Corzos cruzando el Ebro por Zaragoza


El sábado pasado día 13 de mayo por la tarde, me acerqué a la ribera del río Ebro, aguas debajo de Zaragoza; donde termina la ciudad y comienza el campo, a la altura del barrio de Movera y muy cerca de la desembocadura del Gállego con el fin de darme una vuelta por allí y de paso hacer fotos al río de los Galos y pillar una puesta de sol con los puentes, el Pilar y la Seo ya que es un sitio muy agradecido para estos menesteres. Como suele suceder, cuando buscas una foto, te aparece otra inesperada y es entonces cuando tienes que reaccionar a toda prisa, improvisar y cambiar los papeles.


Estaba a punto de bajar el sol en el horizonte cuando de pronto me sorprendió el chasquido de algo que caía al agua, en un primer momento pensé que alguien se había lanzado al Ebro, pero me extrañó que a esas horas ocurriera eso además, no hacía día para bañistas. Inmediatamente pude observar que un animal con cuernos nadaba a toda velocidad a contracorriente, entonces pude escuchar otro “chapotido” del agua. En segundo animal seguía al primero. Pensé que se trataba de ciervos jóvenes e incluso cabras montesas pero, luego me han confirmado que se trataba de corzos. Hice unas fotos y luego intenté contextualizar la travesía con el fondo de la ciudad, cuando volví a enfocar a los animales, me encontré que uno salía del agua y se dirigía inmediatamente hacia le soto próximo, bajo la atenta mirada mía y de una avecilla que, tan sorprendida como yo, observaba la escena. Algo extraño tanto para ella como para un servidor. El segundo corzo ya no lo pude cazar, no sé si terminaría cruzando o no, supongo que sí ya que la travesía la hicieron muy rápido.


Según aparece en Heraldo de Aragón, estos animales son muy difíciles de ver porque tienden a rehuir el contacto con los humanos, suelen salir de noche y viven en las afueras de Zaragoza, se han visto ejemplares en los barrios de Garrapinillos, Montañana y el Galacho de Juslibol incluso, durante a pandemia se pasearon por la avenida de Cataluña, una arteria que discurre por el lado contrario al que yo saqué la foto es decir, desde el puente del Gállego hasta el puente de Piedra, cerrando un ángulo de 90º con el Gállego y el Ebro. A mí me sorprendió que aun estando junto al río, rodeado de sotos y campos de cultivo, la zona habitada no está tan lejos e incluso está limitada por la Z40 y los polígonos de la carretera de Castellón, creando una insólita isla verde en el casco urbano de la ciudad y atravesada por el Ebro. Ignoro cómo pudieron llegar hasta allí, a tres kilómetros escasos del Pilar hacia el Este.


En cuanto a animales por el casco urbano; he visto a una familia de patos desfilar por las cercanías del Huerva, a la altura de la avenida de Goya y más lejos hace unos meses pude fotografiar cabras monteses en los montes de María y algún conejo cruzado por los accesos de la autopista en la ronda norte. En otra ocasión me di de frente con una vaca enorme que se escondía entre el bosque, pero con unos cuernos enormes. Paré el coche, bajé y la busqué con el objetivo pero había desaparecido, me extrañó semejante animal, poco después, en el siguiente pueblo me dijeron que lo que había visto era un ciervo macho. 

En la imagen de google maps he señalado con una flecha el lugar por el que 
los corzos atravesaron el río

Pero una imagen así, no la había visto nunca y debe ser curiosa porque según me han dicho en el Heraldo, fácilmente las pueden llegar a ver unas 20.000 personas y convertirse en una de las noticias del día. Quisiera agradecer también a María y Beatriz del Heraldo su atención en publicar las fotos. A los programas de la tv aragonesa “Esta es mi tierra” y a Patricia de “Conexión Aragón” el interés que han tenido en emitir mis fotos y en el caso de Patricia, de entrevistarme una vez más.

Los dos ejemplares de corzo, en plena travesía


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