Benito "Sebastián" Calvo Guillén
Hoy nos ha dejado Benito Calvo Guillén o Benito “El
Sebastián”, he sentido mucho no poder estar para despedirme de él, entre
otras razones porque me he enterado tarde, pero como sé que su nieto Miguel es
seguidor del Retabillo, quisiera
hacerlo desde aquí. La historia de Benito fue la de un superviviente, le
faltaba una pierna. Las consecuencias de la maldita guerra civil se la arranco,
estaba jugando con otros chicos en una trinchera, abandonada en Lanaja (Huesca), cuando explotó una
bomba que había allí cerca, él pudo contarlo. Sin embargo eso no fue un
obstáculo para que se ganara la vida y ni mucho menos para que condujera su Citroën dos caballos sin que se le
“calase” al cambiar del freno, el acelerador y menos con el embrague. A Benito
no le subvencionaron muletas, ni piernas ultrasensibles, ni tampoco sillas de
ruedas aerodinámicas, con su inteligencia le bastaba. Solía trabajar como
albañil, aun le vi tejer cañizos, con caña, en cierta ocasión me pidieron de TV
alguien que hiciera trabajos tradicionales, le llamé pero ya era muy mayor y no
se atrevió. Pero como todo el mundo le conocía era como el chatarrero del
pueblo.
Cuando yo trabajaba en casa (de esto hace muchos
años), el pienso para los animales no se distribuía a granel, como ahora, sino
que se utilizaban sacos de papel. Cuando éstos se amontonaban, un servidor
llamaba a Benito y este venía con su furgoneta y su báscula, él solo organizaba
su oficina y cerrábamos el trato. Gracias a los dinerillos que me pagaba, yo
comencé a comprarme libros para la biblioteca que ahora tengo, todavía recuerdo
que los primeros que conseguí fueron Los
Episodios Nacionales de Benito Pérez
Galdós (quizás por eso me acuerdo) y también algún que otro disco.
Quizás esto parece trasnochado pero creo que merece
la pena recordar cómo con esfuerzo, trabajo, ilusión y respeto, se pueden
conseguir cosas y como existen personas, como Benito, que saben poner las cosas
fáciles. El “empentón” que a veces necesitamos, para que se pueda conseguir
aquello que queremos, quizás porque él había sufrido y luchado mucho para
conseguir lo que tuvo.
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