Día de Santiago en las cuevas de Añón de Moncayo (Zaragoza)


Mañana es Santiago apóstol y en Añón de Moncayo (Zaragoza) se celebra de una manera muy especial, tras la misa y procesión es costumbre inveterada de los vecinos de la villa, hacer una pequeña excursión hasta la chopera situada junto a las llamadas “Cuevas de Añón” para pasar el día con familiares y amigos. Las cuevas son unas hendiduras naturales en la roca, situadas justo debajo de la meseta donde se asienta el casco urbano y a unos 800 metros de la única puerta de la Villa que aún queda en pie. Bajando una larga cuesta y dejando a mano izquierda el puente medieval, se accede a este paraje donde, y en una de estas grutas nace un riachuelo que va a desembocar a la Huecha, que discurre a un centenar de metros del lugar. Personalmente este lugar me recuerda al Locus amoenus, es decir la representación literaria del Paraiso Terrenal con su gruta, su fuente, su bosquecillo, su prado, etc. (locus al que se ha querido hacer un poco menos amoenus, como se verá más adelante). En definitiva, un lugar ideal para hacer una comida en familia, con amigos y pasar el día además de ser refrescante en plena canícula. También le debió parecer esto a Valeriano Becquer, quien nos dejó un grabado bajo el título “En la fuente del prado” fechado el 7 de julio de 1864 y en el que aparecen un grupo de personas tomando una siestecita “después de la comida”. La Fuente del Prado se encuentra situada unos metros más arriba de las Cuevas, siempre siguiendo el cauce del río.

 


El lugar llama la atención por las connotaciones históricas o antropológicas que posee y en comparación con otros lugares. Primero los celtas y después los romanos solían sacralizar los nacimientos de ríos y fuentes y si pensaban que poseían propiedades curativas más todavía, aún es creencia popular que el agua de este pueblo tiene propiedades ferruginosas (por la abundancia de restos de minas de hierro que hay en la zona). Además el torrente provenía de un monte considerado sagrado ya por los celtíberos y donde los romanos levantaron un templo dedicado a Júpiter. En la antigüedad era habitual bendecir los nacimientos de los ríos y fuentes y si éstos nacían de alguna cavidad rocosa como es el caso, solían levantar un oratorio o santuario generalmente dedicado a la protección de la Virgen, si no se le aparecía ésta a algún pastorcillo por los alrededores. (La iglesia parroquial de Añón está dedicada a Santa María la Mayor, como el Pilar de Zaragoza). A unos 500 metros del lugar se encuentran las ruinas de la ermita de San Juan (cuyo culto también está asociado a las fuentes con propiedades medicinales). En Tarazona existe el llamado nacedero de San Juan, sacralizado con un pequeño oratorio o ermita y con más motivo si existe tradición de que al menos una vez al año, los vecinos se reúnan en ese lugar a pasar el día de fiesta, bien es cierto que ya salían del pueblo confesados, comulgados y procesionados. En la cercana localidad de Purujosa se encuentra el santuario rupestre de Nuestra Señora de Constantín, también con similitudes de las cuevas añoreras. La ermita se encuentra dentro de la roca, junto a un barranco que por entonces estaba seco, pero en el que existe una fuente junto a la roca de que le cae un pequeño salto de agua.

 

A lo largo de la toda la geografía existen muchos lugares con grutas y fuentes sacralizadas, bien con una ermita (de Añón se tiene constancia de la existencia de varias pero no en este lugar) o una imagen de la Virgen (“Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva” dice esta cancioncilla muy popular especialmente en el somontano moncaíno). De todas maneras un edificio o construcción singular, aunque solo fuera para resguardarse de la lluvia estaría mucho mejor que la alambrada que rodea las cuevas, que dificultan el paso y algún día darán lugar a algún percance, disgusto o milagro de la Virgen, que de todo puede ocurrir. Muy cerca de la entrada de la cueva más alta, se ha levantado una construcción moderna que no dice nada pero que se ve mucho, parece un almacén que tapa e impacta visualmente el entorno y que desde luego desmerece el sitio, por cierto no sé si el manantial que nace de la roca, es la Fuente del Rey que aparece en los mapas.




Grabado de Valeriano Becquer al que se hace referencia en esta entrada



Paraje de las Cuevas en la actualidad: en primer término el riachuelo que procede de una de las dos cuevas y a mano izquierda de la superior una caseta que se desconoce su función

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