Sobre la abdicación de Juan Carlos I
Hace unos años hablando con un profesor mío en la Universidad, le hice notar una observación que yo había hecho sobre la dinastía de Borbón en España y es que, desde que se instaló hace ahora trescientos años, me había dado cuenta de que cada dos reinados un Borbón moría fuera de España y cada otros dos, un rey de esta familia había nacido en el extranjero o provenía de fuera de la Península. Generalmente este último era el que fallecía en España y su sucesor lo hacía en el exilio. Tan solo hay dos monarcas que incumplen esta regla uno es Luis I, que por su breve gobierno apenas cuenta y Fernando VI, que sí nació y murió en Madrid, aunque lo hiciera en unas condiciones penosas, cercanas a la demencia, que le impedían gobernar.
Felipe V había nacido en Versalles y falleció en Madrid, su hijo Carlos III vino de Nápoles hacerse cargo del Trono. Tras fallecer en su cama en 1788 reinaría su hijo Carlos IV, quien tuvo que abdicar en su hijo y exiliarse en Roma. Fernando VII ocupó el trono después de un exilio en Valençay, durante la Guerra de Independencia. Volvió y falleció en 1833 dejando a su hija, la futura Isabel II como heredera, que también tendría que abandonar el Trono tras la Revolución de 1868. Seis años más tarde volvería Alfonso XII quien fallecería prematuramente dejando la Corona sin cabeza hasta que nació Alfonso XIII, quien tuvo que abandonar a su vez España tras la proclamación de la II República.
En el caso de Juan Carlos I se da una
circunstancia especial y es la Dictadura franquista alteró el orden de
sucesión, pero no la tradición familiar. Es curioso que su padre Don Juan, cuando falleció, fuera en
territorio español (Pamplona), se le rindieron honores de Jefe de Estado e
incluso ha pasado a la historia como Juan III y está enterrado en el Panteón
real del Escorial. Las circunstancias de su vida son distintas, más que una
abdicación fue una renuncia de sus derechos dinásticos, porque no había otra posibilidad
pero seguía la continuidad dinástica. En este caso la trayectoria de Juan
Carlos I está más cerca de la de su abuelo que la de su padre y Juan III está
más cerca de su abuelo Alfonso XII que la de su hijo.
Las circunstancias son similares en
cuanto al contexto en que se realizan, sin embargo lo hace todavía reinando,
recuerdan más a los sucesos del Motín de Aranjuez que a abril de 1931. Aunque
hay que decir que más tristes y penosos son los de Bayona, no cabe duda, éstos
han pasado por una auténtica deshonra hacia la Monarquía que a partir de
entonces pasó a ser una Oligarquía familiar. Digo que se parecen más a los
sucesos de 1808 porque se realizan con padre e hijo en territorio español y en
uso de su poder y rodeados por una agitación popular, en definitiva estamos
ante unos sucesos históricos de impredecible trascendencia, pero que sin duda
marcarán los próximos años de la vida española, aunque no sean inéditos ni extraños para nuestra historia. (Además se da la circunstancia
familiar de que tanto Carlos IV, como Juan Carlos nacieron en Italia).
muchas gracias por esa preciosa foto y recuerdo pero mi tio se llamaba Pedro Jose Perez Gimeno
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