Fiestas en Villanueva de postguerra

Gentileza de Antonio Til Guiu, Mulillas hacia 1945


En plena postguerra española, tras la contienda civil de 1936-39, poco a poco fue recuperándose la normalidad social y la Fiestas constituyen un síntoma de esta aparente vuelta a la tranquilidad, aunque también una demostración o exhibición de poder del nuevo Régimen, por ejemplo una de las palabras que más se utilizan en el Programa de Fiestas de 1946, en honor a las Santas Reliquias en Villanueva de Gállego, es “autoridad” (hasta en seis ocasiones). También es conveniente reseñar la importancia que en esos tiempos se daba a la música, de hecho había más actos en los que intervenía la Banda local y las actuales “vaquillas”. Estos fastos tuvieron lugar entre los días 21 al 26 de septiembre, de los que vamos a destacar algunos:
El sábado 21 a las doce se anunció el principio de las Fiestas con volteo general de campanas, disparo de cohetes y bombas detonantes. A las seis de la tarde, la banda de Música dirigida por D. Luis Aguilar, recorrió las calles de la población interpretando alegres pasacalles que se repetirían a las diez de la noche, concluyendo en la plaza de España, donde se celebró un baile público.
El domingo 22 a las ocho de la mañana Gran Diana interpretada por la Banda de Música, que recorrió las calles de costumbre. A las diez y media y presidida por las Autoridades, religiosa procesión, seguidamente, en la Iglesia Parroquial, solemnísima “Misa de Terno”, celebrando el Rvdo. Sr. Cura Párroco de esta localidad, D. Julián Vililla Sánchez y ocupando la Cátedra Sagrada el Rvdo. Sr. D. Abel Serrano Oñate, hijo de esta localidad. A las doce uno de los actos que creo debían ser más desagradables en esos días; reparto en el Ayuntamiento de «bonos en metálico a los pobres de la localidad, acto amenizado por la Banda de Música». Por su parte el Consistorio ofrecía mientras tanto «a las demás Autoridades e invitados un vino de honor».
Procesión de las Santas Reliquias (1943) con presencia de las Autoridades (Gentileza de Carmen Sanz)
Ese mismo día, pero a las cuatro de la tarde y en el Campo de Deportes. «Gran partido de fútbol entre el equipo Hispano club de Zaragoza y el de este pueblo». Tras el encuentro, «baile popular en la plaza de España» y a las ocho de la tarde y «presidido por las Autoridades, Gran Rosario General que saliendo del Templo Parroquial recorrerá las calles de la población». Tras el rezo de nuevo a bailar con una verbena en la plaza de España.
El día 23, lunes, a las ocho de la mañana Diana y a las diez y media, en la Iglesia Parroquial, «solemne misa en sufragio de los Caídos, con asistencia de las Autoridades locales y Jerarquía del Movimiento». A continuación uno de los actos más tradicionales antiguamente en las Fiestas villanovenses «gran Rondalla con excelentes cantadores» organizada por los Quintos de ese año, «en típica galera adornada al estilo del país» recogiendo tortas y todo tipo de alimentos para realizar una merienda.
A las cuatro comienzan las funciones taurinas lidiándose «al estilo tradicional,  hermosas reses de la vacada propiedad de D. Pedro Arjol, de Zaragoza» lidia ejecutada por los aficionados locales, «bajo la dirección del diestro aragonés Enrique Abad» y como hacía muchas horas de la última vez, de diez a una de la noche «baile público».
Los días 24 y 25 Diana y a las doce del medio día «concierto público en la plaza de España». A las cuatro de la tarde, «con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide» se lidiaron reses de la ganadería del día anterior: Martes, Félix Sanz Casamayor como espada y el miércoles, Francisco Sabaté Sarto. Festejo en el que intervendrían las “mulillas” «vistosamente engalanadas por los jóvenes de la localidad» este era otro de los acontecimientos más esperados de las Fiestas pues era una forma de mostrar las mejores caballerías del pueblo, no hay que olvidar que estamos en una época donde la agricultura era la base de la subsistencia en el medio rural. A las once de la noche del miércoles, en la plaza de España y bajo la dirección de José Oto y Felisa Galé, «Gran festival de jota a cargo de excelentes cantadores y bailadores con su correspondiente rondalla».
Festejo taurino (Gentileza Pedro Orobia)
El fin de fiestas se inició como todos los días con Diana y concierto a las once. A las cuatro de la tarde; «Gran carrera pedestre de inscripción libre, con un recorrido de ocho kilómetros, adjudicándose a los vencedores tres premios en metálico de 100, 75 y 50 ptas. respectivamente», con la advertencia a los participantes de que «no se modificará la distancia del recorrido, ni el importe de los premios, bajo ningún concepto». Seguidamente carrera infantil para niños de la localidad, menores de 14 años, con premios de 15, 10 y 5 ptas. como final y como podía ser de esperar, «Gran baile público en la plaza de España y por la noche a las diez, a un gran baile-verbena. Quemándose durante los intermedios musicales, una vistosa colección de fuegos artificiales «por el afamado pirotécnico de Zaragoza, D. Ángel Sanz», así como  una gran Traca Final, interpretándose “Gran retreta” por la banda de música.
Por si había pocos bailes, en el entonces recién estrenado cine Avenida, se celebraron grandes bailes “de sociedad”, amenizados por la Orquestina Demon de Barcelona, «la que interpretará también selectísimos conciertos». En los años 1947 y 48, las Fiestas fueron amenizadas por la Banda Provincial de Zaragoza, dirigida entonces por Don José Borobia. En 1947 el certamen de Jota corrió a cargo de la cantadora Conchita Pueyo y al año siguiente también, bajo la Agrupación Artística Aragonesa, estuvo dirigido por María Pilar de las Heras con la intervención de la Rondalla “Goya” de Zaragoza.

Durante los años 40, las Fiestas era el momento ideal para estrenar traje con el que ir al baile, como cambian los tiempos (Foto gentileza de Mariano Guillén)
 Los premios de los entalegados correspondientes a 1948 ascendieron a 200, 150 y 100 ptas. (el doble que dos años antes) además de 75 ptas. para el villanovense que llegara primero o “aguante a los primeros”, pues la participación era libre. La carrera infantil estaba premiada también por 30, 20 y 10 ptas. el doble que dos años antes.
En notas al programa se dice que el Ayuntamiento en Corporación y Comisión de Festejos, presidirán cuantos actos se organicen rogando, al vecindario en general, se comporte con la corrección debida para que nuestros visitantes en estos días, se vayan satisfechos de nuestra hospitalidad y trato y “no pillen ningún resfriado otoñal por caer a la acequia”

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