Balneario de Panticosa (Huesca) diciembre de 1991


Hace ahora exactamente treinta años que compré mi primera cámara; mía, propia e independiente. Había cobrado mi primera nómina y con unos ahorrillos que tenía en ese momento, me di el primer capricho a cuenta del salario. No te puedes imaginar lo que dignifica una nómina, hasta que no la cobras y algo de eso me pasó a mí. El caso es que con mi regalo de Navidad adelantado casi un mes, me decidí a estrenarla y que mejor que subir al balneario de Panticosa (Pirineo de Huesca) y allí que me fui. 

Era un frío día de primeros de diciembre del año 1991, el lugar estaba nublado y eso había permitido que las primeras nieves todavía se conservaran entre los viejos edificios del complejo termal, lo que daba al escenario una imagen todavía más decadente de la que ya de por sí tenía. El paisaje tenía algo de romántico y de soledad, tan solo estaba yo recorriendo aquellas instalaciones nevadas; el casino, el hotel, las dependencias, el lago helado; una escena irrepetible que hay quiero recordar en esta entrada.




















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