Torre del Hospitalico "vulgo" Gracián
Hace años, buscando en el Libro de recuentos parroquiales en
Villanueva de Gállego, me encontré con que a comienzos del siglo XVIII existía
una torre llamada “de Gracián” en seguida me saltaron las alarmas ¿Y si este
Gracián era nada más y nada menos que don Baltasar? Había leído que El Criticón lo había escrito y
finalizado de escribir durante su estancia en una torre próxima a Zaragoza
¿Podría ser ésta? Y en recuerdo de tan importante personaje recibía este
nombre. Comencé a mirar desde el año 1700 y en el correspondiente a 1702 aparece
el nombre de su entonces propietario “don Agustín
Gracián” mi gozo en un pozo pero, don Baltasar había fallecido cincuenta
años antes por tanto, todavía tenía esperanzas. En el año 1721 encontré el
siguiente asiento; “Torre de don Agustín Gracián y ahora administrada por el Hospitalico de los niños y en ella viven:
Domingo Ximenez, Antonia Lyson, Bentura
Castillo, Manuel su criado, Agustín
Aznar y Antonio Ximeno” es decir,
hubo un tiempo en que la torre del Hospitalico se llamaba torre de Gracián y
además el filósofo aragonés, había residido en la torre del Hospital según mis
informaciones. En los años siguientes, sigue llamándose “torre de Gracián” pero
en 1731 aparece citada como “torre del Hospitalico, vulgo de Gracián”. El
último año en que se cita como Gracián es en 1749 y a partir del cumplimiento
del año siguiente, es decir 1750 ya figura con su nombre actual “Hospitalico”.
Extractos de recuentos parroquiales correspondientes a Villanueva de Gállego, en los que aparecen citadas tanto la torre del Hospitalico como la de Gracián durante el siglo XVIII |
Parece ser que Baltasar Gracián no residió en Villanueva y que su obra cumbre la terminó en la torre del Hospital pero en Monzalbarba, según las fuentes. Sin embargo, buscando sobre Agustín Gracián, encontré en el Archivo histórico provincial de Zaragoza que su segundo apellido era “Torralba” y que según varios documentos legales fechados hacia 1714, era casado y tenía un hijo llamado José Gracián y Garcés. En el Archivo municipal de Zaragoza figura como responsable de la administración de los graneros del a ciudad en 1694 y en el Fondo histórico de Aragón - Ibercaja donde se recogen documentos digitalizados correspondientes al archivo de la Corona de Aragón, se cita a don Agustín Gracián Torralba como infanzón y ciudadano de Zaragoza
Fernando Sahún Campo en su publicación; Érase una vez… Lobera de Onsella, editado en 2015 (Págs. 295-97) cita a Agustín Gracián Torralba en un documento censal fechado en 1688 junto con otros prohombres aragoneses de la época como Joseph Ezmir y Casanate, Manuel de Contamina y Ortal y Gerónima Sánchez, viuda de Lúcas Martínez y dice que don Agustín es Rector del Hospital de Niños y Niñas Huérfanos, de Zaragoza. Este dato es interesante pues nos permite corroborar, por la estética del edificio actual de la Torre que don Agustín o bien alguien de su familia la levantó o reconstruyó en el siglo XVII y posteriormente, la donó a la institución del Hospital de niños huérfanos de Zaragoza para su disfrute. Según un “pleito” que se conserva en el archivo provincial. En 1714 los Regidores del Santo Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza mantuvieron un Auto de ejecución contra la familia Gracián sobre “restitución de una comanda” es posible que don Agustín, fuera condenado a pagar una fuerte suma de dinero y en compensación entregó la torre al Hospitalico y es que, a la vista de la documentación estudiada, este Gracián se dedicara a realizar préstamos censales y actividades que hoy llamaríamos de “inversión”. Sea como fuere, no deja de ser interesante investigar sobre el lugar en el siglo XVII y sobre la persona de Agustín Gracián.
Desconozco si tendrían relación de
parentesco o no pero, por la segunda mitad del siglo XVII vivió en Zaragoza José Gracián Serrano y Manero que fue arrendador
de las Generalidades del reino de
Aragón es decir, que cobraba el impuesto del General y ha pasado por ser uno de
los más importantes arbitristas aragoneses. Es autor de un manifiesto titulado
“Exhortación a los aragoneses” en el que critica el desarreglo de las aduanas
(el General era un impuesto de aduanas) clama por la prohibición de los géneros
extranjeros y porque no se permita a los franceses abrir tiendas o tener lonjas
en perjuicio de los naturales. Parte del principio de que la riqueza de las
naciones consiste en la abundancia de dinero. Escribe que sería preferible que
los españoles anduvieran vestidos de pieles a usar telas y ropas extranjeras es
decir, es partidario de suprimir las aduanas internas pero no, las externas.
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