La reina de las fiestas y la generación de los cincuenta


Hace unos meses, justo unos días antes de que empezara todo esto, me invitaron a una exposición sobre papel de la mujer en el mundo rural, en la cual muestra colaboré. Me llamó la atención este traje y más todavía la banda del mismo en que le pone “Reina de las Fiestas 1970” y alrededor un montón de firmas de amigos, amigas y familiares e incluso de algún pretendiente. Por diversas circunstancias y en los últimos tiempos, he tratado con personas que por entonces tenían 18, 20, 22 años. Una generación de nacidos entre 1948-49 y 1955, por poner un límite redondo. Todos tienen en común un concepto de vida muy diferente al de generaciones anteriores y posteriores; muchos de ellos fueron protagonistas de las primeras parejas que vivieron sin pasar por el altar, también de los primeros divorcios y en ocasiones de padres solteros, rompiendo muchos de estos tabúes a finales del Franquismo e inicios de la Transición. Es una generación que se consideran libres a pesar de que nacieron en plena dictadura, pero gozaron en esos años (1968-1975) de una independencia que no hemos tenido generaciones siguientes con más oportunidades y más autonomía. No tuvieron una preparación especial, pero comenzaron a trabajar muy pronto. No sufrieron el excesivo proteccionismo de sus padres, porque ya tenían bastante con salir adelante con sus vidas, muchos de estos progenitores habían vivido y sufrido la guerra, sus consecuencias y les había costado adaptarse a “la nueva normalidad” que imponía la dictadura. Muchos de estos jóvenes no tuvieron las ataduras sociales y políticas que habían tenido sus padres. En muchos casos no provenían de una clase social acomodada, sino trabajadores que tenían que buscarse la vida, dejando de lado los convencionalismos materiales.

 

Esta generación de principios de los cincuenta estaba llena de ilusiones, de proyectos, de ideas, habían comenzado a ganar dinero muy jóvenes y era la época en que el trabajo no escaseaba, había oportunidades, recibieron directamente las nuevas tendencias culturales europeas; son la generación de los Beatles, del bikini, la minifalda, de los hippies y son también los que comenzaron a viajar y a conocer mundo; unas veces por placer y otras no, pero siempre con la mente abierta y sin viajes organizados.

 

Digo esto porque creo que el concepto libertad es muy relativo y no depende de un solo factor económico, político o social, sino de un conjunto de circunstancias que te permiten realizar como persona o llevar a cabo una determinada actividad y poder ser capaces de ellos o al menos creérselo. A veces el precio de la libertad es muy caro y en otras ocasiones no la valoramos porque la tenemos cerca. En definitiva la libertad se busca, se encuentra, se gana, se pierde, se trabaja pero nunca se regala, ni se ordena.

 

Gentileza Virginia Oñate


Todo esto venía porque hoy domingo deberían celebrarse las fiestas de mi pueblo, aunque más que añoranza por este día, de lo que tengo es de las fiestas en sí y lo que simbolizan. Este recuerdo viene a raíz del traje de la reina de las fiestas de ese año 1970, aunque yo tengo otra foto que posee cierto simbolismo y paralelismo con lo que estoy diciendo, en la imagen aparecen la reina y sus damas todas de blanco y alguna de ellas con minifalda, rodeadas por los miembros del ayuntamiento en el salón de plenos y justo detrás, las fotografías de José Antonio Primo de Rivera, Franco y entre ambos la Virgen del Pilar. Quizás esta fotografía es un buen reflejo de todo lo que yo he escrito más arriba y lo que pretendo decir, más abajo.

Gentileza: Virginia Oñate

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