Dia de Difuntos en San Antonio de los Italianos en Zaragoza
Cada 2 de noviembre, día de los difuntos, se celebra en la Iglesia de San Antonio de Padua en Zaragoza, una curiosa ceremonia en recuerdo de los italianos muertos durante la Guerra Civil española. Un acto que se realiza en suelo italiano, dentro de la ciudad, puesto que el santuario pertenece al gobierno de dicho país. Hace unos años tuve la oportunidad de asistir, invitado por Dimas Vaquero, estudioso de la presencia transalpina durante la contienda civil. A la conmemoración también acudieron el Cónsul de Italia en Zaragoza y un representante militar de la Embajada, además de una importante colonia transalpina que reside en la ciudad maña. El acto consiste en una misa y una posterior ofrenda floral en la torre-osario, que se encuentra a los pies de la iglesia, acto que suele ser interrumpido por un grupo de neofascistas y que finaliza con un aperitivo, al que acuden también estos radicales que parecen subvencionados para la ocasión. El día que yo estuve aún había un par de familiares de los enterrados en la torre-osario, pero según me contaba Dimas, antiguamente se organizaban verdaderas marchas de autocares procedentes de Italia, que venían a venerar a sus desaparecidos. También, antiguamente, el acto revestía de mucha más solemnidad que la que ahora tiene (aun con todo es una ceremonia solemne pero sobria), parece como si la conmemoración de los difuntos en San Antonio ya no interesara a nadie, entre otras cosas porque muchas cenizas han sido repatriadas a sus lugares natales.
La Iglesia de San Antonio de Padua fue inaugurada
el 25 de Julio de 1945, junto al convento de los Franciscanos Capuchinos y el “Sacrario
Militare Italiano” mandado construir por el gobierno de Mussolini en 1940. Partió
la idea del capellán capuchino que atendía a las tropas italianas, P. Pietro de
Varzi, quien comenzó las gestiones para edificar un mausoleo e iglesia en
Zaragoza con el objetivo de recoger a estas víctimas de la guerra, dispersas
por los cementerios de España. Encontró el lugar adecuado a orillas del Canal
Imperial de Aragón, a la entrada del barrio de Torrero (de hecho la iglesia es
conocida también por San Antonio de Torrero). El proceso comenzó en 1937 y se
pensó como un monumental mausoleo de los combatientes italianos muertos durante
la guerra civil española. El conjunto está dividido en dos; por un lado la
monumental torre-osario que en principio iba a tener casi el doble de altura,
pero quedó como está en la actualidad tras la caída del Duce, con todo tiene la
altura de un edificio de 8 plantas. La segunda parte la constituye la iglesia y
el convento capuchino. Todo el conjunto estuvo diseñado por el arquitecto al
pamplonés Víctor Eusa y en la actualidad tanto el Sacrario, como la iglesia
están declarados Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.
Según escribe Dimas: en un principio el objetivo
era honrar únicamente a los pertenecientes al Corpo Truppe Volontarie, enviado
por la Italia fascista, tras la caída de dicho régimen, por exigencias del nuevo
gobierno en Roma, fueron incorporados al osario, restos de voluntarios
italianos que lucharon en la defensa de la 2ª República Española. Por el número
de sepulturas es el tercer mausoleo militar italiano del mundo. En la torre reposan
2889 cuerpos. También se recuerdan a los 546 brigadistas garibaldinos italianos
que murieron defendiendo al gobierno español. Sólo 22 de ellos están sepultados
en el mausoleo, lo que representa menos de 1% de las sepulturas. En el arco de
entrada a la cripta está la inscripción:
L’Italia a tutti i suoi
Caduti in Spagna
“Italia
a todos sus combatientes en España”
La torre tan solo es visitable libremente cada 2 de
noviembre, y parece ser hay visitadas guiadas, a pesar de que impresiona
ascender rodeado por placas funerarias, merece la pena llegar hasta lo alto y
contemplar las vistas que se divisan
Bibliografía:
Laborda Yneva, José. Zaragoza. Guía de Arquitectura, Caja de Ahorros de la Inmaculada de
Aragón, Zaragoza, 1995.
Vaquero Peláez, Dimas. El Sacrario Militare Italiano de Zaragoza, Mira edit. Zaragoza 2007 .
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