Subida de la Virgen del Pilar
A Zaragoza le faltan referentes en
muchas cosas y las fiestas del Pilar no iban a ser una excepción. El comienzo
de estos días festivos, que se viven en la ciudad de diferentes formas y
maneras no tiene un arranque claro y preciso, lo digo sinceramente. Cuando digo
referentes, me refiero a momentos determinados, concretos y específicos que por
su rutina, marcan el inicio más o menos oficioso de las Fiestas y que por su
interés o atracción poco a poco van convocando más gente alrededor hasta
convertirse en una acto central más y sobre todo importante. Quizás uno de
estos elementos que pueden servir como tal, sea el acto de rematar el armado
instalado para la ofrenda de flores con la imagen de la Virgen del Pilar. La
llegada a la plaza en una humilde camioneta y el proceso de ascenderla hasta lo
más alto de lo que luego será un enorme faldón floreado, es todo un
acontecimiento que merece la pena ser remarcado.
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