El día que Francisco Pradilla regresó a Villanueva de Gállego

Auto retrato de Francisco Pradilla realizado unos pocos años antes
de su visita a Villanueva de Gállego  y de su fallecimiento.

Cuenta la leyenda que Francisco Pradilla regresó a su pueblo natal después de muchos años, que lo hizo en tren y que los vecinos de Villanueva, alertados de su llegada, salieron en masa a recibirlo a la Estación; encabezados por las autoridades y la banda de música. Se dice que don Francisco, cuando descendió del vagón y se tropezó con aquella muchedumbre que le esperaba, lejos de agradecer el recibimiento les dijo, en tono muy aragonés que no quería que le reconocieran nada y que se fueran por donde habían venido. Desmiente esta leyenda el carácter de este eminente villanovense, pues era muy educado y difícilmente decía una palabra más alta que otra. 

Parece ser que el autor de la “Rendición de Granada” sí que volvió a Villanueva de Gállego, tal como recoge Wifredo Rincón[i]. Fue unos meses antes de su fallecimiento, es decir durante el verano del año 1921, más concretamente en el mes de julio, es decir que por ahora se cumplen cien años de aquella inolvidable visita de la he oído hablar muchas veces incluso, a personas que la vivieron de cerca. Según recoge en un artículo Luis Martínez Gracia[ii]. Un personaje del que se muy poco, excepto que también era pintor y que lo escribió al poco de la muerte de Pradilla, el 1 de noviembre de 1921; “marchó a su tierra natal, donde no era un desconocido, pues las repetidas veces que he estado trabajando en Villanueva de Gállego, he dado a conocer en este su pueblo natal, algunos rasgos biográficos de su vida como pintor, que allí desconocían” y prosigue dando noticia de que: “en julio pasado (el artículo se publica en diciembre de 1921) estuvo con su hijo y, acompañados de don Toribio Macipe; en la casa donde nació y los tres, con respeto venerado, visitaron departamento por departamento los dos pisos del sencillo edificio, como pretendiendo con el pensamiento ser testigos de la infancia de aquel gran genio de la pintura”. 

Por tanto esta constatado que don Francisco visitó su pueblo poco antes de fallecer, pero seguramente no fue como tradicionalmente se ha dicho. Una de las cosas que quería hacer el artista era visitar la tumba de sus padres en el cementerio de Villanueva; ir andando desde la estación al cementerio y luego volver al casco urbano era sin duda un palizón para un anciano enfermo, seguramente llegaron a Villanueva desde Zaragoza en coche y no por tren, como tradicionalmente se ha dicho. Además su hijo Miguel era un experto automovilista. Seguramente el revuelo se organizó cuando llegaron a la casa del artista, no era habitual por entonces que un coche llegara al pueblo y seguramente algún familiar ya lo sabía, pues mantenía relación epistolar con su familia en el pueblo. Es lógico que la expectación existiera además, no era un desconocido para el vecindario por ejemplo y en la partida de defunción de su padre en 1891, se cita a Pradilla como “Excmo. Sr. Don Francisco Pradilla Ortiz, que es pintor en Madrid”. Abel Bueno Gros, que era hijo del secretario municipal, profesor de pintura y dibujo y luego padre del Cardenal Bueno Monreal, lo conoció durante su estancia en la Academia de San Fernando en Madrid e incluso guardaba recuerdos de él, según me comentó su nieto Javier Bueno Lidón. Por si fuera poco, el panteón de sus padres, no pasaba desapercibido para ningún villanovense, por tanto se sabía quién era Francisco Pradilla, quizás no en toda su dimensión pero se sabía quién era. Parece ser que en el momento de llegar al pueblo, don Francisco agradeció a los numerosos vecinos que se habían acercado hasta el lugar, que les dedicó unas palabras y que luego se marchó. 

Es posible que le ofrecieran hacerle un homenaje y que él, declinara tal honor de manera educada, debido al avanzado de su edad y también de su enfermedad, parece ser que a sus íntimos expresó que su único deseo era visitar la tumba de sus padres y la casa donde nació, otra cosa es la leyenda que se ha querido construir entorno a su vuelta. 

No he podido encontrar el ejemplar de “Vida Aragonesa” del que habla Wifredo Rincón, por lo cual no puedo saber si Martínez hablaba más o no de su estancia en Villanueva de Gállego. No obstante espero encontrarlo algún día y poder reproducirlo entero, a ver que dice.


Plaza de la Estación antes de tener la fisonomía actual, al fondo el paseo. En la época en que el pintor
regresó a Villanueva eran inexistentes y se encontraba a las afueras del pueblo




[i] Rincón García, Wifredo. Pradilla en las colecciones privadas (catálogo exposición) Villanueva de Gállego, abril 2003, pág. 34

[ii] Martínez, Luis en “Francisco Pradilla” Vida Aragonesa. Revista de Arte editada por la Sección literaria de la Agrupación Artística Aragonesa, año 1 nº. 5, Zaragoza 10 de diciembre de 1921 (pág. 8).

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