Del Rosario de Cristal al "Pobre de mí"
El otro día cuando estuve en el Rosario de Cristal de Zaragoza, escuché
una jaculatoria cantada y repetida varias veces, cuya melodía me recordó al
“Pobre mí” pamplonés. No era la primera vez que me pasaba esto y el caso es que
la melodía me resultó pegadiza, hasta que he conseguido la grabación de la
misma y su letra más o menos decía así:
“Mira a sus hijos
La Madre de Dios
Aguarda de tu parte
La gracia de Dios”
Según una fuente de toda solvencia
como es el Diario de Navarra, en un
artículo firmado por Inés Pascual el
“14 de julio de 2023”. El Pobre de mí,
que se canta en Pamplona la noche de cada 14 de julio “en el día más triste de
las fiestas de San Fermín” y sirve como despedida a nueve intensos días de
celebración mientras de fondo se escucha la traca final. Tras las 12 de la
noche del 14 de julio, la ciudad recupera su ritmo habitual y se dice aquello
de “ya falta menos” para la próximas Fiestas.
“Cuando el reloj marca la
medianoche, el alcalde de Pamplona sale al balcón del Ayuntamiento ante una
abarrotada plaza, que nada tiene que ver con la del Chupinazo. Hay menos gente
y no hay rastro de jolgorio. De hecho, se puede ir con niños. La costumbre es
cantar el ‘Pobre de Mí’ con una vela encendida en la mano. Para no quemarse,
muchos pamploneses optan por colocar un vaso de plástico alrededor del cirio”
(como se hace en muchas procesiones nocturnas y sobre todo en las del rezo del
Rosario). “Tras el fin de las fiestas, muchas personas acuden a la Iglesia de
San Lorenzo, la ‘casa’ de San Fermín, para anudar sus pañuelos a la verja como
gesto de cariño y dejar allí también las velas”. Como se puede observar es casi
un acto religioso.
Existen diversas teorías sobre el
origen de este rito y una de ellas afirma que en los años 20 del siglo XX, el
pintor Julián Valencia y sus amigos
iban apareciendo por la calle con velas encendidas, haciendo una especie de
procesión pseudofúnebre en la que entonaban el “pobre de mí, pobre de mí, que
se han pasado las fiestas sin divertir” otras versiones aseguran que el final
es “sin dormir” en definitiva, un cántico que evolucionó hasta convertirse en
el actual “¡Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San
Fermín!". Siempre con el farolillo encendido por supuesto. Según la
hemeroteca de “Diario de Navarra” ya en 1915 se publicaba el siguiente texto: “Está
visto que Pamplona es el pueblo de mayor humor del mundo. La gente de bronce
[expresión usual en las primeras décadas del siglo XX para denominar a los
incansables] que ha pasado días de verdadera prueba haciendo oposiciones a un
reventón de cansancio, dio señales de hallarse todavía en pleno goce de sus
facultades humorísticas. Las diversas y heterogéneas cuadrillas de mozos
alegres continuaron con sus inofensivas y divertidas gansadas y los guasones
que a sí mismos se titulaban ‘Los de siempre’ tuvieron la desternillante
paciencia de recorrer todo Pamplona a paso lento, llevando un tambor que batía
marcha fúnebre y haciendo un regocijado simulacro del entierro de las Fiestas. Los
repetidos guasones que llevaban las blusas blancas a guisa de mantos de
plañidera y dejaban ver en sus semblantes un cómico gesto de amargo llanto. La
humorada duró varias horas”. Vamos que la tradición es muy similar a la del
incipiente rito de la despedida de los encierros, una carrera ciclista que se
hace en la mañana del 15 de julio, estirando el “Pobre de mí” y simulando los
encierros con una bicicleta, en recuerdo de las hazañas protagonizadas por el
navarro Miguel Indurain en los Tours de 1989-95.
El ‘Pobre de Mí’ se celebra de
manera oficial desde el 14 de julio de 1968, cuando el Ayuntamiento de Pamplona organizó una concentración de las peñas en
la plaza Consistorial para despedir las fiestas. En el programa se decía
textualmente: "21.30 horas. Las peñas de mozos se concentrarán en
proximidades de la Plaza de Toros [tras la corrida] y por la calle Estafeta,
con sus músicas y pancartas se dirigirán hasta la plaza Consistorial, actuando
en dicho punto y dando el cerrojazo a las Fiestas de San Fermín. A partir de
1980 la hora del 'Pobre de mí' pasó a las 12 de la noche”.
Lo que no cabe duda es que el
cántico pamplonés “pobre de mí” es por tanto la “laicización” de una canción
religiosa, una plegaria, una jaculatoria del Rosario o parte de una breve
oración cantada coralmente. No hay que olvidar que en Pamplona también existe
un “Rosario de cristal” en honor a la Virgen del Pilar, más sencillo en
Zaragoza pero igualmente popular y que el rezo de las “Cuentas” era muy
tradicional en Navarra hasta hace unos años. Sea como fuere traigo aquí y en
forma de video como muestra, esta pequeña historia que personalmente me llamó
la atención viendo el Rosario en la tarde noche de un 13 de octubre en la
capital aragonesa y es que las relaciones con la navarra, han sido
históricamente muy fluidas desde tiempos casi de Pompeyo.
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