San Lamberto

Se cuenta que hace casi dos mil años, había en la huerta de Zaragoza un hortelano llamado Lamberto, éste era uno de los primeros cristianos y como tal, fiel cumplidor de los mandatos de la Santa Madre Iglesia. El caso es que los campos que el tal Lamberto administraba, eran de un patricio romano de la colonia Cesaragusta y por tanto un pagano. Un día el amo le dijo a su torrero que tenía que regar o hacer tal faena en domingo, el bueno de Lamberto le dijo que tenía que ir a misa a Santa Engracia y que el domingo no se podía trabajar porque era el día del Señor. El romano, que debía estar sobre aviso de las creencias de su encargado y del éxito que estaban teniendo entre las clases populares de la Colonia, le dijo que le importaba un pito que fuera domingo y que ese día tenía que pagarle el arriendo o cosa por el estilo además si bajaba a Zaragoa, mejor que mejor y no “ir de propio”. Lamberto pacíficamente le dijo que él tenía que ir a misa y que si quería que pagaba entonces pero no en domingo, porque en domingo se descansa y se dedica al Señor del cielo y no precisamente a Marte ni a Júpiter. El Domicus le dijo que no iría a misa, a lo que Lamberto respondió que sí que iba a misa, a lo que el dueño respondió sacando una espada y metiéndole tal tajo en el cuello que le cortó la cabeza. El cuerpo de Lamberto calló al suelo mientras la cabeza rodaba por la tierra. Poco después, el tronco y extremidades del mártir se incorporaron y buscaron la cabeza por los alrededores, hasta que la encontró. Fue entonces cuando el cefalóforo con la cabeza entre las manos, se puso en marcha en dirección a Zaragoza a oír misa a Santa Engracia, que era la iglesia cristiana más importante de la época en la ciudad. Una vez llegado al paseo de Independencia, Lamberto calló en el suelo y ya no se levantó, desde entonces se le rinde culto por los aragoneses como prototipo del ser en esta tierra, sino también por los agricultores y hortelanos de Zaragoza. Es tan popular San Lamberto que hasta Labordeta le dedicó una canción.

 

Esta vidriera se conserva en la calle Prudencio de Zaragoza (que fue otro cristiano maño de la época de Lamberto) muy cerca de la plaza del Pilar y forma parte de una serie colocadas en la fachada de un edificio y en las que están representadas otros personajes aragoneses, a mí me llamó la atención ésta, que se encuentra encima de todas ellas y es bastante difícil verla, con tiempo conseguí hacerle la foto. Hoy 19 de junio se celebra su fiesta.

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