Balsa del Piojo
La balsa del
Piojo es uno de esos lugares recónditos por los que parece no haber pasado
nunca nada, pero la realidad es muy distinta. Este enclave situado hoy en el
centro de la Sarda villanovense, fue en su día lugar permanente de
enfrentamientos entre el concejo de Villanueva y la Casa de Ganaderos de
Zaragoza, pleitos que llegaron hasta nuestra última guerra civil.
La Balsa del Piojo desde Google earth |
La balsa en
cuestión se encuentra junto al camino de Castejón, es decir servía de
abastecimiento en la vieja calzada romana que unía Zaragoza con las Cinco
Villas, a su vez delimitaba los montes de la Sarda y el Vedao, tal como ya se
recoge en un documento fechado ante el emperador Carlos V hacia 1530, en el que
se menciona como balsa “de la fuessa” o “del piojo”. El nombre se viene
seguramente de la cantidad de ganados que pasaban por el lugar, así como del
tránsito que rodaba por la zona que, a su vez, se veía afectado por los
parásitos ovinos.
Hace unos años
encontré en el archivo de la Casa de Ganaderos un escrito fechado el 7 de marzo
de 1812 en el que el Secretario del ayuntamiento villanovense se quejaba de que
habían encontrado “pasturando varias veces en la parte de la Dehesa
correspondiente al dicho pueblo” ganados de la ciudad de Zaragoza y que no
entendían como “el Señor Justicia de Ganaderos” solicitaba a Villanueva “veinte
libras jaquesas por el usufructo de agua de la balsa del piojo”. Este es uno de
los muchos ejemplos que se podrían añadir a la conflictiva historia de este
estanque artificial que se encuentra en el centro de una llanura espetaria sin
apenas sombra ni refugio de ningún tipo.
La falsa forma
un óvalo de 150 metros de largo por 100 de ancho y recoge agua de lluvia de los
montes próximos del Vedao, se trata de un foso rodeado por un muro de tierra en
cuyo fondo se retenía el líquido gracias a una capa de arcilla llamada “buro”.
En Villanueva existía en tiempos el llamado “pozo del buro” recubierto
seguramente con este material que retiene al agua. Hace unos años alguien, no
se sabe porqué ni para qué, se dedicó a quitar este suelo arcilloso del fondo
de la balsa, desde entonces tan apenas hay agua en el lugar. En dirección noroeste
hay una abertura que canaliza la entrada y sirve como un aliviadero, éste que
todavía conserva el suelo empedrado que desvía el cauce hacia la proxima “val”.
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