Sigena: paradigma y paradoja
Últimamente se habla mucho del Real Monasterio de
Santa María de Sigena y de sus bienes. Independientemente de todas las
circunstancias que rodean al tema quisiera añadir que, Sigena y las pinturas de
su sala capitular son a la vez un paradigma y una paradoja de lo sucedido en la
región aragonesa a lo largo del siglo XX. El lugar, símbolo de un glorioso
pasado medieval. Durante la pasada centuria fue olvidado, intentado rescatar,
maltratado en la Guerra Civil, como mucho de su patrimonio y también de sus
habitantes. Víctima de un expolio y del abandono, de nuevo fue el monasterio
condenado al ostracismo. Hasta que los vecinos de la comarca, que seguramente
nunca olvidaron lo sucedido a pesar de que en principio se les responsabilizó
de lo ocurrido, decidieron rescatar su historia y reclamar sus bienes amparados
durante los últimos tiempos y gracias a la aplicación de ley de Memoria Histórica y aquí es donde entra la paradoja. Una
norma aprobada para redimir el pasado del bando perdedor en la contienda, ha
servido para poner en evidencia sus propios errores y de paso para que los
teóricos vencedores reivindicaran aquello que perdieron y que paradójicamente,
el bando vencedor no restituyó al acabar la guerra y ha tenido que ser
aprovechado por un municipio para reclamar lo que es suyo. No es la primera vez
que sucede esto en España que, diciendo hacer una ley para beneficiar a unos
termina compensando o intentando compensar a otros, lo que indica las injusticias
y arbitrariedades de nuestras autoridades de cuando en vez cometen. La
Dictadura de Franco terminó por ser cómplices de la destrucción del monasterio
y de paso, del gobierno al que decían combatir y los que decían querer destruir
la religión, el capital, el nacionalismo y no sé cuántas cosas más, en nombre
de la libertad, la cultura y la solidaridad terminaron destrozando un
patrimonio y beneficiando a los burgueses y al capital al que decían combatir, dejando a los
pobres, a los que decían defender, sin su patrimonio, enhorabuena chavales os habéis
lucido. Sigena nos da hoy una lección sobre las consecuencias del
guerra-civilismo y la confrontación a veces innecesaria y gratuita. Así como de
los resultados nefastos que tienen ciertas formas de entender la política o la
organización de la sociedad como son los nacionalismos. Nuestros dirigentes
deberían tomar nota para resolver el problema o al menos para querer hacerlo.
Incluso los herederos polticos de los pirómanos del 36 han cambiado de opinión "Para ello Unidos Podemos en Común propone endurecer las sanciones económicas y penales por destrucción parcial o total del patrimonio, o asignar fondos para la restauración de las pinturas murales de la antigua sala capitular del Real Monasterio de Nuestra Sra. de Sigena en Huesca, mediante un convenio de cogestión."
ResponderEliminarPues la verdad Carlos es que los tienen como se dice vulgarmente "a huevo" en Aragón son el apoyo del gobierno autonómico y en Cataluña tiene fuerza suficiente para hacerlo, además la Esquerra también tendría algo que decir sobre los desmanes de Sigena. Luego vendremos como los del PSOE con el Federalismo que lo prometieron en el 82 y un año después se olvidaron y ahora viene con que no pudieron, pues estos ahora si quieren pueden que lo hagan. Sobre lo de cogestión es lo que en realidad se hace ahora, es decir los bienes están depositados en Barcelona, pero siguen siendo del monasterio, es decir que la palabra será muy bonita y muy progre, pero no dicen nada nuevo, lo que se quiere es que, efectivamente se restituyan lo que se llevaron, ni más ni menos. Muchas gracias por tu comentario Carlos
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