La Salada de la Playa o del Rey entre Escatrón y Bujaraloz (Zaragoza)
Hace poco más de un mes estuvimos en
el complejo endorreico de Sástago, aunque su acceso más fácil es por Bujaraloz
(Zaragoza). Por la nacional II, a la salida del pueblo en dirección a
Barcelona, se toma un desvío a la derecha, que bordea la balsa del pueblo, la
ermita y el cementerio. A unos centenares de metros la carretera se bifurca de
nuevo en dos, en este caso se toma el desvío de la derecha con dirección a
Sástago, el otro conduce a Caspe. A pocos kilómetros por una estrecha carretera
que cruza la estepa monegrina, se divisa un enorme caserón abandonado en el
medio de la nada y que es la llamada “Casa de las Salinas”. Es éste quizás; uno
de los pocos paisajes monegrinos “puros” que van quedando de lo que fue la
estepa aragonesa, antes de que se introdujeran los regadíos en la zona.
El domingo de la semana pasada, 2 de mayo. El suplemento número 1749 XLSemanal que edita el grupo Vocento, publicó en portada una fotografía (muy buena por cierto, de Carlos Carrión) de las instalaciones de estas “saladas” con el título “Patrimonio herido” y es que este testimonio de arquitectura industrial va camino de desaparecer si nadie lo remedia, pues figura entre uno de los miles de edificios de nuestro patrimonio histórico que están al borde de la ruina (tanto civiles, religiosos como militares) en palabras de Fernando Goitia (que es quien escribe el artículo) “un lugar camino de convertirse en inmenso cementerio para joyas arquitectónicas del pasado. Evitarlo es por cierto, cosa de todos” quisiera resaltar una cosa la que estuvimos aquel día de finales marzo pasado y lo que dice el Suplemento del Heraldo de Aragón: “Bajo un sol de castigo, el de la comarca de los Monegros, trabajaron aquí miles de salineros a lo largo de los siglos, hasta que la sal dejó de ser imprescindible para conservar los alimentos”.
La “laguna de la Playa”, como aparece
en algunos mapas, recibe este nombre seguramente porque posee cierto ambiente
marino, el olor y sabor a salitre sobre todo a primeras horas del día, recuerda
un poco a los que se perciben junto al mar. Pero en realidad y según los viejos
documentos, su nombre oficial es “Salada del Rey” ya que pertenecía a la corona
y por tanto al estanco real de la sal al menos, desde tiempos de los monarcas
aragoneses, aunque se sabe que ya fue explotada en época romana hasta mediados
del siglo XX. Los edificios que apenas se mantienen en pie hoy día, nos remiten
a los siglos XVI y XVII y pertenecían al conde de Sástago, mientras una
compañía “Suelta de Fusileros de Aragón” protegía la explotación que era
considerada de importancia estratégica. El gran caserón en ruinas, que fue el
edificio principal de la factoría, apenas se distingue hoy día el lugar donde
se encontraba la capilla y poco más, no queda ningún otro resto de habitación y
una de las tres paredes está hundida. Junto a la salada existe otro gran
edificio del que tan solo queda en pie la fachada que da al norte y se
distinguen ruinas de otros auxiliares y balsas. Mientras la gran laguna salada
rodea la península donde se encuentran las instalaciones.
Madoz dejó escrito del monte de
Sástago que es muy rico “gracias a los buenos pastos de cría y a la salina que
en él se encuentra”, la cual se llamada comúnmente “de Bujaraloz” debido a la
proximidad con esta población y la cual “produce mucha sal, muy blanca y
regular y de ella se surten los principales pueblos de Aragón”. Respecto de Bujaraloz
dice que cerca de la villa; se encuentra una “gran playa llamada la Salineta, donde se depositan las
aguas de lluvias y a poco tiempo se convierten en sal; algunos años se extraen
muchos centenares de [fanegas saladas] a beneficio de la hacienda nacional,
quien paga al pueblo una pensión anual de 200 libras jaquesas en compensación”
(hay que tener en cuenta que en tiempos de Madoz, los términos municipales
todavía no estaban delimitados como lo son hoy día y esto nos puede llevar a
cierta confusión además, y debido a la cantidad de cuencas endorreicas que
existen en la zona, hacen que haya muchas más “saladas” en el entorno de esta
gran laguna como “la del Pito”. El “Saladar de “Valdespartera” la de “Pueyo” la
laguna de “Guallar” etc. La más grande de todas ellas es la salada de la Playa
posee una extensión de 227 km2. Según la Gran
Enciclopedia Aragonesa, en Aragón a este tipo de lagunas o barrancos se les
llama “Saladas” o “Saladar”.
Hay quien ha asegurado que este lugar
a menor escala, tiene muchas similitudes con las salinas del desierto de Atacama
en Chile. La verdad es que se trata de un sitio poco frecuentado por
senderistas a nivel regional, aunque posee cierto interés pero es recomendable
evitar las horas centrales del día, sobre todo en los meses de calor. Los que
más atraídos se encuentran por esta laguna y su inmediaciones suelen ser naturalistas
y ornitólogos, pero no hay que olvidar su importancia histórica y sobre todo
social.
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