Una historia del bar España de Villanueva de Gállego
Esta fotografía que aparecía ayer en
el diario El Mundo, me ha recordado una historia que contaba mi abuelo. Resulta
que recién acabada la guerra civil, los rojos que habían quedado en el pueblo
se habían quedado sin lugar de reunión, el casino se lo habían cerrado e
incautado y tampoco tenían un lugar donde ir a “echar el guiñote”. El caso es
que poco a poco se fueron reconcentrando en un bar que había en la plaza, junto
al ayuntamiento y que se llamaba “Bar España” este establecimiento era también
de un republicano de Villanueva que puso a su negocio en principio el nombre de
“Bar Pavonni” en honor a una cafetera italiana que tenía y que era de esta
marca. Durante la guerra le habían hecho cambiar el nombre del establecimiento,
porque parecía que se burlaba de los italianos que había destacados en el
pueblo y no les gustaba que se llamara así, entre otras cosas porque uno de sus
generales tenía ese apellido.
El caso es que los rojos de
Villanueva de Gállego encontraron en el bar España un lugar amigo de reunión
para “echar la partida” y en esa faena estaban un día, cuando se abrió la
puerta y por ella entraron una brigadilla de falangistas locales ataviados más
o menos como los personajes de la fotografía, pero en consonancia con la época
es decir; con batas blandas, instrumentos de cirugía y en lugar de
jeringuillas, pistolas. Los falangistas taponaron la puerta y parafraseando al
clásico ordenaron “silencio” a todo el mundo, acto seguido indicaron que se
pusieran todos en pie a entonar el “Caralsol”, los que estaban sentados se
levantaron de sus asientos, pero hubo tan solo uno que permaneció en su sitio,
continuando la partida. Se llamaba José Turrado, era funcionario municipal y
por sus simpatías republicanas estaba sometido a lo que hoy llamaríamos acoso,
pero José resistía, era soltero y bastante inteligente, seguramente pensaba que
poco tenía que perder y además le daba igual. El cabecilla de los falangistas
se dio cuenta de la jugada y se dirigió hacia él con intención de obligarle a
levantarse. Llego a ponerle una mano sobre su hombro pero no le dio tiempo a
decir nada más, cuando se dio cuenta estaba rodando por el suelo efecto del
puñetazo que le había propinado José en la cara, no se ensañó con él, volvió a
su sitio y continuó esperando con sangre fría, a que continuara la mano. Los
asistentes a la escena se quedaron petrificados, entre ellos mi abuelo, muchos pensaron
que de allí no salían vivos, después de haber resistido tres años de guerra.
Pero no sé si la cobardía patológica de aquellos pseudo enfermeros o los
efluvios sagrados del lugar, pues el bar se había levantado sobre lo que antes
había sido la iglesia del pueblo, el caso es que los falangistas salieron
corriendo del lugar y nunca más volvieron.
Jossé Turrado (Protagonista de nuestra historia) |
Lo curioso de ambas historias, la de la fotografía hace referencia a la presencia de Albert Rivera hace un año en Estella (Navarra) y la protesta de unos batasunos, hablan de lo mismo y es que en ocasiones “los extremeños se cambian los cromos”. Desinfectar al contrario, solo cambian los adjetivos, los unos eran rojos y el otro fascista. Desinfectar, destruir, controlar, marcar, utilizar al enemigo y cuando ya no sirva, arrinconarlo o tirarlo, anularlo eliminarlo en definitiva. En el fondo una misma idea totalitaria con un mismo fin, que el pensamiento único prevalezca sobre cualquier otra forma de idea u opinión. No justifico la violencia, quizá aquellos eran otros tiempos, más duros que éstos tal vez pero a veces, nos parecemos tanto a nuestros abuelos.
El bar España se encontraba en el centro de la fotografía, justo bajo la torre y pegado a ésta, en su lado derecho (Fotografía: Google maps) |
Recuerdo que este hombre, en los años cincuenta, solía andar ebrio y vociferando en el silencio de la noche. En ocasiones se sentaba en la barandilla de la acequia de Zuera, cerca de la tienda de la Rifera, hablando en voz alta consigo mismo; uno de sus estribillos era "Mátame, mátame y verás quien es Turrado". Me sorprende leer el incidente del bar España después de más de sesenta años.
ResponderEliminarRamón Gutiérrez.