Doña Leonor y las torres del Pilar
El Pilar desde la arboleda de Macanaz, al otro lado del río Ebro, las torres de don Paco y doña Leonor en primerplano |
El
sábado 25 de noviembre de 1961 fueron inauguradas las dos últimas torres que le
faltaban al Pilar, las más próximas al Ebro. La ceremonia fue brillantísima a
pesar de la intensa lluvia que caía sobre Zaragoza. Fueron bendecidas por el Cardenal
Arzobispo de Tarragona el Doctor Arriba y Castro, y contó con la presencia del
Nuncio de Juan XXIII, entonces Papa, por cierto se inauguraron ese día por ser
el cumpleaños del Pontífice. A las representaciones políticas y sociales de la
ciudad se sumaron también las nacionales, no obstante el gobierno franquista
había colaborado en la construcción dentro también de una campaña iniciada con
el fin de relanzar el sentimiento religioso popular con el Nacional catolicismo.
Se
celebró una misa presidida por el entonces Arzobispo de Zaragoza Don Casimiro
Morcillo y tras ésta se organizó una procesión que rodeó el templo y, bajo un
fuerte aguacero como hemos dicho, el Cardenal procedió a bendecir la obra. La
primera torre en serlo fue la situada en el noroeste, la del ascensor, pareja a
la torre más antigua del templo y a la que se impuso el nombre de San Francisco
de Borja, seguidamente se procedió de bendecir la levantada en honor de Santa
Leonor y que está situada junto al Ayuntamiento. Una vez terminada la ceremonia
la comitiva regresó al interior del Templo y en la Santa Capilla se entonó una
Salve.
¿Porque
se pusieron estos nombres a las torres? Porque correspondía a los nombres de
los donantes, un importante matrimonio Zaragozano del que solo vio acabadas
ambas torres la mujer. Dª. Leonor Salas más conocida popularmente como la Viuda
de Urzaiz.
Una
vez concluidos los actos litúrgicos, todas las autoridades y personalidades
presentes salieron de nuevo a la plaza donde se realizó un festival de jota
(parece ser que había escampado) tras el cual se realizó un banquete en el
palacio arzobispal durante el cual, el Dr. Morcillo, anunció que el Papa había
concedido a Dª. Leonor la medalla “Cruz pro Eclesia et Pontífice” además, Juan
XXIII reconoció que había visitado hacía años el Pilar, santuario del que
guardaba un grato recuerdo (por tanto se confirmaba que el entonces cardenal
Roncali visitó España antes de ser Pontífice). Por la tarde, en el Teatro
Principal, hubo un acto en el que se ensalzó a la figura y obra de Dª. Leonor
Sala. El día acabó con una exhibición de fuegos artificiales.
Don Paco y doña Leonor en los toros (gentileza del blog Movera y sus gentes) en este barrio zaragozano poseían una torre con plaza de toros incluida. |
Leonor
Sala Ruiz había nacido en Zaragoza el 29 de mayo de 1877, fue bautizada en la
Parroquia de San Felipe, cerca de la Torre nueva. Se educó, como todas
señoritas bien de Zaragoza en el colegio del Sagrado Corazón. A los 18 años, es
decir el 8 de mayo de 1896 contrajo matrimonio con un noble de origen andaluz,
D. Francisco de Borja Urzaiz y Cavero, que estaba emparentado con la nobleza
aragonesa ya que don Paco, que era sevillano, había quedado huérfano de madre y
fue recogido por una tía suya que era esposa del Conde de Fuentes y de ahí que
viniera Zaragoza. El matrimonio no tuvo hijos pero eso sí mucho dinero y muchas
propiedades. Don Paco fue durante muchos años delegado de Hacienda en Zaragoza
y poseyó muy buenas relaciones entre la alta sociedad aragonesa, su hermano pequeño,
de padre, Mariano, contrajo matrimonio con la Duquesa de Villahermosa Pilar
Azlor y Aragón y el Coronel Valenzuela, muerto en la Legión y también enterrado
en el Pilar, era su sobrino. Dª Leonor poseía numerosas fincas y propiedades
inmobiliarias y dos hermanas más, Estefanía y Natividad, Estefanía estuvo
casada con el General Rañoy que tuvo especial relevancia durante la guerra civil,
ya que estuvo al mando de la Capitanía General tras la muerte de Cabanellas. Fue
el matrimonio Urzaiz precisamente quien introdujo a Franco en la sociedad
zaragozana cuando éste estuvo como Director de la Academia General Militar y de
ahí vino una importante amistad, se dice que la viuda de Urzaiz llamaba
directamente al Caudillo para recaudar fondos con el fin de levantar las torres.
Doña
Leonor fue presidenta durante muchos años de la Cruz Roja en Zaragoza, de echo
fue su introductora en la ciudad y se preocupó porque esta institución tuviera
un hospital. Apoyó un patronato llamado de la “Obra antituberculosa” y llevó a
cabo muchas obras de caridad, para ello organizaba fiestas y reuniones sociales
con fin de recaudar dinero, lo que le dio muy pronto bastante popularidad entre
la sociedad local. Pero hay algo que la gente no sabe y es que, con su dinero,
apoyó los estudios de muchos zaragozanos que no tenían medios para sacar una
carrera delante siendo también un importante mecenas. Era también frecuente que
en los salones de su casa, en la calle Alfonso, muy cerca del Pilar y junto un
pequeño arco que da a la calle de las once esquinas, se organizaran todo tipo
de actos culturales. Era muy aficionada a la poesía y en la prensa local solían
hacerse referencia a estas tertulias que se celebraban en su casa. Valga como
ejemplo esta reseña publicada en los años cincuenta:
“Como
todos los años por estas fechas, la excelentísima señora doña Leonor Sala,
viuda de Urzaiz, abrió en la tarde de ayer los salones de su casa en la calle
de Alfonso para recibir a muchas de sus amistades y ofrecerles una merienda con
el refinamiento y delicadeza en ella proverbiales. Algunas damas de su familia
e intimidad le secundaron con toda gentileza en la misión de hacer los honores
a las personalidades invitadas, entre las que figuraban las primeras
autoridades.” (Herado de Aragón 7 de enero de 1957).
La plaza del Pilar en plena construcción de las torres y del Ayuntamiento, (Gentileza de Jesús de Blas) |
Una
imagen habitual del matrimonio Urzaiz era verlos pasear en coche de caballos o
ir a los toros, espectáculo del que eran muy aficionados, se dice que fue el último
carruaje de estas características que circuló por Zaragoza, hace años yo solía
ir a una cafetería que estaba en la calle Casa Jiménez que se llamaba “La
Cochera” y se llamaba así porque tras la barra se encontraba una berlina en
cuyo interior estaba ubicada la cafetera del bar, pues bien ese carruaje
perteneció a Dª. Leonor, el bar ya está cerrado y no sé que vida habrá llevado
la berlina.
Con
motivo de las bodas de oro del matrimonio, éstos decidieron regalar a la ciudad
las dos torres que le faltaban al Pilar, poco después hicieron la propuesta
oficial al Arzobispado pero con tan mala suerte que D. Paco murió justo un año
después, el 26 de julio de 1947, quedando sola Leonor en la tarea de levantarlas
y encargó al arquitecto Miguel Ángel Navarro el proyecto. Se puso la primera
piedra el 11 de diciembre de 1949. El 2 de enero de 1962 en el Palacio
Arzobispal, se le impuso la medalla Pro Eclesia, acto al que acudieron todas
autoridades zaragozanas, con su Alcalde al frente, quien le impuso la medalla
de oro de la ciudad, pues bien, en la prensa del día siguiente se dice que al
comienzo del acto se dio lectura del acta de la sesión municipal por la que el
Ayuntamiento acordó, por aclamación, conceder la medalla a Dª. Leonor, he
estado mirando todas las actas del Ayuntamiento de Zaragoza por esas fechas y
no he visto una sola referencia a tal decisión, se dice también, que el
Secretario de la Corporación dio lectura a ese acta, que es extensísima, ya que
se detalla la vida de los Urzaiz y la construcción de las torres, pues bien,
tampoco hay noticia. Pedí entonces la relación de todas las medallas de oro de
Zaragoza desde 1938, y tampoco aparecen ni D. Paco, ni su esposa. Con lo cual
no se bien qué le dieron a esta mujer.
Dª.
Leonor falleció el 13 de noviembre de 1962, su muerte fue muy similar a la del
Papa Juan Pablo II ya que en cuanto se corrió la noticia de que estaba
gravísima la multitud se agolpó a las puertas de su casa para interesarse por
su salud, tanto es así que hubo que colocarse un libro en el que la gente
firmaba interesándose por ella. Ni que decir sus funerales fueron una
impresionante manifestación de duelo, sus restos fueron enterrados, junto con
los de su esposo, en una de las torres que ella sufragó, justo la que se
encuentra junto a la capilla de Santiago en el Pilar y que está situada más
cerca del Ayuntamiento, precisamente la llamada Santa Leonor. Aunque mis
últimas noticias son que han sido trasladados a la Cripta que está bajo la
Santa Capilla, seguramente por seguridad, ya que hace unos años esa torre tuvo
problemas de solidez.
Se
da la circunstancia de que el padre de Dª. Leonor, Alejandro Sala, fue el
Alcalde de Zaragoza a quién él tocó firmar el derribo de la Torre nueva. Este
señor parece ser que
“mediática” que obligó al Ayuntamiento a tal efecto,
es más D. Alejandro siempre se planteó la posibilidad de poder reconstruir la
Torre nueva. Proyecto que fue recogido por su hija, aunque de otra manera y es
que Zaragoza todavía no se ha recuperado de aquella medida tan absurda como
incomprensible.
La
novelista Ángeles de Irisarri escribió una novela hace unos años sobre una dama
zaragozana de principios del siglo XX que bien puede retratar lo que era la
vida de doña Leonor. El Diario ABC de Madrid, con motivo de su muerte, hizo una
reseña de la vida y obra de la Viuda de Urzaiz en al que destacaba que para la
construcción de las dos torres se invirtieron 70.000 jornales y se gastaron 25
millones de pesetas. Quizás una semblanza de lo que fue en vida Leonor Sala la
podemos encontrar en dos anécdotas de su vida, una fue durante la República,
cuando el Ayuntamiento de Zaragoza, entonces presidido por el Radical Manuel
Banzo, decidió retirar la imagen de la Virgen del Pilar del Salón de plenos. El
matrimonio se presentó ante el Alcalde en su despacho y reclamó la imagen que
se encontraba en los almacenes municipales, don Paco se dice que casi llega a
las manos con el Edil. Pocos días después doña Leonor se presentó ante la
Alcaldía con treinta mil firmas solicitando que se restituyera a la Virgen en
su lugar de honor. Otro documento interesante la encontremos en el epitafio que
eligió para su sepulcro:
Como el hacer dos torres
es tan poco para ganar el cielo
tú, el que seas, que estés ante el sepulcro
de los que por amor las ofrecieron,
no te alejes de aquí sin que de tus labios presto
recen por el descanso de sus almas
la valiosa oración de un Padrenuestro.
Estefania Sala no estuvo casada con el general Rañoy. Era su hermana Natividad la esposa del general . Por cierto Natividad cuando se referiría a Franco decía "ese generalillo" con una mueca reticente.
ResponderEliminarSe lo dice alguien que conoció a Nati y a Fany pues eran tias abuelas mías,hermanas de mi abuela paterna ala que no conocí pues murió de sobre parto a los 22 años. A Leonor tampoco la conocí . Ninguna, excepto mi abuela,tuvieron hijos.
Al principio del artículo se le llama Leonor Salas. Es un error muy común llamar Salas a un Sala. A mí me lo han llamado decenas de veces en mi vida y siempre trato de solventar ese error porque ambos apellidos no tienen nada que ver.
ResponderEliminarSaludos.