía algo nuevo. Algo muy importante, el realizador se había estudiado muy bien el protocolo y dispuso las cámaras en lugares estratégicos para captar las emociones pertinentes, me gustó mucho cuando de repente ves una enorme comitiva formada en medio de la campiña inglesa y de repente observar como enfilaban hacia el castillo de Windsor.
Me pegué un buen rato pasando y repasando en youtube el video de los funerales y he llegado a captar más de dos centenares de instantáneas del entierro, de todas ellas he seleccionado unas cincuenta que he repartido en cuatro entradas: Westminster, Procesión por Londres, Llegada a Windsor, Castillo y Capilla real de San Jorge, donde fue enterrada la soberana. El funeral estuvo divido en dos partes; La primera en Londres y la segunda en Windsor, creo que ésta es la mejor por su significado.
De la primera entrada destacaría las imágenes intimistas y las fusiones de cámara llenas de simbolismo, de la ceremonia en la Abadía los planos generales desde lo alto del crucero que dan una visión de magnificencia. Me llamó la atención la utilización de la gaita escocesa como instrumento de carácter religioso, a pesar de que le asociamos con un uso folclórico o festivo, la gaita de fuelle posee una importante carga religiosa; este fenómeno lo he observado recientemente aquí en España, cuando se emplea en grandes celebraciones religiosas en algunos pueblos aragoneses y me ha vuelto de chocar ahora, con motivo del sepelio de Isabel II, sobre todo muy significativo es que se utilice en el momento del adiós. Durante el cortejo por las calles londinenses habría que destacar de nuevo los planos generales, en esta ocasión teniendo como telón de fondo el Skyline londinense o lugares representativos como el palacio de Buckingham. Los realizados a “ras” produciendo un efecto de “apelotonamiento” y sobre todo la imagen del príncipe Harry que sobresalía sobre todas las demás, junto con su hermano y su padre. En este sentido, destacar las imágenes de los dos bisnietos mayores de la reina Isabel y como su “heredera moral” que es la pequeña Charlotte, indicaba a su hermano los pasos que tenía que hacer según el protocolo. Jorge, que así se llama el chaval miraba entre absorto y asustado la escena como pensando, algún día me tocará a mí. El ceremonial en Londres era más oficial, multitudinario, distante quizás, mientras que el de Windsor fue más íntimo, popular, más cercano en gran medida debido a la cantidad de gente que esperaba la llegada del cortejo de la Reina. Aquí se volvieron a repetir los planos generales y enfoques puntuales a detalles que podían ser de interés, como la entrada en el castillo, los corgis de la Reina o los sirvientes de palacio emocionados, para termina en la Capilla real del Castillo, donde se vivieron los momentos más trascendentales y los ritos más ancestrales con la ruptura del bastón de mando de la soberana por el Lord Canciller, quedando de esta manera cerrado el reinado de Isabel II. Quisiera añadir que este rito se hacía también en España para finalizar los funerales regios, consta que la última vez que se llevó a cabo fue en el de Alfonso XII.
Otra curiosidad, el encargado de
organizar los funerales de la soberana y también de la coronación de su hijo es
el duque de Norfolk desde hace
muchas generaciones, se da la circunstancia de que mientras el rey es anglicano
de religión, el duque es católico, siendo una de las casas nobiliarias más
importantes del Reino Unido.
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