La Silla prioral de Sijena
http://www.artehistoria.com/v2/obras/21365.htm |
Llevo leyendo todo el día de ayer y de hoy una
serie de comentarios sobre los bienes de Sijena que están en otros lugares como
el Museo del Prado, el de Zaragoza, en Burgos y en un sinfín de lugares más
(creo que hay alguno hasta en Estados Unidos). Se preguntan ¿Por qué no se
reclaman al igual que los de Lérida? Conozco un poco por encima la peripecia de
las piezas rescatadas ayer, si no se reclaman será porque no se tienen
argumentos para ello. Me explico: No se trajeron todas las obras del Monasterio
que se encuentran en Lérida, la Silla Prioral no fue tocada y permanece en la
misma sala donde se encontraban las demás obras que se trajeron a Villanueva.
La Silla prioral es la obra de mayor valor de todas la que se conservaban en
Lérida y permanece en Lérida. Según “ArteHistoria”: “se trata de una obra
excepcional y emblemática, adscribible al gótico lineal. Se trata del trono
prioral de Blanca de Aragón y Anjou, hija del rey Jaime II de Aragón y de
Blanca de Anjou, que fuera priora entre 1321 y 1348 del monasterio de Sijena
(Huesca). Es un mueble de líneas sencillas, cuyo valor radica,
comprensiblemente en su policromía. A nivel iconográfico contiene, además de
diversas representaciones hagiográficas, escenas alusivas a la vida y la
ceremonia conventual y, en la parte posterior, una imagen entronizada de la
Virgen de la Leche. En la parte frontal y en los laterales campea la heráldica
de la priora, compuesta por las barras de la casa de Aragón y la flor de lis de
la dinastía francesa de los Anjou”. Es una de las pocas piezas que se salvó del
expolio producido durante la Guerra Civil, aunque el trono quedó prácticamente
destrozado. El entonces obispo de Lérida, que si hay justicia divina veremos que
ocurre el día del Juicio Final, convenció a las monjas de que fuera llevado al
Museo Nacional de Cataluña para su restauración, esto era hacia el año 1968, la
misma tardó ocho años en acabarse tras la cual, las monjitas fueron convencidas
de que Lérida sería el mejor sitio para ser conservada y que se quedara allí
por “donación” de las Sanjuanistas, esa es la razón por la que no se pudo traer
a Aragón una de las piezas de mayor valor simbólico que todavía permanece en
Lérida. Las que se trajeron lo han sido por que se ha demostrado que la venta
fue ilegal, que ni las monjas podían vender aquello, ni la Generalitat o el
obispado de Lérida podía comprarlas porque se trataba de Patrimonio Nacional,
lo mismo que la silla o las obras que se encuentran en el Prado o en Zaragoza.
Todas ellas pertenecen al Patrimonio nacional español y se encuentran
catalogadas dentro del mismo conjunto y por tanto nadie ha incumplido nada al
menos legalmente, moralmente es otra cosa. Y también gracias a que el padre del
actual alcalde de Villanueva y que debía tener cierta vinculación con el
cenobio, se dedicó a inventariar todas las obras que eran vendidas ilegalmente
y que han aparecido en el Diocesano ilerdense, es decir que ni conspiración del
155, ni centralismo encubierto, ni otras cosas que se dicen por ahí, sino una
labor larga judicial de más de veinte años.
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