La corza de Sertorio y otras leyendas

La corza blanca encontrada en el Moncayo hace unos días


Parece ser que esto de encontrar corzas de color blanco en Aragón viene de lejos, independientemente de la leyenda recogida por Becquer, se cuenta que el general romano Sertorio (aquel que se hizo fuerte frente a Pompeyo en el Valle del Ebro y erigió su cuartel general en Huesca, entonces llamada Osca) encontró en cierta ocasión una corza de este color o unos celtíberos se la ofrecieron porque ellos consideraban a este animal sagrado. Él la adoptó (los romanos eran muy dados a recoger divinidades de la tierra para luego asimilarlas a las suyas) y no solo eso, sino que además se hacía acompañar por el animal en todo momento, pues según él decía a sus hombre, la diosa romana Diana le hablaba a él a través de la corza, dándole sobre todo consejos militares. Se cuenta que en cierta ocasión el cérvido se extravió en el fragor de una batalla, lo que dejó desorientados a los soldados sertorianos. En ese momento el general hizo que la corza reapareciera milagrosamente para que de esta manera, infundiera ánimo en los indígenas de su ejército.


En cuanto a la leyenda becqueriana, ésta me recuerda mucho a una leyenda, típicamente aragonesa que contaba mi madre. Un mozo de un pueblo se puso a festejar con una moza, cuando la cosa trascendió los amigos le advirtieron de que aquella chica era una bruja y que tenía poderes sobrenaturales. El enamorado joven no hizo caso de las habladurías y siguió adelante con su romance. Cierto día estando en la cuadra de su casa, echando de comer al ganado observó una extraña cabra que se encontraba subida en lo alto del comedero de los animales, el mozo enfurecido le lanzo un palo al animal dándole en una pata, mientras éste desaparecía de la escena.

Ese día por la noche le tocaba ir a festejar con su novia, así que se arregló y fue a casa de la joven. Le recibió en la puerta su madre diciéndole que la chica estaba en la cama, el preguntó ¿Qué le pasaba? Entonces la madre de la joven le contestó que de repente le había entrada un dolor muy fuerte en una pierna y que apenas podía moverse. Fue entonces cuando el novio se acordó de la escena de esa tarde en la cuadra y de los dichos de sus familiares y ahí acabó el festejo.

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