La extraña botella en la capilla del sanatorio de Agramonte
En la entrada anterior hablaba sobre
la misteriosa botella que se encontraba en el centro de la capilla del
sanatorio de Agramonte, un recipiente
semivacío pues, todavía contenía un extraño licor que parecía whisky. El contenedor en cuestión,
estaba colocado en el centro de un círculo que contenía en su interior una
Estrella de cinco puntas con unos signos extraños en su alrededor, como dispuestos
para un extraño ritual. Este contexto da la razón a quienes apoyan la idea de
que en el interior del Sanatorio se hacen reuniones exotéricas o mistéricas en
las que participaban personajes venidos desde largas distancias incluso y
atraídos por el pasado del lugar, leyendas que recogió magistralmente Miguel
Mena en su novela “Bendita Calamidad”.
Bien es verdad que otras personas niegan que se produzcan misteriosas reuniones
en el entorno del Santuario y que en cambio lo que si se llevan a cabo son
actos vandálicos y gamberrismo continuado, que lo hay y mucho. Bien es cierto
que no todos lugares reúnen características para llevar a cabo reuniones
mistéricas, pues estas suelen reunir ciertas condiciones como pueden ser
fallecimientos o sufrimientos colectivos, ¿Quién no ha jugado de crio a ir al
cementerio de noche, sobre todo con Luna Llena para ver los fuegos fatuos o
simplemente escuchar algún ruido? Por el contrario para hacer gamberradas
cualquier lugar simplemente abandonado, sirve. Me llamó la atención que tanto
el círculo que rodeaba a la botella como sus aledaños, estaba bastante limpio
en comparación con el entorno, lo que demuestra al menos cierto respeto de los
que participaron en el juego respecto del lugar.
La clave de lo que había sucedido en la
capilla lo tenía que tener la botella. Estaba también muy limpia, no tenía nada
de polvo lo que indica que se había puesto en ese lugar hacía poco y estaba
abierta, el tapón no lo vi por ningún lado, tan solo quedaba lo que llamamos en
Aragón “el culo” con un líquido amarillento en su interior, que como digo creí
que era Whisky pero no, me
equivocaba. Por si acaso la puso allí un avispado comercial de la casa que
comercializa el licor, con el fin de sacar propaganda gratuita de la bebida, no
voy a citar el nombre que había en la etiqueta, no obstante le hice foto para
investigar.
El misterioso licor que contenía la
botella era un compuesto aromatizado de chile
y un toque de canela ideal para beberlo en “chupito picante”, vamos que creía
que se trataba de un ritual satánico y se habían juntado allí para arrearse
unos chupitos. Parece ser que la bebida en cuestión es un invento español,
creado no hace mucho en 2016. Resultado de ello es “un interesante licor hecho
con toques de suave canela y el picor ardiente del chile, capaz de ser dulce o
picante. Es una bebida con espíritu pecaminoso, revoluciona las redes sociales
ante el target de su principal consumidor, el joven”. Es decir que ya sabemos
otro dato, joven con ganas de descubrir nuevas experiencias erótico-festivas,
lo que en mi época era “ligar”. Prosigue la propaganda diciendo que “debe
servirse frio y en tragos cortos, lo que conocemos habitualmente como chupito,
aunque también propone tomarlo en cocktail” algunos reciben nombres muy
pecaminosos como “envidia” o “avaricia” otros, con toque dulce de canela y más
atrevidos, destacando sobre todos el picor del chile. La bebida en cuestión
tiene 33,5 grados de alcohol y su precio es de 12,90 euros.
Sabía que la canela posee efectos
afrodisiacos y estimulantes, pero desconocía cual eran los del chile, excepto
su sabor picante. Tengo un amigo en las redes que es mexicano y que se llama
Javier Octavio Segura a quien pregunté por el licor de chile (hay que recordar
que “chile” es el pimiento). Javier me respondió que él, no lo había probado
pero “dicen es un poco pesado si lo tomas como bebida normal, es relajante como
el tequila, la canela es como soporifera y si puede ser afrodisíaco por eso,
pero el chile...” aconseja no tomarlo si no es marca registrada. Según Javier “el
tequila es más indicado para interiorizar”.
En definitiva un grupo indeterminado
de personas jóvenes, de entre 25 y 30 años seguramente no más de 8, se
reunieron en la capilla para tomarse unos chupitos de una bebida que presumiblemente es
afrodisiaca y hasta ahí todo lo que he podido saber.
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