La Virgen de Lourdes en Zaragoza
Cada 11 de febrero la Iglesia Católica conmemora y celebra la primera aparición de Virgen María en Lourdes a Bernardette Soubirous, suceso que ocurrió en 1858. En la iglesia zaragozana de Nuestra Señora del Portillo además de guardar los restos de las heroínas de los Sitios y venerarse a Santa Águeda, existe una capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, pero no es un altar convencional como todos conocemos, sino que se trata de la reproducción de la gruta de Massabielle, donde se apareció “La Señora” a Bernardotte.
Según indica la página web de la
parroquia del Portillo, en 1915 el entonces Cardenal Arzobispo de Zaragoza don
Juan Soldevila Romero, aprobó la constitución de una cofradía en honor a la
Virgen de Lourdes en Zaragoza con sede en dicha iglesia, seguramente entonces
se decidió construir una capilla en su honor pero, rompiendo el tradicional
diseño de los retablos y construir una “recreación” de la gruta junto al rio
Gave de Pau, justo enfrente del panteón dedicado a las heroínas de la ciudad.
Esta capilla se encuentra a mano derecha de la entrada en el templo, en un
ambiente oscuro pero iluminado por tres focos de luz que se dirigen a
Bernardotte que se sitúa en un nivel inferior, a la Virgen que aparece por una
oquedad de la gruta en diagonal sobre la pastorcilla, en un plano intermedio y
sobre ambas figuras, cerrando el tercer vértice del triángulo la basílica de
Lourdes. Rematado todo ello por la Cruz (ésta y la basílica aparecen también
iluminadas).
La entrada a la capilla está
enmarcada por un arco de medio punto profusamente decorado sobre el cual hay
tres medallones, el del centro representa la aparición de Bernardotte sobre un
pilar coronado, seguramente referencia a la Virgen del Pilar. A mano izquierda
y sobre un segundo medallón un retrato del cardenal Soldevila y a la derecha
otro del papa Pio XI, auténtico benefactor e impulsor del culto a la Virgen de
Lourdes. Es posible que todo este conjunto sea un añadido posterior pues el
cardenal Ambrogio Ratti accedió al pontificado en 1922 y Soldevila falleció un
año más tarde sea como fuere, el conjunto de la capilla dedicada a la Virgen de
Lourdes en Zaragoza es una curiosidad que no debe pasar desapercibida.
A mi memoria me vienen los versos que
se me del himno a la Virgen de Lourdes que contaba de niño:
“Del cielo ha bajado una
estrella sin par
Ave, ave, ave María”
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