Ruesta ¿se hunde?
Madóz describe Ruesta como un ayuntamiento de la
provincia y audiencia territorial de Zaragoza (de la que dista 30 horas de
camino). Que se encuentra dentro del partido judicial de Sos y pertenece a la
diócesis de Jaca. Situado en llano; entre los ríos Rigal y Aragón, en la margen
izquierda de este último, goza de buena ventilación y clima saludable. Parece guardar
el paso del camino de Santiago antes de entrar en la vecina Navarra, camino de
Javier y Sangüesa, frente a los pasos pirenaicos que se encuentran a la otra
orilla del Aragón. A mediados del siglo XIX contaba con 400 casas (eso eran
muchos vecinos) que se distribuían en varias calles y 2 plazas. Tenía una
escuela de niños dotada con 4.300 reales y otra de niñas con 550 reales (triste
realidad). La iglesia estaba dedicada a nuestra Señora de la Asunción, era de
segundo ascenso y estaba servida por un cura párroco un coadjutor y un
beneficiado, todos perpetuos nombrados por el rey en los 8 meses primeros del
año y en casos de reserva o para los 4 restantes lo era por el que ejercía como
prior del Monasterio de San Juan de la Peña. Había también en el pueblo tres
ermitas dedicadas cada una a San Sebastián, Santiago Apóstol y San Juan
Bautista, así había también discurrían 3 fuentes públicas en las afueras del
casco urbano, no hay que olvidar que Ruesta se encuentra en el camino Aragonés
hacia Santiago. El término confinaba por entonces con otros pueblos de la Canal
de Berdún como Escó, Artieda Undués-Pintao, Urriés, Undués de Lerda y Tiermas.
Madóz destaca que en la parte superior del pueblo, hacia el oeste, se ven las
paredes desmoronadas de un antiguo castillo que, según se cuenta fue obra de
moros. El terreno es montuoso y fértil, regado con dos huertas abastecidas por
el Aragón y el Rigal, los cuales fertilizan también otros muchos hortales que
producen exquisitas camuesas y otras frutas, también los vecinos se dedicaban
por entonces al cultivo del viñedo.
Se cuenta que los reyes Ramiro I de Aragón y don
Sancho de Navarra, ajustando algunas diferencias que mediaban entre ellos en
este lugar y corriendo el año 1054, se dieron rehenes; cediendo don Sancho a
don Ramiro los lugares de Ruesta y Pitillas. Cristóbal Guitart escribe que su
castillo ya aparece mencionado en el primer cuarto del siglo X, durante las
campañas de Sancho Garcés Abarca de Pamplona contra los musulmanes, muy cerca
se disputó la mítica batalla de Olast
Su semejanza nominal con el castillo de Roita o Rueyta, situado sobre una montaña que domina la val d’Onsella y por tanto muy cercano,
ha originado confusiones e incluso algunos autores han localizado en Ruesta la
fortaleza de Cer castiello que figura
también en el siglo X. Guitart añade que se conserva una lista con 24 nombres
de tenentes que lo custodiaron hasta 1190, superando con esto a todos castillos
altoaragoneses. En el siglo XV Ruesta pertenecía a los Urriés, señores de la
baronía de Ayerbe.
En cuanto a la fortaleza y a pesar de su
antigüedad, la fábrica actual no parece anterior a fines del siglo XIII, difiriendo
estructuralmente de los primitivos castillos altoaragoneses que se
caracterizaban por poseer tan solo una torre y un recinto que la rodeaba. Según
un documento que se conserva y que está fechado en 1283, el infante Alfonso,
hijo de Pedro III, envió a Martín de Leet fortificar Ruesta, Tiermas y
Salvatierra con el fin de prevenir una invasión franco-navarra, su traza actual
por tanto es posible que proceda de esa fecha. Su planta es rectangular y por
el único alzado conservado en uno de los lados menores, posee dos torres de
esquina y una torre mayor en el centro del lado relativamente integra, con sus
almenas y dividida en cuatro plantas. La iglesia parroquial es de piedra de
sillería y se levanta sobre la ladera de una colina. La torre campanario es de
planta cuadrada, con un gracioso minarete como remate. El interior es de planta
gótica, pero el templo ya no tiene el encanto de antaño. En la plaza mayor se
levantan tres edificios que datan del siglo XV con portalón de arcos apuntados
y ventanales góticos en el piso noble
Según el Anuario
de información técnica y comercial de la provincia de Zaragoza (editado en
1950) Ruesta había pasado de 500 habitantes en 1930 a 400 tras la Guerra Civil
con todo, el pueblo todavía poseía cierta actividad agrícola e incluso
comercial. Su alcalde se llamaba por entonces Agustín Escuer García; tenía dos
escuelas, un párroco llamado Ramón Cadenas Leris, albañiles, tres cafés, una
carpintería, tres tiendas de comestibles, un estanco y un hermoso frontón
inaugurado en 1934. Pero su suerte estaba echada, como la de todas localidades
ribereñas del pantano de Yesa que fue inaugurado en 1959 y que supuso la
despoblación de abandono de toda la zona. Alfonso Zapater habla con Vicente
Pérez Ventura, uno de los últimos supervivientes de esta localidad y que se
estableció en Zaragoza abriendo un bar en la calle Checa, en pleno barrio de
Torrero (“El gran Venecia”). Dice que comenzó a abandonarse hacia 1965, pasando
a depender del Ayuntamiento de Urriés, aunque era propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro,
recuerda que el último alcalde se llamaba David Clemente. Según cuenta Zapater
“los que carecían de fincas no llegaron a cobrar más allá de cuarenta mil o
cincuenta mil pesetas de la época, porque nos aplicaron la valoración afectada
varios lustros atrás, cuando se aprobaron las obras del pantano a finales de la
década de los veinte (siglo XX).
Desde los años ochenta del siglo pasado, la Che, cedió el uso del casco urbano al
sindicato anarquista CGT, con el fin de aprovechar el espacio y recuperar el
casco urbano, sin embargo en los últimos tiempos se han disparado las alarmas
sobre el estado de conservación no solo del pueblo, sino también de la
fortificación, la iglesia y otros elementos arquitectónicos que hacen pensar en
un futuro bastante triste para este bello enclave de las Altas Cinco Villas
zaragozanas.
Bibliografía:
Guitart, Cristobal. Castillos de Zaragoza, “Castillos de Iberia”. Ediciones Lancia.
León 1992.
La Peña Paul, Ana Isabel: “Ruesta” en Gran Enciclopedia Aragonesa (tomo 11).
Unali Ediciones, Zaragoza 1981.
Madóz, Pascual. Diccionario
Geográfico Estadístico Histórico 1845-1850: “Zaragoza” (edición Facsímil).
Diputación General de Aragón 1985.
Zapater, Alfonso. Aragón pueblo a pueblo (tomo 8) Ediciones Aguaviva. Zaragoza 1986:
“Ruesta” págs. 2121-22.
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