30 Aniversario de Chernóbil en el Club de lectura de Villanueva

Fotografía de la reunión celebrada en el Centro civico de Villanueva de Gállego el 7 de marzo de 2016 del Club de lectura, para debatir sobre el Ciclista de Chernobil y que aparece en el periódico Crónicas del Bajó Gállego edición abril 2016 (Gentileza Pedro Juliá (MUC).

 Estamos conmemorando estos días el 30 aniversario del incendio en la central nuclear soviética de Chernóbil, un suceso que cambió no solo la historia de la URSS, sino de otras muchas cosas, además de las vidas de las personas que vivían en su entorno, toda una tragedia que recogió en su momento y de forma muy acertada el escritor zaragozano Javier Sebastián. Hace unos días el Club de Lectura de Villanueva de Gállego comento la novela y me invitó, esto es lo que salió de aquella tarde, además de la foto que ha tenido la gentileza de enviarme Pedro Juliá (MUC).

Javier Sebastián (Zaragoza, España, 1962) escritor y novelista español, es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y autor de los libros de cuentos Pomo Rosso (1984) y El descanso de los cautivos (1991). Asimismo, ha escrito las novelas La casa del calor (Ed. Versal, Barcelona, 1990), El hombre constante (DVD Ediciones, Barcelona, 1998), Historia del invierno (DVD Ediciones, Barcelona, 2000, y Círculo de Lectores, Barcelona 2002), Veinte semanas (Ed. Espasa, Madrid, 2004 y WagenbachVerlag, Berlín 2015, con el título de Thallium) y El ciclista de Chernóbil (DVD Ediciones, Barcelona 2011), con la que obtuvo el Premio Cálamo al “Libro del año 2011” y que fue publicada en Alemania (Wagenbach), Italia (Guanda), Francia (Métailié) y Holanda (Wereldbibliotheek). El ciclista de Chernóbil fue incluida en la "Bestenliste" alemana de mayo de 2012 y elegida, por Courrier International entre las diez mejores novelas extranjeras publicadas en Francia en 2013. Ganó el Prix de l'Europe de novela 2014. Puente de Vauxhall (Ed. Destino, 2014) es su más reciente novela. Entre otras actividades ha sido profesor y director de los cursos de escritura de la CAI, profesor del Programa de Escritura Creativa de la Universidad Autónoma de Barcelona y del máster "Gestión de Políticas y Proyectos Culturales" de la Universidad de Zaragoza; entre sus grandes aficiones se encuentra la música.

La novela está ambientada en la ciudad de Prypiat en Bielorrusia, donde la gente dice que se ve a un hombre montado en bicicleta que aparece por la esquina de una avenida y se va. Se trata del físico ruso Vasili Nesterenki, el protagonista de El Ciclista de Chernóbil, un viejo profesor que trabajó para el ejército soviético en el desarrollo de centrales nucleares transportables. Al día siguiente del desastre, fue convocado a Chernóbil, pues se temía que pudiera producirse una explosión nuclear convencional. Si eso hubiera sucedido, según declaró Nesterenko en París en 2002, toda Europa sería ahora inhabitable.

Parece una peripecia personal en la que el propio autor se tropieza por casualidad con el protagonista de la novela en París y a partir de entonces comienza la trama en la que se irán sucediendo diversas  situaciones como la de  un hombre que canta canciones de Demis Roussos, una mujer que sufre porque se dejó el grifo del fregadero abierto el día de la evacuación, el baile de las hermanas Zorina, la vieja Nastia, que tiene enterrado a su yerno en el jardín, la esposa de Nesterenko, etc.

De la novela histórica, El ciclista de Chernóbil, se ha dicho entre otras muchas cosas que es «Una obra maestra», Gregor Ziolkowski, Deutschlandradio. «Un tour de force de factura clásica y, sin embargo, de una evidente originalidad», Mathieu Lindon, Libération. «Un autor para el que no conozco equivalente, que une el más grande rigor histórico y la más enloquecida libertad de invención", Eric Chevillard, Le Monde. "Leer una novela es un viaje que te lleva a donde no querías ir. A mí me ha pasado con esta de Javier Sebastián y al terminarla me daban ganas de repetir las palabras de Aldrin cuando pisó la luna: Beautiful, beautiful. Magnificentdesolation”. Rafael Reig. ABC. "La oscilación entre lo documental y lo ficticio, sello distintivo del autor, resulta fascinante", FlorianBorchmeyer, FrankfurterAllgemeineZeitung. «Para quien busque en la literatura actualidad, exigencia y excelencia», Santos Sanz Villanueva, El Mundo. "Elegancia estilística, fuerza extraordinaria de las imágenes. Narrativa del silencio. El ciclista de Chernóbil es un gran libro", Álvaro Colomer, Qué leer. "Una narración silenciosa y elegante", Gio Bra, Gazzetta di Parma. "Novela documental y de denuncia que impacta por el talento de Sebastián para entrar en lo más profundo y desolador de la naturaleza humana", J.A Masolliver Ródenas, La Vanguardia.

LO QUE HA DICHO EL AUTOR DE SU NOVELA
Escribir es algo que hay que hacer a solas, lo mismo que leer. Pero de la misma manera que uno pierde la propiedad del libro en el momento exacto en que se publica,  porque a partir de entonces son los otros los que lo juzgan, el lector hace bien en, una vez terminada la lectura, compartir sus opiniones. Es como si el libro reviviera cada vez que eso ocurre. Escribí El ciclista de Chernóbil con el convencimiento de que, aun estando solo en mi estudio, alguien me observaba: eran los miles, millones de víctimas y afectados por las consecuencias del accidente de la central nuclear de Chernóbil. En ese sentido, nunca, ni un solo minuto, me sentí solo, sino clamorosamente acompañado. Tenía una responsabilidad con respecto a ellos. Los lectores, en el caso de que la novela se publicara y los hubiera, habrían de venir más tarde. Y ahora resulta que estáis ahí, con ella entre las manos. Es emocionante.

Pero, de alguna manera, los primeros lectores eran mis propios personajes. Unos, inventados; otros, bien reales. Era como si estuvieran a mis espaldas escudriñándolo todo,  diciendo esto sí y lo otro no, sé tierno con ella, sé implacable con ellos, cuenta la verdad desde la ficción, sé valiente y escribe como mejor sepas. Hazlo por nosotros, tienes un compromiso como escritor, pero, sobre todo, como ciudadano, como padre, como ser humano. Haz lo que se supone que puede hacer un escritor: contarlo. Era un coro de gente hablándome al oído. Pero la frase más conmovedora que les oí decir a mis personajes mientras escribía sobre ellos fue esta: "Haznos felices, cuenta nuestra historia como gente capaz de bailar, de reír, de enamorarse a pesar de todo". Entonces escribí la escena del baile en la ciudad de Pripyat, hacia la página100, más o menos hacia la mitad de la novela. Les hice felices, o eso intenté al menos, pero escribirla a mí me hizo llorar. Nunca había llorado al escribir. Esa vez lo hice. Eso no garantiza que la escena sea buena. Solo garantiza una cosa: que no estaba solo mientras escribía, y eso que al principio de este texto he dicho que escribir es algo que hay que hacer a solas.




LO QUE HAN DICHO LOS MIEMBROS DEL CLUB DE LECTURA

VILLANUEVA
El Club de lectura se reunió el 7 de marzo a las 18:30 para comentar el libro de Javier Sebastián El ciclista de Chernóbil, el segundo de los cuatro que se seleccionaron en la colaboración.
A la reunión asistieron 15 personas: 13 del Club de Lectura, una de la Asociación Hermanamiento Pavie-Villanueva y  también se contó  la colaboración de Carlos Urzainqui que desde el momento en que supo que íbamos a comentar  el libro de Javier Sebastián, se puso a nuestra disposición para contactar con él. Por diversos motivos, el autor no pudo asistir a la charla, pero nos envío una carta de agradecimiento a través de Carlos, que tuvo la amabilidad de leer y de participar en el coloquio.
Le damos las gracias a Javier Sebastián por su amabilidad y por participar a través de sus palabras en los dos Club de lectura (Pavie-Villanueva).
Fernando Palacio, gran conocedor del tema por su formación y trabajo, nos aclaró las  dudas  que nos habían surgido sobre la energía nuclear y la seguridad en las Centrales nucleares. Nos comentó que a raíz de los últimos accidentes nucleares se han ampliado las medidas de seguridad y que ahora son más seguras. Nos habló de las medidas adoptadas en las centrales nucleares de Francia.
Esta historia novelada nos ha llevado a consultar y leer otros libros sobre el accidente, como Voces de Chernóbil de la premio nobel Svetlana Alexievich y vídeos sobre la catástrofe, así como fotografías de la ciudad de Prypiat. El paso del tiempo hace que el recuerdo del accidente se haya debilitado y por lo que al recordarlo hemos tenido que buscar todo aquello que nos pudiera clarificar el porqué ocurrió.
Han  resaltado  la gran labor de documentación que el autor ha tenido que seguir para poder abordar sin errores y sin caer en tecnicismos ni cifras farragosas el tema de la energía nuclear y el accidente de Chernóbil. Debemos analizar la historia novelada en su contexto histórico, el poder del estado, los engaños a la población, la actuación de la KGB, etc.
A todos los participantes del Club de lectura nos ha gustado el libro, nos ha parecido ameno  a la vez que inquietante por todo lo que conlleva la energía nuclear (peligros, contaminación, etc.), los secretismos de los gobiernos para no dar a conocer ciertos temas (¿puede o no ser trasladado a la época actual?
 La historia es tan realista que no se sabe dónde acaba la verdad histórica y dónde empieza la novela. El autor evita redactar un relato deprimente intercalando escenas de ternura, alegría y humor que hacen del libro una historia de personas y no solo de tragedias.
Siguiendo la línea que Carlos nos indicó y  que creemos que acertada, se plantea el libro como una gran ecuación en la que se va despejando la “x” hasta llegar a una conclusión final. La historia  comienza con una situación ficticia y no muy  creíble y así poco a poco se va centrando  en el  accidente, la  historia de Vasia Nesterenko y la vida en la ciudad de Prypiat. Todo ello contado por un narrador que puede ser el personaje ficticio de la obra, el español miembro de la Sociedad de pesas y medidas.
A lo largo de la novela podemos conocer la biografía de Vasia Nesterenko  y su paso por las ciudades de Minsk, Paris, Madrid y Prypiat.
A través de los habitantes de Prypiat podemos ver cómo las personas nos adaptamos a las situaciones que nos tocan vivir. En el libro  se reflejan las alegrías y tristezas, los recuerdos de los seres queridos, la soledad y las ganas de vivir de sus pobladores, aun sabiendo cuál puede ser su final si se quedan en la ciudad. Estos ciudadanos son  fieles a su forma de ser y de actuar y  lo podemos apreciar a través de las numerosas escenas de la vida cotidiana Entre los episodios más emotivos que podemos encontrar en el libro está el de cuando Vasia decide  tatuarse las iniciales de los pobladores de Prypiat para no olvidarse de ellos, SAMOSIOL.
Como ya hemos comentado,  el libro tiene una gran carga emotiva en la que no solo se muestra la tragedia, sino también la adaptación a la situación, el humor, la alegría de sus gentes y su forma de vida. Un gran libro para conocer el cómo, y el porqué del accidente así como la vida después del accidente en la ciudad de Prypiat y la zona contaminada.




Reunión del Comité de lectura Pavie (Francia)-Villanueva
Nuestro comité de lectura se ha reunido el martes 16 de febrero en la Mediatique de Pavie. Los 15 participantes han dado su opinión sobre el libro elegido El ciclista de Chernobil, de Javier Sebastián
Unánimemente decimos que esta novela, de una fuerza poco común, nos ha apasionado aunque también nos ha dejado inquietos y con un sentimiento de impotencia, de comprensión, hacia una catástrofe de tal magnitud.
Con frases simples y un estilo muy sobrio, el autor nos proporciona un relato original en el que se mezclan tres componentes de la vida de Vasia:
Su estancia  en París después de haber sido acogido por un especialista de Pesos y Medidas venido de España.
Su carrera científica: él era un técnico nuclear y por ello se encontró siendo a la vez actor y testigo directo de la catástrofe. Ha intentado advertir, reparar y oponerse a la campaña de desinformación dirigida por las autoridades soviéticas y por ello se ha convertido en enemigo de la KGB.
Su vida en Prypiat, donde se le imagina protegiéndose de los perros en la cabina de los autos de choque o circulando con su vieja bicicleta por las calles envenenadas de la ciudad.
Su conocimiento del tema, que le confiere una responsabilidad terrible e implacable y nos permite comprender su desesperación y su vagar sin rumbo.
Estos cuatro  componentes se entrelazan de tal manera que vamos descubriendo la verdadera historia poco a poco.
Este relato, de una extraña belleza, describe la vida parisina para después volver a las calles desiertas de Prypiat donde trata de sobrevivir un grupo de hombres y mujeres en un entorno peligroso para su supervivencia.
 El autor utiliza frases cortas y  palabras simples cuando describe la vida en Prypiat. El texto es más romántico, más vivo, cuando evoca la vida de París.
Se trata de una novela comprometida y, a pesar de la atmósfera pesada de algunos pasajes, se descubren algunos puntos de humor que nos inducen a sonreír a pesar de la gravedad de la situación.
A lo largo de su lectura uno se pregunta dónde está la frontera entre la ficción y la realidad. El argumento está basado en hechos reales y está seriamente documentado tanto desde el punto de vista científico como médico o político. Es aterrador y lamentablemente, muy realista. Domina el sentimiento de abandono, de vacío, de resignación y por lo tanto, esta novela nos da una verdadera lección de humanidad a través de la solidaridad creada entre personajes que pueden tener intereses opuestos en la creación de una nueva sociedad. Incluso sabiendo que hay tour operadores que continúan desarrollando un turismo negro en la zona prohibida, su descripción nos ha consternado a todos.
Esta lectura, a la vez estresante y apasionante, nos ha llevado a hacernos preguntas y a confirmar nuestros miedos relacionados con el desarrollo nuclear y la gestión de sus residuos.
En conclusión, hemos disfrutado mucho con este libro y recomendamos su lectura.
Citando a Françoise, una de las lectoras que participa en la discusión: “ahora yo ya no veo de la misma manera la vieja bicicleta arrumbada en mi garaje”.

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