La primera película del cine español
Eduardo
Jimeno Correas era un zaragozano que trabajaba como funcionario del
Ayuntamiento en la capital y que un día tuvo la vista suficiente como para
comprender que el mundo del cine tenía futuro. Había nacido en 1870 y con
apenas 25 años su vida cambió. Su padre, que era feriante, conoció el
cinematógrafo Lumière, padre e hijo invirtieron en la compra de uno de aquellos
aparatos para filmar y proyectar y con este material alquilaron un local en el
Paseo Independencia número 27 y que luego se convertiría en el primer cine
zaragozano (por la dirección es posible que corresponda a lo que más tarde fue
el Argensola).
La
primera sesión cinematográfica que pueden ver los zaragozanos se celebra el día
14 de septiembre de 1896 (tal y como recoge la prensa de la época) y no dejan
de tener una duración mayor a 30 minutos, pero esto no era sino una preparación
para las Fiestas del Pilar. Se dice que con motivo de las Fiestas del Pilar les
apareció un competidor con una barraca de las Ferias donde se proyectaban
películas y que Jimeno se plantó delante de la puerta de la Basílica del Pilar
y el 11 de octubre comenzó a grabar los fieles que salían de misa de doce. Aunque
su duración no superaba los dos minutos y medio, la cinta utilizada alcanzó los
17 metros de longitud. Tanto éxito tuvo la película, que según los periódicos
de la época, las proyecciones en su sala exhibición comenzaban a las ocho de la
mañana y terminaban a las cuatro de la madrugada. Aun llegó a filmar otra
película en la que los transeúntes de la plaza se dedicaban a saludar a cámara.
El
caso es que durante mucho tiempo esta película fue considerada como la primera
obra filmada en España por un español y con motivo del centenario de la misma
se acordó hacerle un homenaje mediante una escultura a tamaño natural que
representa a Eduardo Jimeno con su cámara de pie y frente a la Basílica: Pero
la cosa no acabó ahí. Alguien publicó que un francés, Francis Doublier, ya
había rodado en España a finales de 1895, una corrida de toros. Más tarde, en
abril de 1896, el operador de cámara también francés Alexandre Promio, rodó en
Madrid vistas de la Puerta del Sol, y en Barcelona la Plaza del puerto. También
se rodó la anónima llegada de un tren de Teruel a Segorbe. Pero la cosa no
quedó ahí y según algunas investigaciones se demostró que Jimeno no podría
haber grabado porque ese tipo de cámara no estuvo en venta hasta el año
siguiente 1897, cosa que tampoco es seguro porque podría haberlo conseguido de
cualquier otra manera y además los anuncios de prensa están constatados y por
si fuera poco la salida de misa no es la primera película de Jimeno, sino la
segunda, pues había grabado unas maniobras militares en el Ebro, cinta que se
pudo recuperar aunque con mala calidad.
Agustín
Sánchez Vidal en el libro El siglo de la
luz se enmendaba a sí mismo retrasando la fecha de Salida de misa del Pilar
hasta el domingo 5-XI-1899. Esta hipótesis se sustentaba en un minucioso
peinado de la prensa zaragozana de la época que no recogía ese acontecimiento
hasta el 7 y 25 de noviembre del citado año, coincidiendo con el rodaje de una
Salida de misa de once y de otra Salida de misa de doce, unida a las maniobras
de Pontoneros (que parece que sí quedaron impresionadas, en contra de lo que se
creía hasta ahora).
En
medio de esta fiebre revisionista, alguien decidió que la plaza del Pilar no
era el lugar apropiado y se decidió trasladar la escultura a la plaza de Ariño,
pero en lugar de que Jimeno ruede lo que pasa por la calle, se encuentra de
espaldas a ésta.
En
1994, ambas películas serían restauradas por la Filmoteca de Zaragoza,3 y, a
finales de julio de 2004, fue subastado el equipo con el que se rodó la
película, que fue comprado por 129.000 euros por una persona vinculada a la
casa Lumière.4
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