Recuperado el paloteado en Añón de Moncayo


Ayer domingo 1 de octubre se celebraba en Añón de Moncayo, la festividad de Nuestra Sra. del Rosario una tradición que, a pesar de ser trasladada al mes de agosto, se sigue conmemorando en la localidad en su día y con tal motivo se recuperó el “paloteado”. Otra costumbre que llevaba unos años “silente” y que ayer pudo volver a representarse aunque de manera parcial, con tan solo tres mudanzas:

“El pacasalles” una marcha muy solemne con raíces seguramente bajo medievales. La Marcha real española que se interpretó al soprano por otro joven de la localidad, que sigue la tradición musical añorera y se bailó en el momento de comenzar la procesión y la “Polka de Añón”, también llamada “Callejas” tal como aparece en algunas partituras. Una bonita pieza con también sabor popular y que fue la mudanza con que cerró el acto. Sencillo y emotivo. 

La idea partió hace un año de Ivan, un joven vecino de Añón que me comentó la posibilidad de recuperar el dance y me pidió si podía colaborar con él, cosa que he hecho encantado y en la medida de mis posibilidades. También han participado los nietos del “Tío Nicolás” (Victor y José Miguel) como instructores del nuevo grupo de paloteadores, que consta de 16 chavales muy jóvenes pero con muchas ganas. El momento más emotivo quizás fue cuando los danzantes ejecutaron el pasacalle, justo delante de la casa donde ahora vive Paulina, la viuda de Nicolás Peralta que falleció hace cosa de año y medio y que fue el continuador del Paloteado en Añón en el último casi medio siglo, tradición que han recogido sus nietos y que ahora transmiten a esta nueva hornada de paloteadores. 

Los chavales ejecutaron sus mudanzas rodeados de un absoluto silencio y eso que había bastante gente, eran fiestas, lo que indica el respeto que esta institución local posee entre los añoreros. Al final a todos nos supo a poco no obstante, Ivan prometió que el año que viene se representaría entero el paloteado y seguramente el dance. Un detalle a destacar es que el grupo ha recuperado el primitivo traje que usaban los viejos danzantes de Añón es decir: blusón blanco terminado en una faldilla que llega hasta las pantorrillas, y sujeto por una faja de color negro, los chavales iban tocados con un cachirulo color granate, medias, cascabeles y alpargatas.

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