Santo de Tosos
Hace unos meses descubrí un lugar lleno de misterio y cierto encanto, se llama El Santo y está en la localidad zaragozana de Tosos. Llegué al lugar desde el pueblo de Aladrén, camino que resulta interesante porque tras dar el rodeo a una montaña se descubre, al fondo de un valle poblado de almendros, pinos y tomillo, las ruinas de este monasterio románico del siglo XIII que, hasta el siglo XIX se llamó "Alcañicejo" y que según los manuales es un símbolo del románico del ladrillo.
Tras haber sido rescatado el lugar a los moros en 1123, Alfonso I el Batallador donó la fortaleza y sus alrededores a dos hermanos llamados Fruela y Pelayo quienes fundaron el cenobio. En el siglo XIV el señor de Alcañicejo era don Juan Ximénez de Urrea.
Tras haber sido rescatado el lugar a los moros en 1123, Alfonso I el Batallador donó la fortaleza y sus alrededores a dos hermanos llamados Fruela y Pelayo quienes fundaron el cenobio. En el siglo XIV el señor de Alcañicejo era don Juan Ximénez de Urrea.
Todavía conserva el arco de medio punto que da entrada al templo, las capillas del ábside, un deambulatorio tras el Altar mayor y algunos capiteles con adornos vegetales, muy propios del arte cisterciense, Además de un curioso torreon semicircular y algunos signos mudéjares. Tras la iglesia se encuentra una enriscada colina en cuya cima se levantan las ruinas del antiguo castillo de Alcañicejo y a sus piés el pantano de Tosos.
Para más infomación visitar la siguiente página donde se cuenta la historia del Santuario de Alcañicejo pero sin duda lo mejor es acercarse a este sitio que se encuentra a poco más de 50 Kms. de Zaragoza.
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