Pozal


Pozal, una de las palabras más entrañables de la fabla aragonesa.

El otro día tuve una avería en el grifo de la cocina y llamé al seguro de la casa, a ver si lo cubría la póliza. Después de dar mi DNI., ni código postal, decir mi nombre, apellidos y pulsar varias veces el 1 y el 2 alternativamente, me atendió muy amablemente un señor con voz española pero que no sabía si me hablaba desde Madrid, desde Buenos Aires o desde el mismísimo Yerevan (Armenia). Le expuse muy amablemente mi problema y en un momento dado le dije que había tenido que poner “un pozal” debajo de la cañería. Al otro lado del hilo telefónico se produjo un vacío de voz, un silencio internacional, mi interlocutor no entendía lo que había dicho, de repente me dijo ponga un barreño. Entonces yo le respondí, eso un pozal, insistiendo con tozudez mañífica. En seguida me di cuenta de que no sabía con quién, ni a donde estaba llamando y rectifiqué, un cubo, un cubo. El buen hombre se quedó más tranquilo, sobre todo después de que yo le aclaré. Esto no me sirvió de nada porque la rotura no la cubría el seguro.


Supongo que pozal vendrá de pozo y por analogía recipiente que sirve para recoger agua o de poza o estanque, remanso que recoge agua de un río o como es en el caso de las fotografías, macetas llenas de flores. Diminutivo que es muy chulo: Pozalico.

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