Indíbil y Mandonio

Cabezo de Alcalá en Azaila (Teruel)


Ilerguetes, y por tanto íberos, eran Indíbil y Mandonio. Estos monarcas vivieron en el siglo III a. C. como reyes de este pueblo que se encontraba asentado entre los Monegros, el Segre y el Ebro. Las dos ciudades más importantes de esta tribu eran Lérida, que viene de Ilerda, y Bolskan o Huesca. Hay que reconocer que estos personajes tuvieron cierta habilidad estratégica y diplomática para manejarse entre las dos grandes potencias del momento, como eran Cartago y Roma. En principio fueron aliados de los cartagineses, que eran quienes en ese momento ocupaban la península. Mientras Anibal marchaba con sus elefantes hacia Roma, Escipión el Africano desembarcaba en Ampurias en el año 218 a. C. y derrotaba a las tropas cartago-ilergetes en la actual Tarragona. El propio Indíbil fue hecho prisionero.

Después de este acontecimiento las noticias son confusas: parece ser que los ilergetes llegaron a un pacto con los romanos para liberar a su jefe, replegándose a sus territorios, donde se hicieron fuertes. De hecho, todavía en el 211 a. C. los romanos no habían podido entrar en Hispania más allá de la costa. Publio Escipión resuelve cruzar el Ebro hacia el sur para expulsar a los cartagineses de Hispania, que estaban liderados por Magón y Asdrúbal, apoyados a su vez por Indíbil. El resultado fue mortal para Publio, que falleció en el combate junto con la mayor parte de sus fuerzas. En esta circunstancia, los cartagineses tuvieron un error de bulto al solicitar de Indíbil cierta cantidad de dinero en pago por sus servicios, así como rehenes para llevarlos a defender otras plazas que estaban en peligro, como Cartago Nova (Cartagena). En 209 a. C., un hijo de los Escipiones, al que vamos a llamar Escipión III, tomó esta ciudad y liberó a los ilergetes, entre los que se encontraban la esposa y el hijo de Mandonio (socio de Indíbil) así como el líder de los edetanos (Valencia). Esta muestra reconcilió a los íberos con los romanos, que establecieron una alianza en contra de los cartagineses. El propio Indíbil llegó a agasajar a Escipión ofreciéndole los laureles del triunfo y se dice que la corona real.

El cabezo de Alcalá según Google maps


El romano se aprovechó de los ilegertes para combatir en el sur peninsular y tomar varias ciudades andaluzas, llegando hasta Cádiz. La alegría duró poco y enseguida el Imperio comenzó a portarse con Indíbil como lo habían hecho los cartagineses, presionando a los nativos con tributos y reclutando entre sus tropas a favor de las de los romanos. Los ilergetes reaccionaron, bien por la fuerza de las armas o bien mediante acuerdos, convencieron a los suesetanos de las Cinco Villas y sedetanos del valle del Ebro cuya capital era Salduie, de la conveniencia que tenían en reunir fuerzas para rebelarse contra Roma, cosa que consiguieron. Las noticias de esta revuelta llegaron a Cartago Nova, donde Escipión preparó una ofensiva para detener a los indígenas que se habían coaligado con otras tribus iberas como los iaccetanos (jacetanos), los ausetanos (situados en la plana de Vic y Ossona) y los laietanos (cercanos a la actual Barcelona). En total se llegó a unir bajo las órdenes de Indíbil un gran ejército compuesto 30.000 infantes y 4.000 jinetes. Los íberos se enfrentaron a las legiones romanas en el ager sedetanus, es decir “en el campo zaragozano”[1] hacia el año 205 a. C. (Según algunas fuentes las fuerzas imperiales eran 8.000)[2]. Los procónsules Manlio y Acidino, sustitutos de Escipión, ganaron el combate en el que murió el propio Indíbil y los ilergetes fueron sometidos. Mandonio y los restantes jefes íberos fueron entregados por los vencidos y ejecutados por Roma mediante el sistema de la crucifixión[3]. Desde entonces ni los ilergetes ni sus aliados plantearon problemas militares de importancia a las legiones e incluso sus hombres, aparecen en el año 90 a. C., en el llamado Bronce de Áscoli luchando junto a los romanos en la misma Italia dentro de la llamada Turma Salluitana[4], en el contexto de la llamada guerra de los Aliados.

Este primitivo escuadrón zaragozano compuesto por una treintena de soldados, nos da una información bastante interesante sobre el papel que ya desempeñaba Salduie, ochenta años antes de que se fundara César Augusta. La Salduba ibérica se había convertido entonces en un centro de reclutamiento militar y esta función la compartiría seguramente con la de capital de un distrito político, religioso o comercial cuya influencia era muy similar a la que hoy posee la actual capital del Ebro. Se sabe que había integrantes procedentes de Ilerda (Lérida), nueve segienses (Ejea de los Caballeros), libenses (procedentes de la actual Leiva, en la Rioja), un iluersense que posiblemente procediera de la zona de Lumbier (Navarra), alguno más de la actual Jacetania y de algunas localidades que no se han podido precisar, como bagarenses, begenses y suconsenses. En el bronce también se registran nombres ibéricos, célticos y vascónicos. Se trataría de hijos de aristócratas locales -«porque sólo las familias pudientes podían permitirse un equipo de caballería de guerra»[5] quienes habrían llevado a cabo un juramento de fides a Cneo Pompeyo. Años más tarde el hijo de Cneo, Pompeyo el Grande se enfrentará a César en el mismo valle del Ebro, gracias seguramente a la renovación de este pacto con aquellos que habían ayudado a su padre y de quien habrían obtenido importantes beneficios, como era la ciudadanía romana. Privilegio que suponía la propiedad de tierras y honores. Se da la circunstancia de que en el valle del Ebro se concede este status a personas determinadas, en base quizás a ese juramento clientelar que recuerda a la fides.

Tradicionalmente se ha querido ver en Indíbil a un héroe que luchó por la independencia de Hispania, primero contra los cartagineses y más tarde contra los romanos. Pero esto no es del todo así. Ni Indíbil ni Mandonio poseían ese sentimiento nacional; tan solo pactaban en virtud de sus necesidades con unos y con otros, si rompían el pacto se convertían en enemigos. Para unos, Mandonio era el jefe de los ausetanos, pueblo catalán de la plana de Vic y Ossona. Para otros era el líder de los ilergavones, un pueblo situado entre el bajo Maestrazgo y el delta del Ebro. Siempre se ha pensado que era hermano de Indíbil, quizás cuñado (sus mujeres eran hermanas) o que estaban unidos por lazos familiares o de afinidad. Algunos historiadores sostienen que los ilergetes estaban gobernados por dos reyes a la vez. En lo que no hay ninguna duda es en que tanto uno como otro representan como nadie elementos tradicionales de la Devotio Ibérica.

Cerro de San Cristobal. Poblado ibérico en Mazaleón (Teruel)


[1] Sopeña Genzor, Gabriel (Editor). Aragón antiguo…
[2] Fatás Cabeza, Guillermo & Miguel Beltrán Lloris. Salduie, ciudad ibérica...
[3] Guzmán Guerra, Antonio y otros. Iberia mito y memoria, Alianza Editorial. Madrid 2007: Sobre Indíbil y Mandonio (págs. 140-45).
[4] Fatás Cabeza, Guillermo & Miguel Beltrán Lloris. Salduie, ciudad ibérica
[5] Fatás Cabeza, Guillermo. “De donde eran los jinetes del Escuadrón”. El Bronce de Áscoli (Italia), Carmen Aguarod Otal & Antonio Mostalac Carrillo. Foro de Cesaraugusta – Ayuntamiento de Zaragoza, 1995.

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