Una Villa nueva en el valle del Gállego
Las infiltraciones
“militares” aragonesas en la zona del Castellar zaragozano comienzan a ser
frecuentes a partir de finales del siglo XI, sobre todo con la consolidación de
Sancho Ramírez en la zona de Cinco Villas, tras la conquista de Luna y cruzar
los montes de Castejón. Los monarcas aragoneses establecieron una línea de
frontera que asegurara sus conquistas en torno a la muela del Castellar,
levantando posiciones defensivas conforme consolidaban su territorio “Supra
Zaragoza”. Un lugar clave sería, sin duda alguna, la entrada natural a este
monte, en el actual kilómetro 10 de la carretera de Villanueva a Castejón de
Valdejasa. En este lugar se encontraba hasta hace unos 30 años la venta de
Coscón allí, entre “el Vedao” y los “Pinares de Zuera”. Hoy día tan solo se
conserva la enorme balsa que recogía las aguas provenientes de los montes
castejoneros y del Castellar, unos metros más abajo se encuentran las ruinas
del “Santuario”. Seguramente en este lugar o cinco kilómetros más arriba en la
conocida por Cueva de Colandrea, se establecería alguna de estas posiciones
estratégicas cristianas, posiciones defensivas en las cuales habría un Tenente
al mando de una pequeña guarnición que controlaría la vieja calzada entre el
puerto de Castejón, las colinas lindantes con el Castellar y que abarcarían las
actuales partidas del Vedao, Fajas y
Bayones. Este asentamiento aragonés impediría el tráfico de la Taifa zaragozana
hacia sus posesiones en las bajas Cinco Villas, quizás éste fue el motivo de la
entrevista entre el Cid y Sancho Ramírez precisamente a las puertas del
Castellar y quizás entre los acuerdos tomados en ese día, se decidiera la
fundación de una Villa Nueva fuera de las rutas que unían los territorios de la
Taifa.
Ruinas del Santuario de la Venta de Coscón |
Para el emplazamiento de
esta nueva posición cristiana avanzada, se encontró un lugar en la
desembocadura de la Val mayor que procedente del Castellar, desembocaba en la
terraza fluvial del Gállego, justo donde se encuentra hoy día el conocido por
Barrio alto de Villanueva de Gállego. En principio esta posición sería una más
de las que ya se encontraban dispersas a lo largo de esta zona baja en la
margen derecha del Gállego y que se tratarían de núcleos mozárabes dispersos
por la zona entre las actuales Zuera y el Ebro. Tras la conquista de Zaragoza aunque,
se les reconocerían los derechos que habían adquirido sobre las Fajas y el
Vedao para cazar, hacer leña y pastar con sus ganados tal como «desde tiempo
inmemorial» los villanovenses defienden que este término que en principio les
correspondía, luego tuvo que ser repartido entre Zuera y Zaragoza. Hasta hace
pocos años los vecinos de Villanueva iban a hacer leña a las Fajas y aún tienen
derecho a ello o como decían los abuelos “al vuelo”.
Imagen que corresponde a Santa Catalina de Alejandría (seguramente del siglo XV) que se encontraba en la torre del Seminario en Villanueva de Gállego (Zaragoza) |
Estos primeros moradores
compartirían sin duda, el espíritu de cruzada que definió la expansión del
reino aragonés a principios del siglo XII. Este núcleo originario consistiría
en un conjunto de edificaciones en torno a una pequeña iglesia, levantada en
honor a «Santa Catalina» de Alejandría (patrona de los Cruzados) en lo
que más tarde fue conocido como Barrio Alto: la actual calle de Santa
Catalina y adyacentes. En principio el enclave pudo consistir en un torreón de
planta cuadrada, junto al que se añadió una dependencia anexa y una capilla
después. Una de estas edificaciones con los años pasó a depender del
Arzobispado de Zaragoza como granero para los diezmos y primicias, hoy día todo
esto ha desaparecido.
En 1138 Ramón Berenguer IV otorga una Carta de Colonización que establece ocupar «...aquella tierra yerma de Zaragoza que no pagara alfarda a sus acequias...» confirmando a quien la ocupara «...dos yugadas de tierra y a cada peón una...» al igual que «...todos aquellos huertos que no se regaran por aquellas acequias...» este documento era de aplicación «...a todos hombres que habiendo retenido heredades en los extrarradios y sus almunias, y no teniendo casas pobladas en Zaragoza (ciudad) hagan vecindad en la misma, con sus vecinos...» siendo los límites de su ámbito de aplicación Osera al este, Zuera al norte, Sobradiel al oeste y Cariñena al sur. Dichos límites con el tiempo darían lugar al término municipal de Zaragoza. Todavía se puede observar, gracias a la fotografía aérea tomada a finales de los años 70 del siglo XX, los lotes de tierra que rodean al casco urbano dispuestos en forma circular cerrada y concéntrica que proceden de esa distribución del siglo XII.
Escena del Barrio Alto de Villanueva a mediados del siglo XX (gentileza Lola Guillén Irache) |
Bibliografía:
Modesto Lafuente, Historia General
de España, Montaner y Simón editores. Barcelona 1888, tomo 3, pág. 183.
Viguera, María Jesús: Aragón
musulmán, Mira editores, col. Temas. Zaragoza 1988.
Domingo Buesa Conde, Sancho Ramírez.
Guara Editorial, Zaragoza 1978, págs. 78-79.
Gascón Ricau, Antonio: El hechizo
del Castellar, Institución Fernando el Católico. Colección: Cuadernos de
Aragón nº35. Zaragoza 2007.
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