Mausoleo de Odón de Buen y Rafaela Lozano
El mausoleo donde reposan las cenizas de Odón de
Buen y su esposa, Rafaela Lozano, es uno de los más espectaculares que se
encuentran en la comarca del bajo Gállego. El científico zufariense falleció en
el exilio mexicano a los 82 años en 1945 y en el país centro americano fueron
sepultados sus restos hasta que 2003, se levantó un mausoleo en su honor en
Zuera, localidad a la que fueron trasladadas sus cenizas. Poco después lo
hicieron los restos de Rafaela, que se encontraba enterrada en la localidad
francesa de Banyuls sur Mer desde 1940.
El mausoleo es una estructura rectangular con
paredes de cemento de casi dos metros de altura y con tres aberturas, una da a
la avenida central del campo santo, a modo de entrada principal y paralela a la
línea de cipreses, las otras dos, más pequeñas, hacen escolta a la leyenda
colgada en el muro; “No sembré en arenales estériles”, frase incluida en el último del párrafo de su libro Síntesis de
una vida política y científica. A mano derecha de la entrada se encuentra un
busto que representa al oceanógrafo (réplica del diseñado en su día por Mariano
Benlliure para el colegio Público que lleva su nombre en Zuera) con una placa
conmemorativa que está adornada por flores. A mano izquierda y frente al busto
de Odón hay una zona empedrada con una losa en el centro, que es el lugar donde
se encuentras los restos del matrimonio De Buen-Lozano, sobre los cuales hay
una losa con la inscripción “A Odón de Buen y del Cos, hijo predilecto de Zuera
y en recuerdo de su esposa Rafaela Lozano. 4 de abril de 2003”. Así queda
cumplido el deseo del fundador del Instituto nacional de oceanografía de
descansar en su tierra y acompañado de su esposa, añadía que quería ser
enterrado en cementerio civil, pero en la actualidad en España ya no existen
este tipo de recintos y todos los enterramientos lo son en zonas de titularidad
municipal.
Comentarios
Publicar un comentario