Ambel y la calavera de Melchor Montserrat
Hace unos días estuve en Ambel (Zaragoza) para conocer de cerca sus famosas “calabazas de Todos Santos” pero además, tenía la ilusión y esperanza de poder ver “La cabeza de Melchor”. Resulta que en la iglesia del castillo se conserva como reliquia la calavera de Melchor de Montserrat, natural de Canet (Castellón). El personaje en cuestión pertenecía a una ilustre familia que a lo largo de la Historia, dio a la Orden de San Juan de Jerusalén varios miembros destacados entre ellos, dos comendadores de Ambel; Francisco, Pedro y el propio D. Melchor de los cuales, este último no fue comendador de la villa y tampoco se sabe si llegó a estar en ella, lo que si es cierto es que se encontraba en la isla de Malta cuando a comienzos del mes de mayo del año 1565, los turcos decidieron asediar la isla. Fue en la mañana del 18 de mayo cuando una poderosa flota compuesta por 159 galeras y 50 transportes con 45.000 soldados, llegaron al archipiélago con fines alevosos. Frente a ellos el Gran Maestre Jean de la Valette con 500 caballeros pertenecientes a la Orden, entre ellos los hermanos Montserrat y 5.000 hombres reclutados entre los habitantes del lugar.
Don Melchor fue nombrado gobernador del fuerte de San Telmo, que defendía la entrada a la bahía de la ciudad que hoy lleva el nombre de La Valetta. Allí resistió durante días el ataque de fuerzas muy superiores a las suyas, hasta que al amanecer del 23 de junio, los turcos lograron desbordar las defensas y se hicieron con el control del fuerte. Montserrar murió en el ataque de un arcabuzazo, mientras estaba en el adarve de la fortaleza. Su cuerpo fue decapitado y colocaron la cabeza en una pica, con el fin de asustar a los defensores, de esta manera permaneció expuesta varios días. El Gran Maestre al ver como trataban a los suyos, tomó la represalia de degollar a muchos prisioneros turcos y lanzar sus cabezas desde los cañones, al campo enemigo. En el asalto también perdió la vida un hermano menor suyo, llamado Antonio. En esta acción, los atacantes sufrieron más de 6.000 bajas, entre ellas la del famoso bajá de Trípoli Dragut. Por otra parte, dio tiempo a la llegada de una expedición enviada por el virrey de Sicilia D. García de Toledo que consiguió levantar el cerco y salvar a la isla. Una vez liberado Malta, en septiembre de ese mismo año, el cuerpo del comendador junto con el resto de defensores, fue sepultado en el claustro de la concatedral de San Juan, en la capital maltesa, mientras que su cabeza pudo ser rescatada milagrosamente por sus familiares quienes, decidieron traérsela a España. Su hermano fray Pedro era por entonces comendador en Ambel, decidió levantar una capilla en la iglesia del castillo de la encomienda en honor al Santo Cristo, con el fin de depositar en ella la cabeza de su hermano, que desde entonces reposa tras un ventanuco de la capilla, cuyo interior se cubre con una portezuela cerrada bajo llave. Parece ser que Melchor había oído por sus hermanos que el Cristo de Ambel era muy milagroso y le tenían mucha fe por tanto, mostró su deseo de que tras su fallecimiento, sus restos reposaran en esta capilla.
El caso es que la iglesia estaba cerrada pero, como tenía otras motivaciones lo dejé para mejor ocasión. Di varias vueltas al pueblo cuando me tropecé con un señor que me preguntó si conocía la iglesia. Le respondí que sí pero que no había visto la calavera de don Melchor y que me había quedado con las ganas. El señor muy amablemente me respondió que esperara, que él me la iba a enseñar. Después de un rato, el mencionado vecino apareció con una llave que resultó ser la de la iglesia y me abrió la puerta del templo. Entramos los dos y me dirigió a la capilla del Santo Cristo. Muy austera, pero muy interesante. El caso es que en un lateral había una puertezuela en la pared que el amable señor abrió con la llave y detrás apareció la cabeza que andaba buscando, después aun recorrimos la nave de la iglesia que se encuentra en pleno proceso de restauración y me habló un poco sobre cómo estaba el proceso, muy ralentizado por la falta de presupuesto.
Lo primero que me llamó la atención
es la relación de esta reliquia con la gran cantidad de cabezas decapitadas que
son objeto de culto en Aragón, desde San Lamberto hasta El Justicia de Aragón,
pasando por el Papa Luna. Después me pareció curiosa la coincidencia de entre
las calabazas agujereadas y la calavera de don Baltasar. Es como si aquellas pretendieran
imitar a ésta y como si ésta, de manera simbólica reclamara también la atención
de sus convecinos. Sea como fuere, me pareció muy interesante poder captar la
imagen de esta calavera que se conserva en Ambel y que posee una historia tan
peculiar.
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