Exposición Tributo de las tres vacas

Hace unos meses me puse en contacto con la Casa de la Memoria de Isaba (Roncal, Navarra) Roberto, su entonces responsable, me propuso colaborar en una exposición con fotografías antiguas y modernas sobre el Tributo de las Tres vacas. Un repaso a lo largo de tres siglos de esta fiesta que se celebra cada 13 de julio desde hace siete siglos, al menos documentalmente. En una entrada anterior publiqué las del siglo XIX realizadas por Coyne, en esta muestro algunas del siglo XX y que corresponden al año 1934, año en que el fotógrafo guipuzcoano Ojainguren asistió al Tributo, son también unas imágenes muy interesantes y curiosas.

La exposición que se puede ver en la Casa de la Memoria de Isaba durante todo el verano, fue inaugurada el pasado domingo 24 de julio en un acto entrañable y amistoso en la que, además de quien escribe asistieron Roberto, a quien agradezco todo su interés, Fernando Hualde Concejal de Cultura de Isaba y gran conocedor del Tributo, así como el Alcalde de Isaba quien se mostró muy interesado en el acontecimiento y agradeció mucho la aportación, agradezco sus palabras de animo y su intervención, así como la de todos los isabarres.

También colaboró con mucho interés Marcelino, el Secretario de la Junta del Valle, quién aportó algunas de las actas del Tributo correspondientes a esos años. Añadiendo un valor clave pues se aprecia el avance las tecnologías al servicio de la Administración (desde la pluma, al word).
Quisiera dar las gracias al fotógrafo que obtuvo estas imágenes y que también intervino explicando las características técnicas de las fotografías, ahora no recuerdo su nombre pero creo que es el que aportó las fotografías correspondientes al siglo XXI, es decir las de la ultima ceremonia.

Si pasan por Isaba no se la pierdan.

Comentarios

  1. He disfrutado mucho cuando, por fin, he tenido un momento para ver despacio las fotos antiguas del El Tributo. Me ha llamado particularmente la atención la salva de disparos de 1894. Hay un novelista navarro, Félix Urabayen Guindo (1883-1943) que en “La última cigüeña” (Ed. Auñamendi, 1982), ambientada en parte en el valle de Roncal y en el mundo de los almadieros a principios del XX, hace una referencia al desagrado francés por el hecho de que los roncaleses llegaran al portillo de Ernaz pegando tiros. Así que la costumbre debió perderse sobre 1910-20. Igual es cuestión de recuperarla por aquello de recobrar la esencia de las cosas y dado el carácter belicoso de los de esta parte del Pirineo. Además quisiera indicarle a Carlos Urzainqui, si le parece oportuno, que tal novelista vivió en su pueblo de origen, donde ejerció brevemente de maestro. La novela es poco conocida (aunque de excelente calidad literaria) y por eso se la lo menciono.
    Saludos cordiales.
    Germán

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