San Blas, rosconero
Ayer, 3 de febrero, un montón de gente se acercó a
la iglesia de San Pablo (Zaragoza) para adorar a San Blas, el patrón de la
garganta, y que debería ser el patrón de todos aquellos que se ganan la vida
hablando, desde locutores hasta vendedores. En la puerta puestos de roscones
para primero ser comprados, luego ser bendecidos y después comerse el roscón o
la rosquilla (que también las había) y de paso bendecir de esta manera tan
curiosa la garganta.
En el interior la capilla del Santo abarrotada de
gente y detrás del Altar Mayor, en lo que los entendidos llaman Deambulatorio,
el busto de San Blas, que debía ser negro. También había un señor dando a
adorar algo parecido a una reliquia del santo.
También puede uno llevar los rosquillos hechos en casa con la misma receta que me los preparaba mi tia Hilaria cuando yo era un crío!!
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