Almadías por el rio Ebro

Almadías por el Ebro
El próximo domingo 29 de abril de 2012 se celebra en la villa roncalesa de Burgui el “Día de la Almadía” creo que van por la 21 edición enhorabuena, es un bonito día para recordar uno de los oficios perdidos más interesantes de nuestra historia. Hace unos 15 años las almadías retornaron a Zaragoza por el Ebro, cosa que no hacían desde la posguerra española, de esa emotiva demostración obtuve estas fotografías.


Pedro Vicente Gambra nació en la villa de Roncal hacia 1750, importante ganadero y terrateniente llegó a poseer gran influencia en este valle pirenaico que defendió contra los franceses durante la Guerra de la Convención, llegando a obtener el grado de Teniente Coronel de los Reales Ejércitos. Dos hijos suyos, Pedro y Sebastián aportarían tropas navarras a la defensa de Zaragoza en los Sitios y organizarían la resistencia de Renovales en el noreste de Navarra durante la Guerra de Independencia.
Pero Vicente Gambra fue además impulsor del transporte de maderas mediante el sistema de “almadías”, creando una red de infraestructuras que facilitaran este tránsito por los ríos Ezca, Irati y Aragón, hasta llegar al Ebro, tal como el indica en un memorándum firmado en 1795 y que se conserva en el Fondo Palafox que se encuentra en el Archivo Municipal de Zaragoza y del cual transcribo algunos párrafos:
“en el año de mil setecientos setenta y dos empezó a ensayarse por especulación en el corte y transporte de maderas por agua desde aquellos montes, a las Fábricas de Navarra, Aragón y su Canal Ymperial. En el de mil setecientos setenta y nueve acompaño a Don Plácido Correa, comisionado por SM., en el reconocimiento que hizo del río Yrati para la conducción por él, hasta Tortosa, de mástiles y otras piezas para la Real Armada y Astillero de Cartagena y Mahón. Tomando a su cargo por contrata la apertura y cauces de los ríos, formación de puestos, rampas, presas y exclusas, como otras obras desconocidas hasta entonces en el Reyno y que dio concluidas en mil setecientos ochenta y uno y consiguiente, expendió de su propio caudal crecidas cantidades sobre lo que percibió de la Real Hacienda a causa de los obstáculos imprevistos de la naturaleza de estas obras. Concluidas felizmente hizo montar y echar al agua las tres primeras almadias que condujo por si, acreditando prácticamente el cumplimiento de la obligación que contrató, como la solidez y satisfacción que tenía de sus obras”.

Prosigue: “Enseguida surtió el real Canal de Aragón de cuanta madera necesitó para sus obras, habilitó a su costa el arreglo de Urralegui en beneficio del Valle, construyendo en él, varias obras de magnitud y de un trabajo extraordinario, también dejó expedita para el transporte de maderas mucha parte de los ríos Exca y Aragón.
La extraordinaria avenida del veinte y cuatro de septiembre de mil setecientos ochenta y siete, que inundó la ciudad de Sangüesa e inutilizó la mayor parte de todas aquellas obras cuyo perjuicio o daño de calculó en quarenta mil pesos, por la mucha porción de maderas que tenía sobre las aguas que arrastraron sus corrientes fuera del curso regular, lo que lejos de intimidarle este suceso formó la idea de rehabilitarlas. A fin de que hizo cortar y conducir del pinar de San Juan de la Peña en el mismo Reyno de Aragón, continuando además la execución de aquel proyecto y rehabilitó el arroyo de Urralegui y Río principal, en que construyó tres exclusas”.

Nota: Urralegui es un valle subsidiario del de Roncal, confluyendo sus aguas en el Ezca.

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